30/09/2025
EL CARÁCTER DE CRISTO: PORTADORES DE ESPERANZA
“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.” 1 Pedro 1:3
El mundo habla de esperanza… ¿pero de qué esperanza? Hoy en día escuchamos hablar mucho de la esperanza. Se menciona en noticias, en redes sociales, en campañas de motivación personal, en libros, en canciones. Se promueven frases como “nunca pierdas la esperanza” o “la esperanza es lo último que se pierde”. Pero la realidad es que la esperanza que el mundo ofrece es débil, pasajera, y muchas veces vacía. Una esperanza basada en sentimientos, en probabilidades o en buenos deseos.
Sin embargo, los que tenemos a Cristo en nuestro corazón no tenemos una esperanza vacía, sino una esperanza viva, firme, eterna. Nuestra esperanza está fundamentada en la victoria de Jesús sobre la muerte. ¡Él venció! Y con Su resurrección nos dio una razón verdadera para seguir creyendo.
Jesús fue un carácter lleno de esperanza. Dondequiera que Jesús iba, su presencia traía esperanza. A los enfermos, les dio sanidad. A los marginados, los miró con dignidad. A los pecadores, les ofreció perdón. A los que sufrían, les trajo consuelo. A los que lloraban, les secó las lágrimas. A los muertos… ¡los levantó! Jesús no solo predicó esperanza: Él era y es esperanza. Sus palabras, sus obras, su mirada, su entrega, su amor incondicional… Todo en Él reflejaba un carácter profundamente lleno de esperanza.
Y ese carácter permanece hasta hoy. Cada día que amanece, cada respiración que tenemos, cada promesa que leemos en la Palabra, cada toque del Espíritu Santo en nuestra vida, es un recordatorio de que Jesús sigue dándonos esperanza. La esperanza en Cristo no es una ilusión o una emoción. Es una certeza interior, firme y profunda, de que lo que Dios ha prometido se cumplirá. Es la convicción de que aun en medio del dolor, del proceso, del desierto o la tormenta, Jesús está con nosotros y nada escapa a Su control.
Si Cristo está en nosotros, no podemos vivir con un carácter marcado por la desesperanza, el temor o la frustración. Nuestra forma de hablar, pensar, actuar y relacionarnos debe reflejar el carácter de Jesús, un carácter lleno de amor, obediencia, fe, verdad, perdón, firmeza, compasión… y esperanza.
Hoy más que nunca, el mundo necesita hombres y mujeres que vivan como portadores de esperanza. Personas que, al igual que Jesús, puedan decir una palabra que levante, un abrazo que consuele, una oración que restaure. ¿Somos portadores de esperanza? ¿Nuestras palabras, fe, actitudes reflejan el carácter de Cristo? ¿Estoy dejando que Su esperanza transforme mi vida para que otros puedan conocerle a Él?
Señor Jesús, gracias porque tú eres nuestra esperanza viva, nuestra roca firme en medio de la incertidumbre. Te pedimos que formes en nosotros tu carácter, ese carácter lleno de esperanza que levanta, restaura y transforma. Ayúdanos a reflejarte, a ser portadores de tu luz, a hablar palabras de fe, a mirar con compasión, y a actuar con amor. Queremos ser instrumentos tuyos, embajadores de esperanza en un mundo necesitado de ti.
Sully SL ©