
14/03/2025
La grandeza del ser humano
En plena carrera y con la victoria al alcance, Jacqueline Nyetipei Kiplimo tomó una decisión que sorprendió al mundo. Durante el Maratón Zheng-Kai de 2010, observó que un corredor con ambas manos amputadas tenía dificultades para hidratarse en los puntos de abastecimiento. En lugar de priorizar su rendimiento, decidió acompañarlo desde el kilómetro 10 hasta el 38, asegurándose de que pudiera beber agua sin dificultades.
Este acto de solidaridad le costó la oportunidad de ganar y el premio de $10,000, pero le otorgó un lugar inolvidable en la historia del atletismo. Más allá de la competencia, Jacqueline demostró que la verdadera grandeza no se mide en medallas, sino en humanidad.