16/07/2025
21 de octubre de 1600, cruce de caminos de Sekigahara, al este de Kioto. El ejército que lidera Tokugawa Ieyasu ataca a las fuerzas occidentales de Ishida Mitsunari. La mayor batalla jamás librada en suelo japonés ha comenzado.
En Sekigahara se enfrentan los fieles a las disposiciones del difunto Toyotomi Hideyoshi, que en 1590 había completado la unificación de Japón, y aquellos que se alinean con el único capaz de hacer sombra al clan Toyotomi: Tokugawa Ieyasu.
Ieyasu es un guerrero astuto y experimentado que no tiene problemas en ganar adhesiones a su causa, incluidos muchos antiguos vasallos de Hideyoshi. En cambio, el líder del clan Toyotomi, Hideyori, es un niño de cinco años. Mitsunari, antiguo hombre de confianza de Hideyoshi, se esfuerza en aglutinar a todos aquellos que ven en Ieyasu un peligro para la paz. Sin embargo, la sombra de la traición se cierne desde el principio sobre sus filas.
En el norte del país, el poderoso Uesugi Kagekatsu, aliado de Mitsunari, ataca al clan Mogami para atraer hacia sí a Ieyasu mientras Mitsunari moviliza sus tropas. El jefe del clan Tokugawa se dirige a Edo para enfrentar el desafío.
Agosto de 1600. Mitsunari, al frente del Ejército Occidental, asedia y conquista el castillo de Fushimi, junto a Kioto, aparentemente inexpugnable. Ieyasu ordena a Date Masamune que se ocupe de Kagekatsu e inicia su marcha hacia Kioto.
Tokugawa Hidetada, heredero de Ieyasu, se atasca en el asedio del castillo de Ueda, bastión del clan Sanada, y no llegará a tiempo a la batalla. Mistunari, entre tanto, concentra sus tropas en el castillo de Ōgaki.
En Sekigahara se enfrentarán ejércitos altamente profesionalizados de samuráis y ashigaru con abundantes armas de fuego, lo que tiene un efecto en la organización, las tácticas y el desarrollo de las armaduras.
21 de octubre. Los “diablos rojos” de Ii Naomasa emergen de la niebla que cubre el campo de batalla, cargan sobre el centro occidental, a las órdenes de Ukita Hideie, y causan estragos. La batalla de Sekigahara ha comenzado. En cuanto se disipa la niebla, el grueso de las fuerzas de Ieyasu atacan a las de Mitsunari en sus sólidas posiciones defensivas. Los occidentales se defienden bien y rechazan las embestidas.
Pero de pronto, se consuma la traición de Kobayakawa Hideaki, cuyo contingente, desplegado en las faldas del monte Matsuo, forma la derecha occidental. Sus hombres, apoyados por los de otros traidores, caen sobre Ōtani Yosh*tsugu. Yosh*tsugu y sus hombres se defienden bien, pero son pocos, y tras rechazar varias embestidas son aniquilados. Uno tras otro, los contingentes occidentales son destruidos. Mitsunari escapa, dispuesto a prolongar la resistencia. La batalla parece dar un giro cuando contraatacan los hombres del clan Shimazu, que consiguen herir a Ii Naomasa. Sin embargo, entonces interviene Ieyasu. Shimazu Yoshihiro logra salvarse con cincuenta hombres; el resto son masacrados.
Ieyasu hace ejecutar en Kioto a Mitsunari y sus aliados en cuanto los captura, y organiza Japón conforme a un sistema dual: Hideyori gobernará el oeste, y él, el este. Para sellar la alianza casa una de sus nietas con Hideyori. Pero a medida que el hijo de Hideyoshi va creciendo, sin embargo, se convierte en una amenaza para el clan Tokugawa. En 1614, un septuagenario Ieyasu sitia Osaka y destruye el clan Toyotomi. Durante los siguientes dos siglos y medio, los sogunes Tokugawa regirán el destino de Japón.
Para saber más sobre una de las batallas más decisivas y transformadoras de la historia, que selló el destino del Japón samurái, ya tienes en librerías, kioscos y nuestra tienda online el nuevo Historia Moderna n.º 77: Sekigahara 1600.
🔗 https://www.despertaferro-ediciones.com/revistas/numero/historia-moderna-77-batalla-de-sekigahara-1600-unificacion-japon-samurai-tokugawa-ieasu/