03/03/2025
¿Qué es el Manifest Destiny y la Doctrina Monroe?
Manifest Destiny (Destino Manifiesto) es un concepto surgido en el siglo XIX en Estados Unidos que sostiene que la nación tenía una misión divina y un derecho inherente a expandirse por el continente americano, llevando consigo su cultura, democracia y valores. Fue acuñado en 1845 por el periodista John L. O'Sullivan durante el contexto de la anexión de Texas y la guerra contra México (1846-1848). Históricamente, justificó la expansión territorial hacia el oeste, incluyendo la adquisición de territorios como California, Oregon y Alaska, a menudo a expensas de pueblos indígenas y otras naciones.
La Doctrina Monroe, por su parte, fue enunciada por el presidente James Monroe en 1823 y estableció que el hemisferio occidental estaba bajo la esfera de influencia de Estados Unidos, oponiéndose a cualquier intervención colonial o política de potencias europeas en las Américas. Con el tiempo, evolucionó de una postura defensiva a una justificación para intervenciones estadounidenses en América Latina y el Caribe, especialmente bajo el corolario de Theodore Roosevelt en el siglo XX, que legitimaba la acción directa para mantener el orden en la región.
Ambos conceptos están vinculados: el Manifest Destiny proporcionó la ideología expansionista, mientras que la Doctrina Monroe delimitó el espacio geopolítico donde esa expansión se consideraba legítima, al menos en el hemisferio occidental.
¿Está Trump a favor de estas dos teorías? ¿Las está invocando ya?
Donald Trump ha mostrado una clara simpatía por las ideas detrás del Manifest Destiny y la Doctrina Monroe, tanto en su retórica como en sus propuestas políticas, especialmente desde su regreso a la presidencia en 2025. Aunque no las menciona siempre de manera explícita como "teorías", sus declaraciones y acciones sugieren que está invocando sus principios de manera práctica y simbólica.
Manifest Destiny: En su discurso inaugural del 20 de enero de 2025, Trump afirmó que Estados Unidos debía "expandir su territorio" y perseguir su "Manifest Destiny hacia las estrellas", prometiendo plantar la bandera estadounidense en Marte. Más terrenalmente, ha hablado de anexar Canadá (refiriéndose a este país como un potencial "51º estado"), controlar Groenlandia y retomar el Canal de Panamá, lo que refleja una visión expansionista reminiscente del siglo XIX. Estas ideas, aunque a veces dichas en tono provocador, evocan el espíritu del Manifest Destiny al sugerir que Estados Unidos tiene un mandato para dominar regiones estratégicas.
Doctrina Monroe: Durante su primer mandato (2017-2021), Trump y sus asesores, como John Bolton, revitalizaron explícitamente la Doctrina Monroe, presentándola como una política vigente para contrarrestar la influencia de China y Rusia en el hemisferio occidental. En 2018, Trump la mencionó en la Asamblea General de la ONU como base para rechazar interferencias extranjeras en las Américas. En 2025, esta postura parece intensificarse, con su administración enfocándose en limitar la presencia china en América Latina (por ejemplo, en el Canal de Panamá) y reafirmando el dominio estadounidense en la región. Sus aliados, como Stephen Bannon, han descrito esta política como "Monroe Doctrine 2.0", combinada con un enfoque de "fortaleza América".
Por lo tanto, sí, Trump está a favor de estas ideas en un sentido moderno y pragmático, y las está invocando activamente en su discurso y agenda política, adaptándolas a los desafíos actuales como la competencia con China y la reafirmación de la hegemonía estadounidense.
¿Podría esto crear tensiones entre Europa y EE.UU. por el tema de Ucrania y la posición rusófila de Trump ante la invasión rusa?
Es muy probable que la postura de Trump, alineada con una reinterpretación del Manifest Destiny y la Doctrina Monroe, genere tensiones con Europa, especialmente en relación con Ucrania y su visión de las esferas de influencia globales.
Contexto de Ucrania: La invasión rusa de Ucrania, iniciada en 2022, ha sido un punto de unidad entre Europa y Estados Unidos bajo administraciones previas, con un fuerte apoyo a Kiev mediante sanciones a Rusia y ayuda militar. Sin embargo, Trump ha adoptado una postura ambigua hacia este conflicto. En su reunión del 28 de febrero de 2025 con Volodímir Zelenski, Trump lo acusó de no buscar la paz y canceló una conferencia de prensa conjunta, sugiriendo que Ucrania debe ceder ante Rusia para lograr un alto el fuego. Esto contrasta con la posición europea, que en su mayoría apoya incondicionalmente a Ucrania y ve la agresión rusa como una amenaza directa a la seguridad del continente.
Esferas de influencia y rusofilia percibida: La revitalización de la Doctrina Monroe por parte de Trump implica un enfoque en el hemisferio occidental como su prioridad, lo que podría llevarlo a aceptar tácitamente la esfera de influencia rusa en Europa del Este, incluyendo Ucrania, a cambio de que Rusia no interfiera en los intereses estadounidenses en las Américas o el Ártico (por ejemplo, Groenlandia). Esta visión pragmática y transaccional, que algunos analistas han comparado con un "acuerdo de grandes potencias" al estilo de Putin, choca con la postura europea de defensa de la soberanía ucraniana y el orden internacional basado en normas.
Potenciales tensiones:
Divergencia estratégica: Si Trump reduce o elimina la ayuda militar a Ucrania (como sugirió su administración al considerar suspender envíos tras la reunión con Zelenski), Europa se sentiría abandonada en su enfrentamiento con Rusia, forzándola a aumentar su propia carga militar y económica. Esto podría erosionar la confianza en la OTAN, especialmente si Trump presiona para que Estados Unidos se retire de compromisos transatlánticos.
Reacción europea: Líderes europeos, como los de Francia y Alemania, han expresado solidaridad con Ucrania tras el incidente con Trump, lo que indica una disposición a actuar independientemente de Washington. Esto podría acelerar los esfuerzos de la UE hacia una autonomía estratégica, profundizando la brecha con Estados Unidos.
Percepción de rusofilia: La retórica de Trump, que evita condenar directamente a Putin y prioriza acuerdos pragmáticos, podría ser vista en Europa como una traición a los valores democráticos compartidos, alimentando acusaciones de rusofilia y debilitando la cohesión occidental.
En resumen, la invocación por parte de Trump del Manifest Destiny y la Doctrina Monroe, al centrarse en los intereses estadounidenses en el hemisferio occidental y minimizar el compromiso con Europa del Este, tiene el potencial de generar serias tensiones con Europa. Estas tensiones serían particularmente agudas si Trump adopta una postura conciliatoria hacia Rusia en Ucrania, lo que podría interpretarse como un abandono de los aliados europeos frente a una amenaza existencial en su propio continente. La fecha actual, 1 de marzo de 2025, sugiere que estos conflictos ya están emergiendo, como lo demuestra el reciente enfrentamiento con Zelenski.
(esto es lo que dice la IA de Elon Musk)
Lo peor está por llegar.