31/05/2025
El aroma de la lluvia: la ciencia del petricor
Pocas cosas despiertan tanta nostalgia como el olor a tierra mojada después de una lluvia. Este aroma, que muchos asociamos con la infancia, el campo o los días de tormenta, tiene un nombre específico: petricor. Aunque parezca poético, el petricor es un fenómeno físico-químico bien conocido y estudiado por la ciencia.
El término petricor fue acuñado en 1964 por dos científicos australianos, Isabel Joy Bear y Richard G. Thomas. Proviene del griego petra (piedra) e ichor, que en la mitología era el fluido que corría por las venas de los dioses. El nombre evoca la idea de un “fluido” que emana de las piedras cuando llueve, pero en realidad el proceso tiene que ver con compuestos liberados por el suelo y ciertas bacterias.
El principal responsable del petricor es una molécula llamada geosmina, producida por microorganismos del suelo, especialmente actinobacterias del género Streptomyces. Estas bacterias descomponen materia orgánica y, al hacerlo, generan geosmina como subproducto. Cuando el suelo está seco, la geosmina se acumula en pequeñas cantidades. Al llover, las gotas impactan contra el suelo y liberan diminutas burbujas que transportan la geosmina al aire, donde es detectada por nuestro olfato.
Curiosamente, los humanos somos extremadamente sensibles a la geosmina: podemos detectarla en concentraciones tan bajas como 5 partes por billón. Esto explica por qué el olor a lluvia puede percibirse incluso antes de que empiece a llover, cuando la humedad en el aire ya ha comenzado a movilizar estas sustancias.
Además de la geosmina, el petricor también incluye compuestos derivados de aceites vegetales liberados por las plantas durante periodos secos. Estos aceites se adhieren a las superficies del suelo y son igualmente liberados por el impacto de la lluvia, contribuyendo al aroma característico.
El petricor no solo es agradable para nosotros: también puede tener un papel ecológico. Algunos animales, como los camellos o ciertos insectos, pueden detectar geosmina a grandes distancias, lo que les ayuda a encontrar fuentes de agua.
Infografía de Pictoline