30/05/2025
Resulta muy interesante cómo, a pesar de que Tom Cruise es el rostro indiscutible y la mente detrás del éxito de la franquicia de 'Misión Imposible' estas dos últimas entregas (D*ad Reckoning' y 'The Final Reckoning') parecieran resonar más profundamente con el estado actual del cine y con las intenciones del propio Cruise
las dos últimas películas de esta saga, nos presentaron a «La Entidad». Una inteligencia artificial casi omnipresente y aparentemente invencible. Un algoritmo capaz de borrar las fronteras entre lo que es real y lo que no, de adueñarse del poder más destructivo del mundo, e incluso de manipular la percepción colectiva mediante el odio, la paranoia y la desinformación. En el centro de esta amenaza está Ethan Hunt,quien en esencia es un héroe clásico. Un hombre que lo arriesga todo (física, mental y emocionalmente) no solo por su voluntad inquebrantable, sino también por su fe en que vale la pena luchar por un mundo imperfecto, precisamente porque esa imperfección es la base de nuestra humanidad, y sin ella simplemente somos seres vacíos.
Ahora bien, no es coincidencia que este discurso de las cintas encuentre su reflejo exacto en la vida real. En los últimos años, hemos sido testigos de las distintas amenazas al cine (desde la producción masiva de películas genéricas, la automatización provocada por el streaming, decisiones corporativas cuestionables y dañinas, el temor creciente ante el uso de la inteligencia artificial en este arte y, más recientemente, las tensiones por temas como los aranceles).
En medio de ese panorama, Tom Cruise y 'Mission: Impossible: The Final Reckoning' emergen casi como una luz de resistencia, hablándole al espectador a través de un espectáculo deslumbrante. Uno que, con sus acrobacias imposibles, sus escenas de acción alucinantes, su camaradería genuina y el sacrificio físico del propio Cruise, transmite un mensaje claro: incluso si es en entretenimiento, el cine debe ser una experiencia tangible, que se pueda sentir. Una que alimente el espíritu, que inspire, y que recuerde que hay cosas que no son negociables. No necesariamente por una ciega nostalgia o un miedo al cambio, sino porque son parte de lo que nos define como seres humanos. El valor, la determinación, lo real y lo hecho con alma siempre podrán superar a lo meramente algoritmico y artificial. Esta pasión por lo tradicional no sólo se transmite en la forma de hacer cine, sino también en la forma en lo que lo apreciamos: en una sala de cine, rodeados de personas que olvidan todo por un momento y viven una experiencia colectiva con muchos matices.
Entonces, 'Misión Imposible 'no solo se erige como uno de los espectáculos cinematográficos más maravillosos en años recientes, sino también como una declaración del presente y el por venir del séptimo arte. Un manifiesto en defensa del arte real, del arte humano, sin importar cuán arriesgado pueda parecer, donde tanto Ethan Hunt como Tom Cruise, nos piden que confiemos en ellos una vez más.