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Que mi mirada permanezca en Tí!  🥹✝️
31/01/2023

Que mi mirada permanezca en Tí! 🥹✝️

😇 31 DE ENERO | Don Bosco fue un sacerdote, educador y escritor italiano del siglo XIX. Fundó la Congregación Salesiana,...
31/01/2023

😇 31 DE ENERO | Don Bosco fue un sacerdote, educador y escritor italiano del siglo XIX. Fundó la Congregación Salesiana, la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), la Asociación de Salesianos Cooperadores, el Boletín Salesiano, el Oratorio Salesiano y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Promovió la Asociación de Exalumnos Salesianos, el desarrollo de un sistema pedagógico moderno conocido como sistema preventivo para la formación de los niños y jóvenes, y la construcción de obras educativas al servicio de la juventud más necesitada, especialmente en Europa y América Latina. Fue uno de los sacerdotes más cercanos al pontificado de Pío IX y al mismo tiempo logró mantener la unidad de la Iglesia durante los duros años de la consolidación del Estado italiano y los enfrentamientos entre este y el papa que ocasionó la pérdida de los llamados Estados Pontificios y el nacimiento de la Italia Unificada. Fue autor de numerosas obras, todas dirigidas a la educación juvenil y a la defensa de la fe católica, lo que lo destaca como uno de los principales promotores de la imprenta.
Su prestigio como sacerdote y como educador de los jóvenes necesitados o en riesgo le valió el respeto de las autoridades civiles y religiosas de su tiempo y de su país, así como una notable fama en el extranjero. Sus obras fueron requeridas directamente por jefes de estado y autoridades eclesiásticas de muchos paises países. Fue un visionario de su tiempo al punto de predecir acontecimientos que se darían a lo largo del siglo xx en lo referente a sus salesianos, a la Iglesia católica y al mundo en general. Fue canonizado por el papa Pío XI el 1 de abril de 1934. Juan Pablo II le confirió el título de «Padre, Maestro y Amigo de los Jóvenes». Poblaciones, provincias, parques, calles, teatros, museos, universidades y sobre todo colegios llevan su nombre. La Familia Salesiana es uno de los grupos católicos más numerosos del mundo y existen obras de Don Bosco en 130 naciones.

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27/01/2023

ℍ𝕆𝕄𝕀𝕃𝕀𝔸 𝔻𝔼𝕃 𝕊𝔸ℕ𝕋𝕆 ℙ𝔸𝔻ℝ𝔼 𝔽ℝ𝔸ℕℂ𝕀𝕊ℂ𝕆
Basílica Papal de San Pablo Extramuros
Miércoles, 25 de enero de 2023
* * * * * * * * *
Acabamos de escuchar la Palabra de Dios que ha marcado esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Son palabras fuertes, tan fuertes que podrían parecer inoportunas mientras tenemos la alegría de encontrarnos como hermanos y hermanas en Cristo para celebrar una liturgia solemne de alabanza en su honor. No faltan hoy noticias tristes y preocupantes, por lo que con gusto prescindiríamos de los "reproches sociales" de la Escritura. Y aún así, si prestamos atención a las inquietudes del tiempo en que vivimos, con mayor razón hemos de interesarnos en lo que hace sufrir al Señor, por quien vivimos. Y si nos hemos reunido en su nombre, no podemos más que poner al centro su Palabra, que es profética. En efecto, Dios, con la voz de Isaías, nos amonesta y nos invita al cambio. Amonestación y cambio son las dos palabras sobre las que quisiera proponerles algunas ideas esta tarde.
1. Amonestación. Volvamos a escuchar algunas palabras divinas: «Cuando ustedes vienen a ver mi rostro, […] no me sigan trayendo vanas ofrendas; […] cuando extienden sus manos, yo cierro los ojos; por más que multipliquen las plegarias, yo no escucho» (Is 1,12.13.15). ¿Qué es lo que suscita la indignación del Señor, al punto de reclamarle al pueblo que tanto ama con ese tono tan furioso? El texto nos revela dos motivos. En primer lugar, Él critica el hecho de que, en su templo, en su nombre, no se cumple lo que Él quiere. No quiere ni incienso ni ofrendas, sino que el oprimido sea socorrido, que se haga justicia al huérfano, que se defienda a la viuda (cf. v. 17). En la sociedad del tiempo del profeta, se había difundido la tendencia —lamentablemente siempre actual— de considerar que los bendecidos por Dios eran los ricos y aquellos que hacían muchas ofrendas, despreciando a los pobres. Pero esto es malinterpretar completamente al Señor. Jesús llama bienaventurados a los pobres (cf. Lc 6,20), y en la parábola del juicio final se identifica con los que tienen hambre, los que tienen sed, los que están de paso, los necesitados, los enfermos y los encarcelados (cf. Mt 25,35-36). Este es el primer motivo de la indignación: Dios sufre cuando nosotros, que nos decimos ser fieles suyos, anteponemos nuestra visión a la suya; seguimos los criterios de la tierra antes que los del cielo, conformándonos con la ritualidad exterior y quedándonos indiferentes delante de aquellos que más le importan a Él. Por tanto, Dios siente dolor, podríamos decir, por nuestra comprensión errónea e indiferente.
Además de esto, hay un segundo motivo, más grave, que ofende al Altísimo: la violencia sacrílega. Él dice: «¡No puedo aguantar el delito y la fiesta! […] ¡las manos de ustedes están llenas de sangre! […] ¡Aparten de mi vista la maldad de sus acciones!» (Is 1,13.15.16). El Señor está “enfadado” por la violencia cometida contra el templo de Dios que es el hombre, mientras es honrado en los templos construidos por el hombre. Podemos imaginar con cuánto sufrimiento ha de presenciar guerras y acciones violentas realizadas por quien se profesa cristiano. Viene a la mente aquel episodio en el que un santo, con el fin de protestar contra la crueldad del rey, fue a verlo durante la Cuaresma para ofrecerle carne. Cuando el soberano, en nombre de su religiosidad, la rechazó indignado, el hombre de Dios le preguntó por qué le daba escrúpulo comer carne animal, cuando en cambio no titubeaba en entregar a la muerte a hijos de Dios.
Hermanos y hermanas, esta amonestación del Señor nos hace pensar mucho, como cristianos y como confesiones cristianas. Quisiera reiterar que «hoy, con el desarrollo de la espiritualidad y de la teología, no tenemos excusas. Sin embargo, todavía hay quienes parecen sentirse alentados o al menos autorizados por su fe para sostener diversas formas de nacionalismos cerrados y violentos, actitudes xenófobas, desprecios e incluso maltratos hacia los que son diferentes. La fe, con el humanismo que encierra, debe mantener vivo un sentido crítico frente a estas tendencias, y ayudar a reaccionar rápidamente cuando comienzan a insinuarse» (Carta enc. Fratelli tutti, 86). Si queremos, a ejemplo del apóstol Pablo, que la gracia de Dios en nosotros no sea estéril (cf. 1 Co 15,10), hemos de oponernos a la guerra, a la violencia y a la injusticia en todo lugar donde se insinúen. El tema de esta semana de oración fue elegido por un grupo de fieles de Minnesota, conscientes de las injusticias cometidas en el pasado respecto a los pueblos indígenas y contra los afroamericanos en nuestros días. Frente a las diversas formas de desprecio y racismo; frente a la comprensión errónea e indiferente y a la violencia sacrílega, la Palabra de Dios nos amonesta: «¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen el derecho!» (Is 1,17). En efecto, no es suficiente denunciar; es necesario también renunciar al mal, pasar del mal al bien. La amonestación, por tanto, está encaminada a nuestro cambio.
2. Cambio. Habiendo diagnosticado los errores, el Señor pide remediarlos y, por medio del profeta, dice: «¡Lávense, purifíquense! […] ¡Cesen de hacer el mal!» (v. 16). Y sabiendo que estamos oprimidos o como paralizados por tantas culpas, promete que Él lavará nuestros pecados: «Vengan y discutamos —dice el Señor—: Aunque sus pecados sean como la escarlata, se volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la púrpura, serán como la lana» (v. 18). Queridos hermanos y hermanas, por nosotros mismos no somos capaces de liberarnos de nuestras malas comprensiones de Dios y de la violencia que se incuba en nuestro interior. Sin Dios, sin su gracia, no nos curamos de nuestro pecado. Su gracia es la fuente de nuestro cambio. Nos lo recuerda la vida del apóstol Pablo, que hoy recordamos. No podemos lograrlo nosotros solos, pero con Dios todo es posible; solos no podemos, pero juntos es posible. En efecto, el Señor pide a los suyos que se conviertan, juntos. La conversión —esta palabra que se repite tanto, pero que no siempre es fácil de entender— se pide al pueblo; tiene una dinámica comunitaria, eclesial. Por tanto, creamos que también nuestra conversión ecuménica avanza en la medida en que nos reconocemos necesitados de gracia; necesitados de la misma misericordia; sabiendo que todos dependemos en todo de Dios, nos sentiremos y seremos, con su ayuda, verdaderamente uno (cf. Jn 17,21), hermanos de verdad.
Qué hermoso es que juntos, en el signo de la gracia del Espíritu, nos abramos a este cambio de perspectiva, redescubriendo que «todos los fieles dispersos por el orbe comunican con los demás en el Espíritu Santo, y así —como escribió San Juan Crisóstomo—, quien habita en Roma sabe que los de la India son miembros suyos» (Lumen gentium, 13; In Io. hom. 65,1). En este camino de comunión, estoy agradecido de que tantos cristianos de varias comunidades y tradiciones estén acompañando, con participación e interés, el camino sinodal de la Iglesia católica, que deseo que sea cada vez más ecuménico. Pero no olvidemos que caminar juntos y reconocernos en comunión los unos con los otros en el Espíritu Santo implica un cambio, un crecimiento que sólo puede suceder, como escribía Benedicto XVI, «a partir del encuentro íntimo con Dios, un encuentro que se ha convertido en comunión de voluntad, llegando a implicar el sentimiento. Entonces aprendo a mirar a esta otra persona no ya sólo con mis ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo. Su amigo es mi amigo» (Carta enc. Deus caritas est, 18).
Que el apóstol Pablo nos ayude a cambiar, a convertirnos; que nos dé un poco de su valentía indómita. Porque, en nuestro camino, es fácil trabajar por el propio grupo más que por el Reino de Dios, impacientarse, perder la esperanza de que llegue aquel día en que «todos los cristianos se congreguen en una única celebración de la Eucaristía, en orden a la unidad de la una y única Iglesia, a la unidad que Cristo dio a su Iglesia desde un principio» (Decr. Unitatis redintegratio, 4). Pero justamente en vista de ese día, volvamos a poner nuestra confianza en Jesús, nuestra Pascua y nuestra paz. Mientras le rezamos y lo adoramos, Él obra. Y nos conforta lo que dijo a Pablo, y que podemos sentir dirigido a cada uno de nosotros: «Te basta mi gracia» (2 Co 12,9).
Queridos hermanos y hermanas, quise compartir, en espíritu fraterno, estos pensamientos que la Palabra me ha suscitado, para que, amonestados por Dios, por su gracia cambiemos y crezcamos en la oración, el servicio, el diálogo y el trabajo juntos hacia aquella plena unidad que Cristo desea. Ahora quisiera agradecerles de corazón, expresando mi reconocimiento a Su Eminencia, el Metropolita Policarpo, Representante del Patriarcado Ecuménico; a Su Gracia Ian Ernest, Representante personal del Arzobispo de Canterbury en Roma; y a los representantes de las demás comunidades cristianas presentes. Expreso una profunda solidaridad a los miembros del Consejo Panucraniano de las Iglesias y de las Organizaciones Religiosas. En particular, saludo a los estudiantes ortodoxos y ortodoxos orientales, a los becarios del Comité de colaboración cultural con las Iglesias Ortodoxas ante el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y a los miembros del Instituto Ecuménico de Bossey del Consejo Ecuménico de las Iglesias. También saludo cordialmente a Frère Alois y a los hermanos de Taizé, comprometidos en la preparación de la Vigilia ecuménica de oración que precederá la apertura de la próxima sesión del Sínodo de los obispos. Todos juntos caminemos por el camino que el Señor nos ha puesto delante, el de la unidad.
𝗙𝗥𝗔𝗡𝗖𝗜𝗦𝗖𝗩𝗦 𝗣𝗢𝗡𝗧𝗠𝗔𝗫

📅 Hoy celebramos el milagro de la conversión de san PabloSu apostolado nos abrió de un modo nuevo las puertas de la salv...
25/01/2023

📅 Hoy celebramos el milagro de la conversión de san Pablo
Su apostolado nos abrió de un modo nuevo las puertas de la salvación
Los cristianos celebramos cada 25 de enero la conversión de san Pablo, en cuya fiesta concluimos el octavario de oración por la unidad de los cristianos. Es tan importante para nosotros como que responde al anhelo más profundo del corazón de Cristo, expresado en la Última Cena: Que todos seamos uno, como el Padre y Él son uno (Jn. 17, 21-23).

24/01/2023

Y VOLVEMOS A TÍ, ¡d! ¡OH SANTA MADRE DE DIOS!!

Y VOLVEMOS A TÍ, ¡d! ¡OH SANTA MADRE DE DIOS!!
24/01/2023

Y VOLVEMOS A TÍ, ¡d! ¡OH SANTA MADRE DE DIOS!!

Evangelio según san Marcos (3, 22-30)
23/01/2023

Evangelio según san Marcos (3, 22-30)

Oh Jesús Manso Cordero de Dios, que estás presente, vivo, glorioso y resucitado en la Eucaristía, la cual veneramos y al...
19/01/2023

Oh Jesús Manso Cordero de Dios, que estás presente, vivo, glorioso y resucitado en la Eucaristía, la cual veneramos y alabamos, ten piedad de mis pecados y perdóname, dame el Alimento Espiritual de tu Cuerpo y Sangre, sé Tu mi defensa inexpugnable contra todos mis enemigos, líbrame de todos los males que me rodean y ayúdame a superar todos los infortunios y adversidades, concédeme tu bondad y quédate a mi lado.

Evangelio según san Marcos (2, 18-22)
16/01/2023

Evangelio según san Marcos (2, 18-22)

MILAGROSO SEÑOR DE ESQUIPULAS ✝️Comunidad San Antonio de Padua, la Cienaga
16/01/2023

MILAGROSO SEÑOR DE ESQUIPULAS ✝️

Comunidad San Antonio de Padua, la Cienaga

|15 DE ENERO Hoy es el Día del Señor de Esquipulas y en Guatemala veneramos al Cristo Negro, el Milagroso Señor de Esqui...
15/01/2023

|15 DE ENERO

Hoy es el Día del Señor de Esquipulas y en Guatemala veneramos al Cristo Negro, el Milagroso Señor de Esquipulas. Desde su exposición, este crucifijo ha despertado la fe de millones de fieles peregrinos que buscan un milagro, ser sanados de alguna dolencia o la solución de un problema. En muchos casos, Jesús ha manifestado su poder concediendo la petición, sin embargo, hoy como antes, Jesús busca sanar el alma.

Los ciegos ven y los cojos andan. Con esta frase, Jesús avisaba a san Juan el bautista, que era aquel cuya venida había sido anunciada por los profetas. Así, cada milagro anuncia que el Señor está aquí entre nosotros, avivando nuestra frágil fe.

Señor, aumenta nuestra fe..

"Desde hace cuatro siglos se venera esta imagen, «bien perfecta y acabada», de Cristo en la cruz, «El Señor de las Miser...
13/01/2023

"Desde hace cuatro siglos se venera esta imagen, «bien perfecta y acabada», de Cristo en la cruz, «El Señor de las Misericordias», como se le llama aquí. Vosotros, y otros peregrinos venidos de México y de las Repúblicas hermanas de Centroamérica, os postráis ante el Cristo Negro de Esquipulas y en el encuentro personal con el Redentor pedís los dones del perdón, de la reconciliación y de la paz".
San Juan Pablo II
-Basílica del Milagroso Señor de Esquipulas

† Lectura del santo Evangeliosegún san Marcos (2, 1-12)Gloria a ti, Señor.Cuando Jesús volvió aCafarnaúm, corrió la voz ...
13/01/2023

† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (2, 1-12)
Gloria a ti, Señor.
Cuando Jesús volvió a
Cafarnaúm, corrió la voz de
que estaba en casa, y muy
pronto se aglomeró tanta gente,
que ya no había sitio frente a la
puerta. Mientras él enseñaba su
doctrina, le quisieron presentar a
un paralítico, que iban cargando
entre cuatro. Pero como no
podían acercarse a Jesús por
la cantidad de gente, quitaron
parte del techo, encima de
donde estaba Jesús, y por el
agujero bajaron al enfermo en
una camilla.
Viendo Jesús la fe de aquellos
hombres, le dijo al paralítico:
“Hijo, tus pecados te quedan
perdonados”. Algunos escribas
que estaban allí sentados
comenzaron a pensar:
“¿Por qué habla éste así?
Eso es una blasfemia.
¿Quién puede perdonar
los pecados sino sólo Dios?”
Conociendo Jesús lo que
estaban pensando, les dijo:
“¿Por qué piensan así?
¿Qué es más fácil, decirle al
paralítico: ‘Tus pecados te
son perdonados’ o decirle:
‘Levántate, recoge tu camilla y
vete a tu casa?’ Pues para que
sepan que el Hijo del hombre
tiene poder en la tierra para
perdonar los pecados —le dijo
al paralítico—: Yo te lo mando:
levántate, recoge tu camilla y
vete a tu casa”.
El hombre se levantó
inmediatamente, recogió su
camilla y salió de allí a la vista de
todos, que se quedaron atónitos
y daban gloria a Dios, diciendo:
“¡Nunca habíamos visto
cosa igual!”
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

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Quetzaltenango
O90004

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