07/12/2025
FRIEDRICH NIETZSCHE Y UNA PEQUEÑA SUGERENCIA SOBRE "ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA".
Nietzsche ha sido un filósofo que en el imaginario público ha despertado siempre gran interés: Su idea del superhombre, de la transmutación de los valores, del eterno retorno y, sumado a todo esto, una vida pletórica de violentos contrastes y episodios, le posicionan como aquel pensador que cualquier lector inquieto e interesado en la filosofía quisiera de inmediato leer. Por lo mismo, no es extraño que la primera obra que aparezca también en este ideario colectivo acerca del filósofo alemán sea, precisamente, su "Así habló Zaratustra". La obra, en definitiva, que todo principiante en la vida y pensamiento de Nietzsche, quisiera de inmediato acometer.
Dicho todo esto, mi sugerencia muy personal es que quien quisiera introducirse en la obra de Nietzsche se haría un muy flaco favor si comenzara de inmediato con su "Así habló Zaratustra". Nietzsche es un filósofo atípico, único, "lo excepcional", por excelencia, al decir de Karl Jaspers, y su "Zaratustra", es más única y excepcional todavía.
La obra de un Nietzsche ya maduro y colindante, a ratos, en la demencia. Todo allí en esta obra se halla contenido, desde su apreciación por Schopenhauer, a pesar de ver en éste debilidades tendientes a una posible trascendentalización expresada en el arte y en la naturaleza; el rompimiento con Wagner, al que luego de decir hará más filosofía que ningún otro filósofo con su prodigiosa música, expulsará a las profundidades del peor descrédito, cuando el Wagner ya más viejo, mostrará una leve inclinación por el cristianismo, llamándole, simplemente, "el artista de la decadencia"; su continua referencia al naturalismo de Darwin y la supervivencia del más fuerte, incluído, por cierto, sus dos ejes conductores, ya se ha dicho: La proclamación del superhombre y el camino del eterno retorno.
Pero, todo esto, el lector principiante y ocasional no lo sabe, lo desconoce, pues Nietzsche escribe en parábolas, aforismos y metáforas. Así las cosas, quizás lo mejor para entender a Nietzsche sea comenzar por su "Genealogía de la moral" o su "La gaya ciencia". No obstante, para disfrutar de un modo más cabal a Nietzsche, y he aquí mi sugerencia, es menester leerlo con ya con varias lecturas en el cuerpo, desde Descartes a Pascal y Spinoza, desde Kant, Fichte hasta Herder, desde Hegel, Schelling hasta Feuerbach, y asimismo todo el Idealismo alemán, incluyendo, ¡no faltaba más!, la propia ortodoxia luterana, de quien su abuelo, Friedrich August Ludwig Nietzsche, fue uno de sus mayores defensores contra los avances positivistas de la Revolución Francesa. Leer a Nietzsche, por lo tanto, sin este previo recurso será simplemente no comprenderlo, leer líneas, frases, oraciones, pero no dar con su pensamiento más cabal.
Recuerde, además, el lector que Nietzsche ha creído dar a luz en su "Zaratustra", a una nueva Biblia, pero escrita no ya para siervos y esclavos, sino para espíritus libres. Aquí, en su propio "Zaratustra", tendrán lugar sus accesos de descontrolada megalomanía, y que serán ya tan apoteósicos en su "Ecce homo". Así, por ejemplo, ya casi al terminar la tercera parte de su "Zaratustra", Nietzsche le escribirá a Rohde, quizás el único amigo que le quedará en aquel estado de debilidad física y arrebatos de frenesí mental seguidos de una profunda melancolía espiritual:
"Tengo para mí que con este Zaratustra he llevado el idioma alemán a su perfección. Todavía había que dar, tras Lutero y Goethe, un tercer paso más: "ALSO SPRACH ZARATHUSTRA!".
FRIEDRICH NIETZSCHE Y UNA PEQUEÑA SUGERENCIA SOBRE "ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA".
Nietzsche ha sido un filósofo que en el imaginario público ha despertado siempre gran interés: Su idea del superhombre, de la transmutación de los valores, del eterno retorno y, sumado a todo esto, una vida pletórica de violentos contrastes y episodios, le posicionan como aquel pensador que cualquier lector inquieto e interesado en la filosofía quisiera de inmediato leer. Por lo mismo, no es extraño que la primera obra que aparezca también en este ideario colectivo acerca del filósofo alemán sea, precisamente, su "Así habló Zaratustra". La obra, en definitiva, que todo principiante en la vida y pensamiento de Nietzsche, quisiera de inmediato acometer.
Dicho todo esto, mi sugerencia muy personal es que quien quisiera introducirse en la obra de Nietzsche se haría un muy flaco favor si comenzara de inmediato con su "Así habló Zaratustra". Nietzsche es un filósofo atípico, único, "lo excepcional", por excelencia, al decir de Karl Jaspers, y su "Zaratustra", es más única y excepcional todavía.
La obra de un Nietzsche ya maduro y colindante, a ratos, en la demencia. Todo allí en esta obra se halla contenido, desde su apreciación por Schopenhauer, a pesar de ver en éste debilidades tendientes a una posible trascendentalización expresada en el arte y en la naturaleza; el rompimiento con Wagner, al que luego de decir hará más filosofía que ningún otro filósofo con su prodigiosa música, expulsará a las profundidades del peor descrédito, cuando el Wagner ya más viejo, mostrará una leve inclinación por el cristianismo, llamándole, simplemente, "el artista de la decadencia"; su continua referencia al naturalismo de Darwin y la supervivencia del más fuerte, incluído, por cierto, sus dos ejes conductores, ya se ha dicho: La proclamación del superhombre y el camino del eterno retorno.
Pero, todo esto, el lector principiante y ocasional no lo sabe, lo desconoce, pues Nietzsche escribe en parábolas, aforismos y metáforas. Así las cosas, quizás lo mejor para entender a Nietzsche sea comenzar por su "Genealogía de la moral" o su "La gaya ciencia". No obstante, para disfrutar de un modo más cabal a Nietzsche, y he aquí mi sugerencia, es menester leerlo con ya con varias lecturas en el cuerpo, desde Descartes a Pascal y Spinoza, desde Kant, Fichte hasta Herder, desde Hegel, Schelling hasta Feuerbach, y asimismo todo el Idealismo alemán, incluyendo, ¡no faltaba más!, la propia ortodoxia luterana, de quien su abuelo, Friedrich August Ludwig Nietzsche, fue uno de sus mayores defensores contra los avances positivistas de la Revolución Francesa. Leer a Nietzsche, por lo tanto, sin este previo recurso será simplemente no comprenderlo, leer líneas, frases, oraciones, pero no dar con su pensamiento más cabal.
Recuerde, además, el lector que Nietzsche ha creído dar a luz en su "Zaratustra", a una nueva Biblia, pero escrita no ya para siervos y esclavos, sino para espíritus libres. Aquí, en su propio "Zaratustra", tendrán lugar sus accesos de descontrolada megalomanía, y que serán ya tan apoteósicos en su "Ecce homo". Así, por ejemplo, ya casi al terminar la tercera parte de su "Zaratustra", Nietzsche le escribirá a Rohde, quizás el único amigo que le quedará en aquel estado de debilidad física y arrebatos de frenesí mental seguidos de una profunda melancolía espiritual:
"Tengo para mí que con este Zaratustra he llevado el idioma alemán a su perfección. Todavía había que dar, tras Lutero y Goethe, un tercer paso más: "ALSO SPRACH ZARATHUSTRA!".