18/07/2023
🇭🇳 Gracias Shin Fujiyama 👏te admiro muchoo.Gracias por tanto Amor a todos los niños hondureños 🇭🇳❤️
Estas dos niñas de 6 años sueñan estudiar medicina un día. Las conocí hace unos meses en Chamelecon, San Pedro Sula, estudiando abajo una champa de nailon y sin recursos, haciendo todo lo posible para salir adelante. Al ver la situación, decidí intentar construir una mega escuela de dos plantas para los 400+ alumnos del Instituto Jose Simón Azcona. Pero no sabía cómo íbamos a recaudar los fondos (~2 millones de lempiras) para realizarlo. Decidí hacer diferentes retos hasta llegar a la meta.
Comencé el Reto 125km sin saber si íbamos a llegar a la meta final, o cuánto íbamos a recaudar. En la frontera de Guatemala, no había nadie excepto mi equipo, botellones para donaciones totalmente vacíos, el Diario la Prensa y una patrulla de la Policía Nacional. Al comenzar a correr en el calor, inmediatamente me di cuenta que nuestro plan de hidratación, recuperación y alimentación era demasiado incompleto. Detrás de cámaras, sufrimos lesiones, calambres, momentos de tensión, desacuerdo entre el equipo y muchas lágrimas y momentos de susto.
En el tercer día del reto, sobrepasé mis límites corriendo por 7 horas en el calor y las cuestas que no terminaban. Me llevaron al hospital para darnos cuenta de que tenía irregularidades en la sangre y corazón, daños en los riñones y arritmia cardiaco. El siguiente día no pude correr. Para poder avanzar en el reto, niños y abuelas salieron de sus casas para empujarme en silla de ruedas. Cuando llegaron mis amigos como Albertt Rivera, Jorge Aguilera, Jamil el único indio garifuna, y Gerson Lopez para apoyarme, derramé lágrimas.
En el día final del reto, los patrocinadores no solamente se unieron trayéndonos sus donaciones, amarraron sus tenis y comenzaron a correr al par mío para demostrar su apoyo incondicional. Los botellones de donaciones comenzaron a llenarse gracias a las abuelas de las aldeas más pequeñas, niños que nos dieron lo que iban a usar para comprar una merienda, los camioneros, todos los que salieron a las calles y hasta una señora que estaba limpiando vidrios en un semáforo. Quise rendirme muchas veces pero uds salieron a las calles para darme agua y decirme, “SÍ SE PUEDE.”
A través del reto, los sueños de las dos niñas–y de todos los niños de Chamelecon–se convirtieron en el sueño de todos. Muchas gracias a cada persona que donó, me acompañó, me dio ánimos en persona o virtualmente, los patrocinadores, y mi equipo de trabajo. Juntos, logramos la meta. PRONTO LOS VIDEOS Y EL PRÓXIMO RETO.