31/05/2025
Los Colosos de Memnón son dos enormes estatuas de piedra que se alzan imponentes en la ribera occidental del río Nilo, cerca de la ciudad de Luxor, en Egipto. Estas estatuas fueron construidas hace más de 3,000 años, alrededor del año 1350 a.C., durante el reinado del faraón Amenhotep III. Cada estatua mide aproximadamente 18 metros (60 pies) de altura y muestra al faraón sentado en su trono, con las manos apoyadas sobre las rodillas, mirando hacia el este, en dirección al sol naciente.
Estas estatuas custodiaban la entrada a un grandioso complejo de templos que fue construido en honor a Amenhotep III. Aunque gran parte del templo fue destruido por terremotos e inundaciones a lo largo del tiempo, los Colosos siguen en pie, recordándonos la grandeza de los antiguos constructores y artistas egipcios.
Las estatuas están hechas de bloques de piedra cuarzita, traídos desde canteras lejanas. A pesar de los daños que han sufrido a lo largo de los siglos, aún se pueden ver partes del rostro del faraón, su vestimenta y tallas de figuras más pequeñas cerca de sus piernas, que probablemente representan a su familia o a los dioses.
En la antigüedad, una de las estatuas se hizo famosa por emitir un extraño sonido al amanecer, que la gente creía que era la voz de Memnón, un héroe de la mitología griega. Este “canto” cesó después de que la estatua fuera reparada por los romanos, pero la leyenda convirtió al lugar en un destino popular para los viajeros del mundo antiguo.
Hoy en día, los Colosos de Memnón son un poderoso símbolo de la rica historia de Egipto, y atraen a visitantes que desean pararse frente a estos gigantes silenciosos e imaginar el mundo que una vez vigilaron.