
02/09/2025
Reflexión del día
La rata que estas viendo, solía vivir oculta entre las sombras de una panadería. Y aunque no lo creas, cada noche salía sigilosamente a robar migajas, sobras y todo aquello que caía al suelo. Nunca pasaba hambre, pero tampoco conocía el brillo de la abundancia.
Una noche desde su rincón, vio al panadero entregar un pan entero a un perro callejero, al ver esto, la rata ardió de envidia y se cuestionó “¿Por qué a él sí, y a mí no?”. Y mientras todos dormían, la rata chilló. Mordió los panes, orinó la masa, arruinó absolutamente todo. Su pensamiento era claro: “Si yo no lo tengo, nadie lo tendrá.”
Al amanecer, el panadero descubrió el desastre que había hecho el roedor, así que colocó trampas y en pocas horas, la rata cayó y quedó atrapada. Mientras tanto, el perro siguió comiendo pan.
Moraleja: El envidioso no busca superarse, busca destruir. Y en su intento, termina atrapado por su propia miseria. No te odian por lo que tienes, sino por lo que ellos no pueden alcanzar. Triste, pero así caminan muchos por la vida.
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