31/10/2025
Comenzar un nuevo día con depresión o ansiedad no es fácil.
Despertar se siente como llevar encima un peso que nadie más puede ver, una batalla silenciosa que agota el alma.
A veces, abrir los ojos ya es una victoria.
Y aun así, en medio del miedo, del cansancio y de una mente que no se detiene, hay un acto de coraje en continuar.
No porque todo esté bien, sino porque, a pesar del dolor, decides seguir intentándolo.
Cada amanecer no garantiza alegría, pero sí ofrece una nueva oportunidad: la de respirar, aunque cueste, y de reencontrarte poco a poco contigo mismo.