Relatos de terror García RTG

Relatos de terror García RTG Los mejores relatos y experiencias y situaciones que ocurren del más allá y lo sobrenatural. Página oficial de relatos de terror García RTG desde el año 2014.

esa página es para historias de terror fue creada el 19 de febrero del año 2014

22/09/2025

¡Un saludo especial a mis nuevos fans destacados! Emilio García Amador, Paranormal Arandas, Juan Manuel Nuñez Arambula, Yoanka Torres Chapman, Jose Jose Llamas, Juanis Barajas Guzman, Chema Preciado, Faustino Espinoza, Liz Hernandez, Araceli Ortegón Ugalde, Ana Lopez, Amparo Padilla, Joana Salazar, EscalofríosMX , Karla Ramirez, Carlos Manuel Glen, Valentina Castro Razo, Lilia Chaparro Torres, Erica Padilla, Maribel Lipiz Joglar

20/09/2025

¡Un saludo especial a mis nuevos fans en ascenso! Luz Velia Natividad, Claudio Angiolini

Muy buenas noches  comunidad de relatos de terror García Es un gusto de saludarlos Los mejores relatos y experiencias y ...
19/09/2025

Muy buenas noches comunidad de relatos de terror García

Es un gusto de saludarlos

Los mejores relatos y experiencias y situaciones que ocurren del más allá y lo sobrenatural.

Presenta

Historia. RITUAL MA***TO
La sensual joven fue desprendiéndose de la ropa hasta que su cuerpo quedó por completo desnudo. Luego fue hacia el arcón donde guardaba el atuendo ceremonial y comenzó a vestirse. Colocó en torno a su cuello un lujoso collar de plata y diamantes. En su hermosa cara, enmarcada por negros cabellos peinados con raya al medio, resaltaban sus delicados labios y sus ojos de rojizos destellos. Una fina falda de cuero negro le ajustaba desde su cintura. En su desnudo torso lucía varios tatuajes. Sus voluptuosos senos parecían a punto de estallar, ceñidos con un sostén en el cual se dibujaban dos calaveras.a era la sacerdotisa de ese culto demoníaco y se aprestaba para actuar en otro ritual ma***to, presidido por el Gran Maestro, quien a su vez era su amante.
Por su parte el hombre se preparaba dentro de aquel recinto en penumbras encarándose a la imagen que le devolvía el espejo, antes de partir rumbo a la sala ceremonial. Ocultaba su rostro bajo una máscara de cráneo de cabra, con cuernos adosados a sus sienes. Desde los orificios del macabro embozo refulgían sus pupilas enrojecidas. Portaba una capa negra con hombreras metálicas, y una lujosa túnica azabache cubría su tórax y sus brazos.
Volvió a contemplarse en el espejo ovalado, de lujoso marco con guarda de roble. A su espalda el cristal reflejaba la bruma grisácea que envolvía al ambiente.
La bella sacerdotisa se dirigió hacia su amante, que continuaba absorto. Quiso besarlo, pero él la apartó con brusquedad. Primero el trabajo, únicamente después de consumada la ceremonia impía los malignos amantes se entregarían al placer. Ella entendió el reproche, y trajo las antorchas de madera, rematadas con velas blancas encendidas. Le entregó una a su jefe, quien la cogió con su mano derecha, mientras ella retenía otra en su zurda, tal cual mandaba el protocolo. Se ubicó delante del Gran Maestro, y ambos se enfrentaron al espejo. La mujer con la mirada perdida, en éxtasis, y el hombre con sus ojos malvados reluciendo como focos bajo su embozo.
Transcurridos breves instantes, el individuo de la máscara de cráneo de cabra y su asistente salieron de su estado de ensoñación. Era hora de actuar. El mandamás se dirigió hasta donde reposaba el cofre, del cual extrajo la daga de acero con empuñadura bronceada. Su querida lo siguió excitada, anticipando el instante en que inmolarían a la víctima femenina destinada al sacrificio.
Al ingresar a la sala ceremonial sus subalternos agacharon las cabezas al ver a su amo, en muestra de respeto y obediencia.
Decenas de velas encendidas fulguraban brindando a aquel recinto el aura infernal. Pálidos reflejos de luz lunar se filtraban entre los huecos de las ventanas tapiadas con paños negros. Encima del rudimentario altar yacía una mujer joven, desmayada por efecto del narcótico que le forzaron a ingerir. La víctima estaba pronta para ser inmolada al Príncipe de las Tinieblas. El hombre con la careta en forma de calavera hizo el gesto acordado, y los acólitos se reunieron alrededor de la sacerdotisa en torno al túmulo destinado al sacrificio.
Todos los discípulos satánicos vestían oscuras túnicas rematadas por capuchas que cubrían sus cabezas, y portaban en sus manos pequeños cirios con velas blancas encendidas. Pero antes de dar inicio al acto maligno se debían pronunciar unas palabras en latín, pretendidamente sagradas. La estatua de la cabra diabólica presidía con expresión siniestra detrás de la mujer inerme.
La sacerdotisa, escoltada por el grupo de encapuchados, avanzó hacia la víctima. Todos comenzaron a entonar un cántico, con voces estridentes. Tras concluir la canción funesta, el Gran Maestro se quedó aguardando detrás de la asistente satánica y los secuaces. Ya esgrimía el filoso puñal en su diestra. y sus subalternos se abrieron paso para que él llegara hasta dónde estaba la sacerdotisa.
Una vez junto a ella, le entregó a ésta un segundo filoso cuchillo para, entre ambos, desgarrar la carne de la chica desmayada. Después se dirigió hacia la presa humana, que continuaba inconsciente, y levantó el brazo armado para cortar la vena yugular.
Pero, en ese preciso instante, lo excepcional hizo acto de presencia. Potentes gritos de "¡Alto, policía! tronaron en el aire por detrás de los satánicos, en medio de un tremendo estrépito.
El criminal se giró, al igual que la sacerdotisa y los compinches, hacía dónde provenía el griterío. Estaban rompiendo desde fuera las ventanas, los vidrios estallaban. Esos intrusos, vistiendo azules uniformes policiales, ya saltaban dentro del maléfico salón ceremonial. Los superaban en número y les apuntaban con sus armas de fuego.
Él solamente tenía su cuchillo ritual para defenderse, pero era inútil resistir. Vio a sus seguidores dejarse caer sobre la alfombra carmesí que recubría el suelo, mientras clamaban rogando clemencia. Su cómplice femenina temblaba de miedo. Había soltado la antorcha y estaba hincada con los brazos en alto, obedeciendo la orden de entregarse. Mansamente, la mujer diabólica dejó que cerraran las esposas metálicas en torno a sus muñecas.
El malvado líder comprendió que sus fieles subalternos lo habían abandonado. Cuando el jefe de los policías encañonó con su pi***la la máscara de cráneo de cabra el Gran Maestro dejó caer el puñal, y levantó ambos brazos en señal de rendición.
La víctima se había librado de una muerte segura, y el ritual ma***to había fracasado.
si te gustó el relato regálame un pulgar arriba no olvides en dejar tus comentarios.

Gracias por ser parte de esta comunidad


Saludos a todos nuestros seguidores.

Hasta la próxima

Síguenos en nuestras redes sociales

19/09/2025

Eso Tlaloc, alocate bb..

Muy buenas noches  comunidad de relatos de terror García Es un gusto de saludarlos Los mejores relatos y experiencias y ...
19/09/2025

Muy buenas noches comunidad de relatos de terror García

Es un gusto de saludarlos

Los mejores relatos y experiencias y situaciones que ocurren del más allá y lo sobrenatural.

Presenta. LA FICCIÓN QUE SE CONVIRTIÓ EN REALIDAD.

Créditos a su autor Gabriel Antonio pombo.

En el año 2000 se publicó el primer tomo de "Mujeres asesinas" de la autora Marisa Grinstein, obra que daría origen a una exitosa serie televisiva en Argentina y México. En aquel texto la escritora narra eventos reales brindando el nombre y el apellido de la respectiva asesina y de los otros personajes. Pero también relataba crímenes fantasiados, identificando a cada pretensa homicida mediante un nombre falso seguido de una inicial, y hacía lo propio al referirse a su ficticia víctima.
El libro incluye un presunto caso titulado "Ana. D, mujer corrosiva". La trama tiene por protagonista a una mujer que se esconde bajo la cama de su ex novio, aguarda a que se duerma y (para vengarse, dado que el hombre resolvió poner fin al vínculo amoroso) le arroja ácido sulfúrico. La víctima, el supuesto médico Martín L, queda incapacitado y la agresora recibe una leve condena.
En la historia imaginada se cuenta: "...Miró a Martín, dormido con la boca abierta. Destapó la botella y roció con el ácido a su ex, empezando por la cara. Martín sintió la quemadura. El dolor era inhumano. Atinó a prender la luz y escuchó a Ana: - ¡Te lo mereces! ¡Por basura te lo mereces! -...Como pudo, fue hasta el teléfono y llamó a un amigo... (el cual) le dijo que fuera a la ducha y que dejara que le corriese mucha agua por el cuerpo, incluido los ojos. A tientas, gritando, Martín llegó al baño y se metió bajo la ducha. Ana, con los ojos desorbitados lo siguió... Martín L. nunca más pudo trabajar como cirujano plástico, ni como nada. Quedó ciego, deforme, perdió buena parte de las manos, la lengua, el pelo, las orejas y los órganos sexuales...".
Esta premonitoria invención desmintió trágicamente la manida frase "Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia". Quince años después la ficción se convertiría en cruel realidad. En septiembre de 2015, Berlinah Wallace, de 48 años, le lanzó ácido sulfúrico a Mark van Dongen, holandés de 29 años, cuando el hombre dormía en el departamento de ella en Bristol, Inglaterra.
Mientras lo agredía, le aseguró: - Si no puedo tenerte, nadie te tendrá-.
Durante el ataque, la sustancia quemante cubrió el rostro y la parte superior del cuerpo y, a medida de que la víctima se estremecía de sufrimiento, el líquido se dispersó hacia abajo.
Cubierto de ácido corrosivo huyó rumbo a la calle implorando auxilio, con sus ojos rojos como fuego y la cara chamuscada. Profería alaridos de dolor con su boca abierta de forma grotesca, hasta que un vecino lo asistió llevándolo a su casa. Una vez allí lo colocó bajo una ducha y llamó a la ambulancia. A raíz del atentado el joven resultó con el 83 % de su cuerpo quemado, y paralizado del cuello para abajo. Además, perdió la vista de un ojo, soportó la amputación de su pierna izquierda, y quedó con terribles cicatrices en el rostro y en casi todo el resto de su cuerpo.
Luego de cuatro meses en coma y de una larga agonía, en enero de 2017, obtuvo permiso para someterse a eutanasia. Producido el deceso su victimaria fue juzgada, y el 22 de mayo de 2018 se la condenó a cadena perpetua, revisable a los 12 años.
La juez de la causa describió a la conducta criminal de la imputada como:
- Un acto de pura maldad contra su ex novio, por haber decidido terminar la relación-. Y concluyó:
- Su intención era quemar, desfigurar e incapacitar a Mark van Dongen para que ya no resultara atractivo a ninguna otra mujer.
si te gustó el relato regálame un pulgar arriba no olvides en dejar tus comentarios.

Gracias por ser parte de esta comunidad


Saludos a todos nuestros seguidores.

Hasta la próxima

Síguenos en nuestras redes sociales

Muy buenas noches  comunidad de relatos de terror García Es un gusto de saludarlos Los mejores relatos y experiencias y ...
19/09/2025

Muy buenas noches comunidad de relatos de terror García

Es un gusto de saludarlos

Los mejores relatos y experiencias y situaciones que ocurren del más allá y lo sobrenatural.

Presenta

Historia. EL EMISARIO DE SATANÁS

Podría discutirse si Charles Willis Manson constituyó en puridad un asesino en serie. Incluso es posible que nunca haya matado por su propia mano a nadie, aunque hay severas sospechas de que sí lo hiciera. Lo cierto, sin embargo, es que este sujeto se ganó por mérito propio un prominente espacio en la galería de los mayores homicidas secuenciales que conociera el siglo XX, y deviene uno de los criminales más emblemáticos y tristemente afamados, considerándose al suyo como uno de los perfiles psicóticos más notorios en la historia de la criminología.
"Charlie", también conocido con los alias de "Jesucristo" o "El emisario de Satanás" fundó una secta compuesta por hippies, la cual dio en llamarse "La familia", y sus jóvenes y desorientados integrantes lo siguieron con ciega obediencia llegando al extremo de asesinar a su nombre y bajo sus órdenes.
Este psicópata nació el 12 de noviembre de 1934 en Cincinnati, Ohio, Estados Unidos. Su madre era Kathleen Maddox, muchacha de diecisiete años que llevaba una existencia promiscua y vivía en las calles. No se supo con certeza cuál conformó la identidad del progenitor del niño, aunque se especuló que lo fue un capitán del ejército llamado Gerard Scout, quien jamás admitió voluntariamente la paternidad.
Sin embargo, la madre de Manson interpuso una demanda contra el militar y le ganó el pleito en los tribunales consiguiendo que se impusiera al renuente Scout el pago de una pensión de alimentos por cinco mil dólares anuales destinados a la manutención de la criatura. El dinero lo desperdició la alcohólica Kahtleen, dedicándose a consumir bebidas alcohólicas y dr**as, por lo que Charlie creció sin educación, carente de cuidados y mal alimentado.
Cuando el infante tenía cuatro años la autora de sus días fue arrestada por atracar a mano armada una estación de servicio, y se la condenó a cinco años de cárcel. Entre tanto, el chico quedó bajo la tutela de unos tíos que eran fanáticos religiosos. Se especuló que buena parte de su posterior desquicio se gestó en aquella casa, pues pese a su religiosidad su tío denotaba tendencias sádicas y acostumbraba enviar a Charles a la escuela vestido de niña.
En 1942 su progenitora salió en libertad condicional y volvió a hacerse cargo del jovencito. Para entonces ya era una alcohólica irrecuperable y se entregaba de lleno a la prostitución, llegando al grado de mantener s**o con clientes delante del pequeño vástago. También solía dejar al chico en el hogar de vecinos a quienes aseguraba que en breve regresaría para llevarlo consigo, pero lo abandonaba durante días, o incluso semanas enteras.
En 1947 la mujer lo internó en una institución para menores. El muchachito huye de allí diez meses más tarde y retorna con su madre, pero ésta lo echa de la casa. Con trece años Manson se ve obligado a sobrevivir en las calles y comete pequeños hurtos que incluyen atracos a tiendas de comestibles. Lo capturan y lo ingresan una y otra vez en reformatorios de los cuales invariablemente se escapa.
En una oportunidad, se fugó de su internado en una granja para varones robando un coche con la idea de llegar hasta el estado de Illinois donde residían unos familiares. Por la carretera consuman varios atracos a estaciones de servicio. Lo aprehenden y lo recluyen en la correccional de Pringfield, Indiana, institución muy violenta.
Al parecer fue violado reiteradamente por otros presos y por celadores. Arguyó que uno de los guardias incitaba a los otros a torturarlo y vejarlo, al tiempo de que disfrutaba con el espectáculo.
En febrero de 1951 se fuga en compañía de dos internos. Hurtan unos automóviles, y poco después son capturados en el estado de Utah donde lo confinan en una prisión de mínima seguridad. En esta cárcel es Manson quien se convierte en agresor y obliga a un recluso a mantener s**o con él mientras lo amenaza colocándole una hoja de afeitar en el cuello. Lo catalogan como preso de extrema peligrosidad y lo trasladan a una prisión más segura, donde perpetró tres ataques sexuales contra sendos penados.
A sus diecinueve años sale de la reclusión y se casa con una enfermera dos años menor llamada Jean Willis. Por primera vez mantiene una relación sexual normal con una mujer y de esta unión nace un hijo. La vida conyugal no le sienta bien y abandona a la chica y a sus responsabilidades paternas. Luego contrae enlace con Candy Stevens, apodada "La leona", una meretriz de la cual Manson era proxeneta y que amenazó con denunciarlo. Es un matrimonio de conveniencia pero, pese a ello, procrean un hijo.
Mientras se halla por segunda vez casado, marcha tras las rejas de nuevo. En su estancia en la prisión comienza a leer libros religiosos sobre budismo, y se vuelve adepto a la Iglesia de la Cienciología. Se convierte en admirador de los Beatles y de su canción "Helter Skelter", la cual interpreta como una señal que lo induce a cometer as*****tos.
Escribe en toscos cuadernos su filosofía de vida preparando un libro que titulará con el nombre de esa canción. Desde entonces cambia su conducta y pasa a ser un recluso modelo, debido a lo cual le acortan la pena y es dejado en libertad condicional. Por esa época le practican pruebas de inteligencia y determinan que su cociente intelectual resulta mayor a ciento veinte, rayano en el genio.
El 21 de marzo de 1967 abandona la prisión y pasa a residir en el barrio más hippie de San Francisco, el Haigh Asbury, donde funda una secta que denominará "La Familia". Sus estudios durante su encierro y sus naturales dotes histriónicas lo tornan muy carismático para los jóvenes desorientados -él ya supera los treinta años- por lo cual obtiene muchos adherentes a quienes persuade de que el apocalipsis se avecina. En aquel momento adopta para sí el sobrenombre de "Anticristo". Su idea básica reside en conseguir ciento cuarenta y cuatro mil acólitos a los cuales él conducirá hacia un país mítico, presuntamente existente bajo la tierra, al cual designa como "Agartha". Proclama que el fin del mundo está próximo, pues los negros obtendrán el poder revelándose y exterminando a sus opresores blancos. Pero como la raza negra es inferior y desciende directamente de los antropoides, Charles especula que terminarán matándose entre ellos, circunstancia que debe ser aprovechada por los miembros de la "Familia" para emerger a la superficie y gobernar el planeta con su líder a la cabeza. De aquí provendría la vinculación del clan con grupos neonazis y, en especial, con cofradías satánicas.
En el año 1968, en plena "Era de Acuario", Manson se destaca como visionario. Sus discípulos aseguran que es inmortal y que puede obrar milagros. Todos estos desvaríos estaban determinados por las generosas dosis de L.S.D que los miembros de la secta ingerían. El cabecilla sabía capitalizar el estado de sopor mental y excitación que experimentaban sus juveniles seguidores, a quienes explicaba su demencial filosofía mientras permanecían drogados.
Desde esas fechas ocurrieron extraños crímenes que se atribuyen a la banda encabezada por Charles Manson, aunque no han sido probados con fehaciencia todos los eventuales delitos. El 13 de octubre de 1968 la joven Nancy Warren -por entonces embarazada- y su tía de sesenta y cuatro años resultaron golpeadas ferozmente y estranguladas en California. Coincidentemente, integrantes del clan estaban cerca, y los as*****tos mostraban trazas de un ceremonial diabólico. Un mes atrás había sido raptada Marina Hate, la cual estaba conectada con el grupo. En enero del año entrante apareció su cadáver presentando numerosas cuchilladas. Solo contaba con dieciséis años.
En mayo de 1968, Darwin Scout, presunto tío de Manson por línea paterna, fue apaleado hasta morir y luego su cadáver recibió tantas puñaladas que quedó fijado al suelo. Según el agente de libertad condicional de Charlie el encausado había desaparecido por aquellas fechas.
El 17 de julio de 1969, un adolescente de diecisiete años, Mark Wats, desaparece. Se halló su cuerpo con señales de violencia y tres impactos de bala. El cadáver había sido reiteradamente atropellado por un vehículo. El chico estaba vinculado a la secta.
A diferencia de estos homicidios de los cuales hay sospechas pero no certidumbre sobre la culpabilidad del líder y sus sicarios, el crimen que tornaría más célebre al grupo está enteramente comprobado. Se verificó el 8 de agosto de 1969.
Las víctimas: la sensual y embarazada actriz Sharon Tate, casada con el cineasta Roman Polanski, y tres amigos: Jay Sebring, Voiteck Frikowski y Abigail Anne Folger. Un chico de dieciocho años llamado Earl Parent que había ido a la finca de Tate esa fatídica tarde por casualidad para venderle una radio al cuidador resultó acribillado a balazos dentro de su propio coche.
Charles Manson había impartido la orden de eliminar a todos los "cerdos" que hallaran dentro de esa mansión. Charles "Tex" Watson y tres miembros femeninos del grupo (Susan Atkins, Patricia Krewinkel y Leslie Van Houten) fueron los encargados de llevar a término la masacre. Con la sangre de las víctimas los asesinos pintaron las paredes de la casa con frases como "Alzaos" y "Muerte a los cerdos", a modo de proclama para incitar a la comunidad negra a un levantamiento violento contra los blancos. La distribución de los cuerpos traía reminiscencias satánicas. Además, el cónyuge de Sharon había rodado recientemente una película donde se burlaba de los cultos demoníacos, y se comentaba que varias sectas luciferinas lo habían amenazado de muerte.
Poco tiempo más tarde el dictatorial jefe volvió a dar órdenes de asesinar. Esta vez él en persona acompañó al equipo de homicidas y se encargó de amarrar a la pareja formada por el próspero comerciante Leno La Bianca y su esposa. Les aseguró que nada malo les iría a ocurrir y se retiró de la finca de los secuestrados, pero no sin antes apercibir en voz baja a Tex Watson y a las mujeres que debían liquidar a los cautivos.
Susan Atkins, una de las verdugos, fue detenida al poco tiempo acusada de complicidad en el as*****to del músico Gary Hinnam al cual, para robar, torturó y ultimó por mandato de Manson su secuaz Boby Beasoleil. En su encierro la mujer se jactó ante una compañera de celda de su participación en los crímenes cometidos en las casas de Sharon Tate y Los La Bianca. Esa reclusa no la delató, pero le contó la historia a otra presa la cual sí se animó a formular la denuncia.
A partir de entonces fueron cayendo uno tras otro los integrantes de la perversa comunidad incluido Manson, a quien la policía encontró escondido bajo el fregadero del rancho que los hippies ocupaban. En su extraordinario proceso penal el demoníaco cabecilla fue condenado a cadena perpetua y, décadas más tarde, falleció recluido en la cárcel. También resultaron presos a cadena perpetua los demás ejecutores materiales de aquellos homicidios, en tanto a otros miembros les fueron impuestas p***s más leves.
si te gustó el relato regálame un pulgar arriba no olvides en dejar tus comentarios.

Gracias por ser parte de esta comunidad


Saludos a todos nuestros seguidores.

Hasta la próxima

Síguenos en nuestras redes sociales

Muy buenas noches  comunidad de relatos de terror García Es un gusto de saludarlos Los mejores relatos y experiencias y ...
19/09/2025

Muy buenas noches comunidad de relatos de terror García

Es un gusto de saludarlos

Los mejores relatos y experiencias y situaciones que ocurren del más allá y lo sobrenatural.

Presenta

Historia. LA MADRE Y EL MONSTRUO

créditos a su autor Gabriel Antonio pombo

El 10 de marzo de 1928 una madre soltera que trabajaba en calidad de operaria de una telefónica ("cool center"), cuyo nombre era Chistine Collins, regresó a su hogar sito en Los Ángeles tras una ardua jornada de labor. Vivía con su pequeño hijo Walter de nueve años, pero esa vez la finca se hallaba vacía. La alarmada mujer busca por el vecindario infructuosamente pues nadie sabe del paradero del niño. Finalmente, recurre a la fuerza pública y formula la correspondiente denuncia ante la inexplicable desaparición.

Buscaron al pequeño durante meses sin éxito, y el fracaso de las investigaciones pareció confirmar la opinión general que se tenía sobre la policía de Los Ángeles como inepta, además de corrupta. Pero un buen día al parecer Walter Collins es encontrado sano y salvo en Illinios y clama por retornar junto con la autora de sus días. El Departamento d Policía organiza una reunión de bienvenida convocando a los medios de comunicación, los cuales se congregan en la estación ferroviaria donde arribará el tren que traerá consigo al hasta entonces ausente.
Pero la alegría de la madre pronto se trocó en amarga decepción y desconcierto cuando la enfrentan con el infante que pretendía ser su vástago. Era muy claro para ella que se trataba de otro: "Ese chico no es mi hijo" le afirma prontamente el Capitán J.J. Jones. El jerarca policial insiste en que está equivocada: "El niño está cambiado pero sin dudas sí es su hijo" le replica. Jones la persuade de que debe llevar a casa al chico para "probar". La conmocionada señora finalmente accede. Los periodistas le toman fotografías abrazada con su presunto hijo sin que quede registro de su protesta, y la pobre madre se va con el niño sustituto a su hogar.
Lejos estaba de imaginarse por ese entonces que Arthur Hutchins Jr, un niño fugitivo de Illinois y oriundo de Iowa, se había hecho pasar por Walter Collins para poder viajar gratis a Califonia. La pesadilla de la mujer recién comenzaba. La policía no sólo desoye sus posteriores reclamos de que debían continuar la investigación porque el muchachito que le adosaron no era su hijo sino que terminan encerrándola ilegalmente en un hospital psiquiátrico. La oportuna intervención de un reverendo acompañado por un abogado y por otros honestos ciudadanos librará a la cautiva Collins de la insólita reclusión.
El revuelo y la indignación pública serán tan grandes que, al poco tiempo, se juzgará al corrupto Capitán J.J. Jones y a su jefe, y las autoridades gubernamentales se apresurarán a destituirlos para evitar más bochorno. Pero para que esta acción reparadora tenga que ocurrir primero deberá conocerse la espantosa noticia de que niños desaparecidos fueron asesinados en el rancho de un depravado granjero, y que entre los mu***os probablemente se halla el verdadero hijo de la infortunada Chistine. Los espantosos crímenes acaecidos en el poblado rural de Wineville se conocieron asimismo bajo el mote de "Los as*****tos del gallinero de Wineville", y a Gordon Stewart Northcott la historia criminal lo registró como "El infantiida del gallinero". Se trató de una retahila de secuestros seguida de atroces infanticidios verificados en al ciudad de Los Ángeles durante el año 1928. El modus operandi utilizado por el perverido jóven de treinta años consistía en recorrer con una vieja furgoneta las rutas próximas a Wineville, y aún las calles de ciudades más distantes.

Cuando avistaba a algún niño que intuía apto a sus fines -y lo suficientemente ingenuo como para subirse a un vehículo con un desconocido- descendía del rodado y le soltaba al infante la primera historieta que le venía a la cabeza. Por ejemplo, le aseguraba que sus padres estaban internados tras sufrir un accidente y que a él lo habían enviado para llevar al chico al hospital. Como otro menor acompañaba al criminal -un adolescente de dieciseis años sobrino de Northcott, a quien éste mantenía amenazado- la presencia de aquél tranquilizaba a los jovencitos,los cuales acababan por aceptar subirse a la fatídica camioneta conducida por el monstruo.
No quedaron dudas de que Northcott fue un despiadado victimario y que mantenía cautivas a sus infantiles presas humanas. Menos claro están los motivos de los secuestros. Se rumoreó en la prensa que el matador trabajaba para adinerados clientes pedófilos y que entregaba a los muchachitos a cambio de dinero. Aquellos niños que eran rechazados por los degenerados clientes quedaban confinados en el rancho durante un tiempo hasta que su captor optaba por desembarazarse de ellos.
Adoptada la inhumana decisión los sacaba a la fuerza del cubículo, los golpeaba hasta desmayarlos sobre tocones de madera y, hacha en mano, trozaba los pequeños cuerpos. Aplicaba cal viva sobre los restos para acelerar su descomposición y los enterraba alrededor del gallinero.
Los infantes desaparecidos de sus hogares cuyos despojos serían ulteriormente identificados por los médicos forenses resultaron el hijo de Chistine Collins, extraviado el 10 de marzo de 1928 y los hermanos Lewis y Nelson Winslow, perdidos en la localidad de Pomona desde el 16 de mayo del mismo año. Sin embargo, se supuso que la lista fatal ascendió a veinte víctimas.
Tras veintisiete días de proceso penal el jurado encontró culpable a Gordon Stewart Northcott por cuatro cargos de as*****to que incluyeron el de Walter Collins, los de los hermanos Winslow, y el de un cuarto niño mexicano no identificado.
El veredicto se emitió el 13 de febrero de 1929 por el juez Freeman y la muerte del penado en la horca se produjo el 2 de octubre de 1930. Como último deseo el condenado rogó desde el patíbulo a los concurrentes que rezaran por la salvación de su alma. Únicamente el Capellán de la cárcel accedió a su petición.
La progenitora del homicida, Louisa, admitió su responsabilidad, y consiguiente complicidad en los terribles crímenes, y se la sentenció a purgar cadena perpetua en la prisión de San Quintín. No quedó esclarecido si la presunta madre de Gordon en verdad era su abuela, de acuerdo adujeron algunos medios de prensa.
Dentro del establecimiento rural fueron encontradas hachas con manchas de sangre, así como restos óseos, cabellos y dedos de tres de los occisos sepultados con cal próximos al gallinero del rancho de Northcott en Wineville pueblo que, luego de estos infaustos acontecimientos, cambió su nombre por Mira Loma a partir del 1º de noviembre de 1930 dada la negativa publicidad que el sórdido caso atrajo.
si te gustó el relato regálame un pulgar arriba no olvides en dejar tus comentarios.

Gracias por ser parte de esta comunidad


Saludos a todos nuestros seguidores.

Hasta la próxima

Síguenos en nuestras redes sociales

Muy buenas noches  comunidad de relatos de terror García Es un gusto de saludarlos Los mejores relatos y experiencias y ...
19/09/2025

Muy buenas noches comunidad de relatos de terror García

Es un gusto de saludarlos

Los mejores relatos y experiencias y situaciones que ocurren del más allá y lo sobrenatural.

Presenta

Historia. LA CASA DE LAS MIL ALMAS

créditos a su autor Gabriel Antonio pombo

La historia que pasaré a narrarles cuenta ya con varios años, pero aún me produce escalofríos cada vez que la rememoro. Por entonces fui a residir junto con mi familia a una antigua casona situada en las afueras de la capital, la cual había logrado adquirir a muy bajo costo. La razón de haber realizado tan conveniente negocio consistió en que a los anteriores dueños les resultaba en extremo difícil venderla por el precio requerido al inicio y, ante la falta de ofertas, no les quedó otro remedio que aminorar sus pretensiones económicas.

La depreciación en el valor de ese inmueble obedecía al insistente rumor de que en su interior tenían cabida macabros eventos sobrenaturales. Sin embargo ni a mi, ni a mi cónyuge, y tampoco a mis dos hijas adolescentes, nos preocuparon tales habladurías. Al contrario, nos burlábamos de esa absurda historia para asustar a viejas y miedosos, y estábamos contentos de haber conseguido aquella mansión por un importe sumamente conveniente.

No obstante, en esta vida nada deviene fácil, y más pronto que tarde tuvimos que recordar por las malas la verdad contenida en el refrán popular de que: "Lo barato sale caro". No bien comenzamos a habitar nos percatamos de que en aquel recinto ocurrían cosas fuera de lo común. El primer suceso extraño se verificó cuando las mujeres de mi familia, al acudir al baño, se miraban en el espejo.

Al hacerlo percibían que, bajo las blusas, sus sostenes parecían estar demasiado abultados, como si sus pechos les hubiesen crecido de súbito. Pero cuando, asustadas, se desabrochaban las prendas, y volvían a observar su imagen reflejada en el espejo, comprobaban, con alivio, que sus senos continuaban en su estado normal.

Por mi parte, ante el llamado de la naturaleza, en una ocasión me vi forzado a ir de urgencia al baño y, tras abrir la cortina, creí ver a una persona sentada en el inodoro. Aquella presencia sólo duró una fracción de segundos y, mientras se reía, aquel espectro desapareció en medio de una humareda. Ni que decir que las ganas de hacer mis necesidades se me fueron de golpe. Pero luego de este incidente se volvió patente que algo muy anormal acontecía, y que el baño de la casona constituía el epicentro de aquellas rarezas.

Al anochecer oímos un fuerte ruido proveniente de allí, y los cuatro corrimos hacia el baño. Al llegar al pasillo vimos un juguetito (uno de los patitos de goma que había en la bañera) salir de ese lugar. El juguete levantó vuelo de pronto, pasó zumbando encima de mi cabeza, y se estrelló contra la pared del pasillo. Me apresuré a entrar, decidido a enfrentarme con el intruso que (según pensé) me había aventado aquel objeto, pero por más que busqué descubrí, con estupor, que no había nadie dentro.

Tratamos de calmar nuestros alterados ánimos y, rato después, subí con mi esposa al segundo piso de la finca rumbo a nuestra habitación, para ir a dormir. En el camino sentí como si me hubieran pinchado las piernas con un alambre o una aguja. El dolor desapareció enseguida, pero no así la sensación de angustia y de miedo que, con creciente intensidad, nos invadía. Aquella noche todos la pasamos en vela.

Lo peor tuvo origen a la tarde del día entrante, cuando a mi señora le sobrevino un repentino estado gripal, y se dirigió hacia la recámara para descansar. Entonces advirtió que alguien había quitado el cuadro con la imagen de San Benito que teníamos colgado en la pared. Con los nervios rotos, mi esposa estalló en llanto. Me rogó que nos fuésemos ya mismo de esa casa, la cual sin dudas estaba maldita, habitada por almas en pena que querían expulsarnos.

Mientras la abrazaba tratando de contenerla y le prometía que al día siguiente abandonaríamos aquel sitio, oímos que desde la planta baja nuestras hijas gritaban histéricamente. Descendí por las escaleras lo más rápido que mis piernas me permitían y contemplé un espectáculo increíble: los platos, los vasos, las tazas, las ollas, y los demás enseres de la cocina volaban en círculos a través de la sala de estar. Momentos después se estrellaron contra las paredes, provocando gran estrépito.

Entonces, entre el estruendo y el pánico, vislumbré a aquellos espectros de muecas horribles, a esos fantasmas desgarbados que rodeaban la sala, y parecían estar a punto de abalanzarse encima mío. Sobre el piso varias velas blancas encendidas arrojaban una tenue luz a la penumbra. Unas velas que yo bien sabía que nosotros no habíamos colocado allí. Esta nueva y repugnante aparición duró escasos instantes. El ambiente, que se había llenado de brumas, se despejó de repente, las velas se apagaron y las figuras de espanto dejaron de estar visibles; pero comprendí que se trataba de almas en pena, cuya malevolencia aún palpitaba en el aire enrarecido.

Ya no pudimos aguantar más, ni siquiera aguardaríamos la llegada de la madrugada para marcharnos. Esa misma noche cargamos las pertenencias más esenciales, nos subimos a nuestra camioneta, y nos alejamos para siempre de esa casa maldita, poblada por mil almas espectrales.

En el fragor de nuestra huida miré por el espejo retrovisor y no sabría decir si, fruto del miedo, mi imaginación me jugó una mala pasada, o si aquello fue real. Vi como los espectros abrieron la verja de hierro del viejo caserón y se apostaron en la entrada, queriendo asegurarse de que ya no regresaremos. Era un grupo de esqueletos harapientos. Uno de ellos, que parecía ser el líder, era la imagen de la muerte y empuñaba una azada en sus manos huesudas. En el cielo plomizo, a la lumbre de una enorme luna llena, revoloteaban aves rapaces.
si te gustó el relato regálame un pulgar arriba no olvides en dejar tus comentarios.

Gracias por ser parte de esta comunidad


Saludos a todos nuestros seguidores.

Hasta la próxima

Síguenos en nuestras redes sociales

Dirección

Arandas

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando Relatos de terror García RTG publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Compartir

Categoría