29/10/2025
REFLEXIÓN
Comportamientos distintos: lo que los jóvenes muestran en casa y en la escuela
Muchas familias se sorprenden cuando los maestros comentan que su hijo o hija se comporta de manera muy diferente en la escuela que en casa. Algunos padres incluso dudan o se resisten a creerlo, porque en el hogar ven a un adolescente tranquilo, respetuoso o callado, mientras que en el entorno escolar puede mostrarse más rebelde, reservado o distraído. Sin embargo, esta diferencia de comportamientos es algo muy común, especialmente en la etapa de secundaria y bachillerato.
Durante la adolescencia, los jóvenes están en un proceso de búsqueda de identidad. Quieren descubrir quiénes son, cómo piensan y cómo desean ser vistos por los demás. En casa, suelen mostrarse tal como son, con confianza y sin miedo a equivocarse, porque están rodeados de su familia, que los acepta tal cual. En cambio, en la escuela, conviven con amigos, maestros y autoridades; un espacio donde la presión social, las expectativas académicas y la necesidad de ser aceptados influyen mucho en su manera de actuar.
Algunos jóvenes pueden comportarse con más responsabilidad o madurez en la escuela que en casa, mientras que otros hacen justo lo contrario. Ninguna de las dos versiones es “falsa”; simplemente son facetas diferentes que surgen según el ambiente y las emociones que experimentan en cada lugar.
Por ello, es importante que los padres comprendan que el comportamiento de sus hijos no se limita a lo que ven en el hogar. Escuchar y dialogar con los docentes puede ofrecer una visión más completa de lo que el joven está viviendo y sintiendo. La comunicación entre familia y escuela es fundamental para guiar al adolescente con empatía, entendiendo que su comportamiento es parte de un proceso de crecimiento, búsqueda y madurez.
Más que juzgar o negar esas diferencias, conviene acompañar, observar y apoyar. Cada actitud —ya sea en casa o en la escuela— nos da pistas valiosas sobre las necesidades emocionales y personales de nuestros hijos.