03/11/2025
CLAUDIA, TE HABLO DE MUJER A MUJER
Claudia, sí, Claudia.
No presidenta ni presidente.
Claudia, la mujer.
Te quiero hablar, de madre a madre, de hija a hija, de ciudadana de un país que colapsa…
a otra ciudadana que declara Y ASEGURA que el país está floreciendo Y QUE LA VIOLENCIA ESTÁ DISMINUYENDO.
Claudia, los mexicanos estamos llorando.
Estamos sangrando.
Nos duele el alma.
Nuestros ojos ven y nuestros oídos escuchan.
Y lo que vemos y escuchamos no coincide con lo que TÚ declaras.
Nuestros ojos ven violencia, desapariciones, falta de medicinas, hospitales colapsados, familias en ruina.
Nuestros oídos escuchan promesas, cifras maquilladas, discursos ensayados, frases vacías que repiten que todo va mejorando.
Y duele, Claudia. Duele porque es una GRAN mentira que se dice frente a un pueblo que se está desangrando.
Claudia, dicen que eres de otro planeta, que si los reptilianos, que si los iluminati.
No sé nada de eso. PERO SI SE QUE INVOCASTE A LOS NAGUALES, QUE HICISTE DE CADA ACTO UN CIRCO.
Estoy convencida de algo:
vives en una realidad completamente distinta a la nuestra, a la del pueblo, a la de quienes no habitamos tu espacio de poder.
Eres una mujer de ciencia, con doctorado.
¿De verdad puedes creer lo que repites en cada mañanera?
Me cuesta pensar que una mente formada, sensible, humana, no perciba lo que estamos viviendo.
Porque en tus ojos, en tu rostro, en tu energía, ya se nota el colapso.
También tú lo sabes, Claudia. También tú lo sientes.
Imagina —solo por un instante— estar en los zapatos de una madre a la que le desaparecieron a su hijo.
Imagínate esperando horas, días, en la sala de un hospital del Seguro Social sin ser atendida.
Imagínate siendo la mamá de una niña que muere por falta de un antídoto.
Imagínate siendo la esposa o la hija de Carlos Manzo.
Imagina el terror, la impotencia, el vacío.
Claudia, como madre te confieso algo:
es la primera vez en mis muchos años de vida que miro a mis hijos a los ojos y les digo:
“Comiencen a considerar la idea de buscar otro país donde vivir.”
Y me duele decirlo. Me parte el alma.
Porque amo a México.
Porque he creído en su bondad, en su gente, en su luz.
Pero en México agoniza la tranquilidad.
Agoniza la esperanza.
Agoniza el alma de un pueblo que un día soñó con justicia y hoy solo mira ruinas.
Nos hablaron de transformación,
pero la transformación en México se ha vuelto sinónimo de destrucción,
de violencia,
de mentiras dichas con sonrisa y teleprompter.
Nos hablan de bienestar,
pero lo que se respira es un malestar profundo,
un dolor colectivo que nos ahoga,
una angustia que recorre los hogares de quienes ya no saben si sus hijos volverán,
si mañana habrá medicinas,
si el trabajo alcanzará,
si la justicia algún día llegará.
Tu presumido bienestar, Claudia,
ese que repites en cada discurso,
es en la realidad un malestar agudo, una herida abierta que sangra todos los días.
Y ese malestar nos está matando, poco a poco, con cada mentira, con cada omisión,
con cada indiferencia que ustedes visten de triunfo.
Claudia, Tú también tienes un nieto, igual que yo.
¿Has pensado en el país que le estás dejando?
¿O confías en que tus recursos económicos le permitirán vivir en otro lugar, seguro, cómodo, lejano al caos que nos rodea?
Ese privilegio no lo tenemos el 99.9% de los mexicanos.
Como en Michoacán, donde las familias trabajadoras fueron desterradas.
Como en Culiacán, donde la violencia gobierna.
Así será en todo México: seremos poco a poco, desterrados de nuestra patria, aterrados de la violencia.
Y los políticos, de izquierda, de derecha o de centro, seguirán viajando a España, a Italia, a Roma, a descansar con sus fortunas, a llorar en Gaza.
Pero aunque vivan rodeados de lujos, cargarán con la responsabilidad de haber destruido un país hermoso.
Un país lleno de vida, de naturaleza, de fuerza, de gente buena, trabajadora, leal.
Claudia, por el amor de Dios, deja de decirnos con tu dedo que callemos.
Deja de pretender que todo tienen fondo político, deja de engañarte sola, porque en tu cara se te nota que ni tu misma te la crees, se te nota la angustia, se te nota que estás totalmente rebasada. TE QUEDÓ GRANDE MÉXICO.
Deja de burlarte de los periodistas que hacen preguntas incómodas.
Deja de fingir que todo está bien.
Es más, ya no queremos mañaneras que nada mas nos cuestan y no sirven para absolutamente nada que no sea mentir, creaste tu y tu ídolo Andrés Manuel, un imperio de mentiras, claro que antes ya había otros políticos corruptos, los cuales todos ahora están en Morena, están destruyendo lo que nos tomó una revolución ganar, ustedes, lo que ustedes están haciendo es inédito, nos mienten en la cara y luego con el dedo nos mandan guardar silencio.
Por el amor de Dios, de madre a madre, de abuela a abuela, de mexicana a mexicana, te suplico:
🔴Actúa con valentía. Actúa con honor.
O ten la dignidad de admitir que no puedes.
Reconoce, Claudia, que los grandes problemas requieren grandes soluciones, y las grandes soluciones exigen grandes decisiones.
No las tibias, no las cómodas, no las que te hacen ver bien en cámara y respaldan a los miembros de tu partido,
sino las que realmente transforman, aunque duelan, aunque te enfrenten. No las fáciles, no las convenientes, no las que maquillan la realidad, sino las que enfrentan el dolor con verdad y con justicia.
Nos importa madre el chingado libro!!!! Queremos justicia, verdad, dignidad.
Porque si no lo haces,
para cuando termine tu sexenio estarás gobernando un país de mu***os y desaparecidos,
un país sin verdad, sin rumbo y sin esperanza, un país quebrado por la mentira, la impunidad y el dolor.
Si no lo haces,
pasarás a la historia —no como la primera mujer presidenta de México— sino también como la mujer que tuvo el poder en las manos y decidió mirar hacia otro lado mientras su pueblo se desangraba.
Como una cobarde.
Como una mentirosa.
Como una traidora a la vida, a la verdad y a la justicia.
Estamos hartos del guinda y su ruin bienestar
Estamos hartos de la indiferencia, de las fotos armadas de mentiras, estamos hartos de engaños disfrazados de ayudas.
BASTA.
Y si tengo que implorarlo con la voz temblorosa de una madre que tiembla cada vez que sus hijos salen, con la voz de una ciudadana que ya no puede más…,
aquí estoy para decírtelo.
Te lo ruego, te lo imploro, te lo exijo, te lo demando.
Claudia, por el amor de Dios, ya basta.
Que Dios te ayude a perdonarte a ti misma, porque la muerte de Manzo la llevarás por siempre en tu espalda.
ANA LIDIA SOTO ROMERO
(Hija de Amparo Romero Gálvez, una mujer de 84 años, que murió el 17 de agosto de 2024, tras ser atacada en un fraccionamiento por una jauría de perros con dueño, en Mexicali, un suceso que llevó a la aprobación de la "Ley Amparito" en Baja California para penalizar a los dueños de animales cuyos ataques causen la muerte de una persona. La investigación por su caso continúa y la familia ha iniciado una lucha por justicia y para honrar la memoria de la octagenaria).