
10/07/2025
Hoy quiero contarte sobre un santo que nos recuerda que la santidad no está reñida con la alegría: San Felipe Neri 🌟
Nació en Florencia en 1515 y desde joven sintió un gran amor por Dios. Se mudó a Roma, donde vivió de forma sencilla, dedicándose a la oración, el estudio y la ayuda a los pobres. Una noche, rezando en las catacumbas de San Sebastián, tuvo una experiencia tan intensa del Espíritu Santo que su corazón se dilató físicamente. Fue un milagro visible del amor que lo consumía por dentro.
San Felipe era conocido por su sentido del humor, su ternura y su capacidad para hacer reír incluso en los momentos más difíciles. Caminaba por las calles predicando con alegría, organizando grupos de oración donde se hablaba de Dios con música, amistad y libertad. Creía que la fe debía vivirse con gozo y espontaneidad.
Fundó la Congregación del Oratorio, una comunidad de sacerdotes que vivían juntos sin votos, centrados en el amor a Dios, el estudio y el servicio. Muchos lo llamaban el Apóstol de Roma.
Se le atribuyen dones como la profecía, visiones, discernimiento y hasta el milagro de leer los corazones, pero siempre se mantuvo humilde. Su lema era: “Tristeza y melancolía, fuera de mi casa.”
Murió el 26 de mayo de 1595, con el corazón literalmente agrandado por el amor divino. Fue canonizado en 1622.
Frases suyas que nos siguen inspirando:
“Prefiero el paraíso.”
“Sed humildes y sencillos, y Dios se encargará del resto.”
“Tristeza y melancolía, fuera de mi casa.”
San Felipe Neri nos enseña que la alegría también es un camino a la santidad. ¿Conoces a alguien que necesita escuchar esto hoy?
̃anzasbíblicas