24/02/2025
LA POZA DEL NEGRO, SINCRETISMO Y COSMOVISIÓN DE NUESTRA HERENCIA Y RAÍZ NEGRA, TRANSMITIDOS EN FORMA DE MITO Y LEYENDA EN NUESTRA REGIÓN FRAILESCA.
Los mitos y leyendas son relatos de hechos, personajes e historias que en algunas ocasiones cuentan parte de su sincretismo cultural y esta historiografía es transmitida de generación en generación, gracias a la tradición oral de sus propios habitantes a las futuras generaciones.
La región de la Frailesca, en el caso particular el municipio de Villaflores Chiapas, cuenta con una gran diversidad de leyendas que ya forman parte del imaginario colectivo de nuestra población.
Muchos mitos y leyendas son de manera generalizada contadas en otros regiones del estado de Chiapas, con sus peculiaridades de cada región y contextualizadas en base a su cosmovisión.
El sombrerón, la carreta de San pascualito, la tichanila, la llorona, el cadejo o la cocha enfrentada son esas historias míticas, caso particular es la leyenda de LA POZA DEL NEGRO en el municipio de Villaflores, en la cual se resalta a un personaje de raza negra, que a bien los historiadores y cronistas justifican ese sincretismo social y cultural de nuestro mestizaje étnico de nuestra actual población en nuestra región Frailesca.
Nuestra tercera raíz étnica esta presente en la gastronomía, religión, música, mitos, leyendas y se resiste a desaparecer en base a la propia negación de sus habitantes por falta de ese desconocimiento de su historia local.
Gracias a algunos autores que en décadas pasadas hicieron trabajos de compilación podemos tener extractos, el siguiente texto es gracias al trabajo del profesor Pedro Muñoz Sol, textualmente dice:
"Al norte de la ciudad, cuando en Villaflores se encharcaba el agua en sus calles de terracería, a la altura de la séxta calle oriente y tercera avenida norte, desembocaba un lugar llamado Matzumón muy cerca del río Amates, cien metros más al norte, existía un paraje conocido por todos sus habitantes, como la poza del Negro.
Lugar en el que los varones gustaban bañarse, en traje de Adán, la poza del negro, de aguas estancadas y profundas, solo cuando el año era bueno, es decir, que había llovido en abundancia, el río de los amates extendía sus brazos para alcanzarla y poner en movimiento sus turbias aguas.
Pues bien en la susodicha poza del negro, de cuando en cuando y en medio día al punto cuando el sol estaba en el cenit, muchos ojos de hombres y niños iban con la intención de bañarse con sus profundas aguas, se asomaban a la orilla de la poza, veían con asombro echarse al agua para no verlo salir jamás, a un hombre fornido alto, de color negro azabache, pelo crespo y con los ojos brillantes y los dientes muy blancos y extrañamente ataviado con un calzón corto echo de piel de jaguar.
El espectador de aquel cuadro, difícilmente regresaba a la poza, pues pálido de miedo, que el espantable negro no era nada más y nada menos que el mismísimo diablo y que no en valde, sobre una de las piedras cercanas a la poza, su mula había encajado su casco, sobre la dura roca y ahí había dejado estampada su huella para siempre.
Cuentan también los abuelos, que la poza del negro, tiene conexión con el cerro Nambiyugua".
En base al trabajo historiográfico hay mucho que rescatar de nuestra historia, ya que no existe un trabajo formal donde se haya hecho una recopilación con fuentes primarias, rescatando nuestra memoria colectiva y la historia oral.
Créditos:
Texto: Jaime Flores.
Fotografía : Museo Histórico de la región Frailesca.