30/11/2025
Lo tenía absolutamente todo. Provenía de una familia multimillonaria, dueña de una de las cadenas de supermercados más grandes de Seúl, con empresas radicadas incluso en Japón y otros negocios de alto nivel. Literalmente, no necesitaba hacer nada en la vida.
Y aun así, un día se le ocurrió conseguir chamba.
Contra todo pronóstico, terminó trabajando en una estación de gasolina. Claro, la aventura no duró mucho: su padre lo localizó, se lo llevó de regreso a casa bien castigado... y probablemente directo a un baño de burbujas como castigo premium.
Pero lo mejor vino después.
En 2003, cuando tenía apenas 16 años, un hombre random se le acercó afuera de su escuela y le soltó una frase que cambiaría su destino: "Deberías ir a una audición". Se trataba del Starlight Casting System de SM Entertainment. Sus padres, por supuesto, dijeron que no.
¿Él? Se pasó la negativa por alto y fue igual.
Resultado: quedó aceptado.
Aunque la gente cercana a su familia le decían que estaba loco por hacer ese tipo de cosas que el estaba hecho para seguir los negocios de sus padres. No hizo casó y siguió solo sus deseos y sueños.
A finales de ese mismo año fue enviado a los dormitorios de trainees, compartiendo espacio con chicos de clase media y recursos limitados. Ahí empezó la verdadera experiencia "de calle"... aunque con lujo. Sus compañeros usaban a escondidas sus productos carísimos de cuidado personal mientras dormía, pensando que no se daría cuenta. Spoiler: sí se daba cuenta.
¿La solución? Comprar todo en envases gigantes para que alcanzara para todos. Ícono.
Con esos mismos chicos, entrenó, aguantó
y finalmente debutó. Hoy no solo construyó una carrera sólida, sino que también se forjó un patrimonio propio, totalmente independiente del imperio que algún día heredará.
Ese "loco" solo quería vivir su momento de rebeldía.
Y le salió demasiado bien.