
01/05/2025
SOSTENERTE LA MIRADA
¿Por qué te fue más fácil
el encono lacerante,
que un sencillo gesto de amor?
Yo que no tenía hartazgo
de embeberme tus labios,
ya no te extraño.
Contigo la definición de beso
tuvo insospechados matices,
fulgores en ahogo,
en ojos que abiertos
ya se sentían cerrados.
Después se volvieron
como el violáceo tapiz
al más leve viento,
con que la jacaranda
repleta el suelo de flores como besos,
que entre el polvo se secan.
Que importa el frío
si tú lanzaste mis trapos a la calle,
qué importa la rabia,
si tú dejaste entrar a los perros.
Cada uno creyó ganar batallas
en las que perdimos tanto,
que dejó de tener sentido luchar.
Y estar,
transcurrir,
pasar
suceder,
no es lo mismo que vivir.
La vida no está hecha sólo para entenderse,
sino para sentirse,
y al soltar algo que creías parte de ti,
te supera,
y se vuelve eterno.
Hoy podría leer tus poemas,
con la voz firme,
seguro podría sostenerte la mirada.
Ya el índigo amanecer
abrirá en el cielo ocre sus colores,
escribiré y te cantaré,
vibrará la cera como partituras,
y una araña atrincherada
será cómo una clave de sol.
Siempre te amaré
en la grandiosidad de un cielo
que rompieron los cuervos con sus alas,
pero ya no te extraño.
Ángel Sánchez Villa
LA SOMBRA QUE ANTECEDE EL ALBA.