
10/07/2025
La noche del 11 de julio de 1991, en la ciudad de Campeche, México, un grupo de amigos se reunió en el malecón para disfrutar del fresco nocturno. De repente, una luz intensa apareció en el cielo, iluminando todo a su alrededor. Al principio, pensaron que era un avión o un helicóptero, pero pronto se dieron cuenta de que era algo mucho más extraño.
La luz se acercó y se detuvo sobre la ciudad, proyectando una especie de haz de luz hacia el suelo. Los amigos se miraron entre sí, incrédulos y asustados. Algunos intentaron correr, pero otros se quedaron paralizados, observando el fenómeno.
De repente, una figura emergió de la luz. Era un ser alto, con ojos grandes y negros, y una piel pálida. Se movía con una gracia extraña, como si flotara en el aire. Los amigos se quedaron en shock, sin saber qué hacer.
El ser se acercó a uno de ellos, un joven llamado Carlos, y le habló en un idioma desconocido. Carlos, aunque asustado, se sintió extrañamente tranquilo y respondió en español. El ser le dijo que venían en paz, que estaban estudiando la Tierra y sus habitantes.
Después de unos minutos, el ser desapareció en la luz, y la nave espacial se elevó hacia el cielo, desapareciendo en la distancia. Los amigos se miraron entre sí, intentando procesar lo que acababan de presenciar.
La historia de Carlos se convirtió en una leyenda en Campeche, y muchos creen que fue un encuentro real con seres extraterrestres. Aunque nunca se pudo probar la veracidad de la historia, sigue siendo un tema de debate y fascinación en la ciudad.