08/10/2025
Cuando No Hay DINERO, No Hay PAZ.
Si la gente supiera el verdadero desánimo que provoca abrir la billetera y verla vacía, no repetiría como loro la frase
"El dinero no compra la felicidad”.
Es muy fácil romantizar la pobreza cuando nunca te ha faltado para comer, cuando no recibes llamadas de cobradores o cuando no tienes que elegir entre pagar la luz o comprar pan.
La angustia de no tener dinero no es un capricho, es una herida emocional. No se trata de marcas, lujos ni ostentación.
Se trata de dignidad. De poder comprarte una medicina sin pedir fiado.
De abrir la refrigeradora y saber que tus hijos sí van a cenar.
De ponerte ropa limpia sin rezar para que no se rompa.
De dormir tranquilo sin pensar quién te va a cortar el servicio mañana.
El dinero, aunque muchos quieran negarlo, sí compra una parte importante de la felicidad:
La tranquilidad. Porque cuando tienes estabilidad económica, tu mente no vive en modo supervivencia. Puedes planificar, puedes avanzar, puedes respirar.
La estabilidad financiera no solo paga cuentas, también ordena tus emociones, fortalece tu autoestima y te permite tomar mejores decisiones.
Quien dice que el dinero no importa, casi siempre es alguien que lo tiene. Pero el que ha pasado por el desespero de no saber cómo pagar el alquiler, el colegio o la comida, entiende que tener una base económica firme es el suelo desde donde se construyen otras áreas de la vida.
Estar bien económicamente no te hace superficial. Te da libertad, claridad y paz. Porque cuando la billetera sangra, también sangra el ánimo, la esperanza y los sueños. Y cuando hay estabilidad financiera, hay espacio para crecer en todo lo demás...✍️