02/08/2025
RAMÓN BOLÍVAR
Un poeta en la memoria de Tabasco
* El escritor y promotor cultural constituyó siempre un selecto grupo de amigos y equipo de trabajo cultural
Por Teodosio García Ruiz
El hombre surge a la cultura no con el nacimiento o la oración, sino como un productor simbólico que transforma una materia o la describe a través de su creatividad o talento.
Nadie, dice Tomás Segovia, el poeta vivo más inteligente de México, es original: todos somos hijos de la historia.
No sé por qué recupero así la memoria de Ramón Bolívar. Pero me resulta extraño que desde su juventud estuvo involucrado en la asistencia a importantes proyectos culturales como el de ser colaborador de la coreógrafa Gloria Contreras, del poeta Carlos Pellicer Cámara o en su momento, de personalidades que en su oportunidad fueron portadores de ideas brillantes que nunca se desarrollaron porque desviaron su camino a otras actividades sociales.
Lo conocimos en casa del poeta Salvador Córdova León, primero como un ingrediente informativo, después como autor de un dibujo de Carlos Pellicer trazado con una sola línea, hasta que en una ocasión bohemia de borrachera, ci****os, música y bocadillos, la noche de Villahermosa nos permitió el encuentro.
Constituyó siempre un selecto grupo de amigos y equipo de trabajo cultural. Fue asesor de la dirección de la Revista de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, director de Difusión y Extensión Universitaria de la UJAT, promotor de proyectos editoriales y en esas acciones se sensibilizó con el lenguaje y publicó su primer libro de poemas.
Aquella experiencia poética que se inicia con el libro Punto por punto, nos resulta ingenua y fascinante. Primero porque es una poesía de guerrillas, bombas, historias de amor truncadas por la pasión de una revolución latinoamericana ambientada en los años setentas por la nueva trova cubana y la lucha ideológica contra el imperialismo yanqui.
Segundo, porque es una poesía de aprendizaje en la que se puede apreciar la apropiación de formas poéticas, epigramáticas y satíricas; es la poesía de corte testimonial, histórica, de denuncia, de combate en diversos campos sociales como la economía y la política.
Desde los primeros poemas de Ramón Bolívar encontramos la preocupación por la cultura indígena, el diálogo entre el discurso amoroso y su declaración de principios desde la diversidad sexual, pero más bien desde su decisión de unicidad, entre otros temas como la religiosidad o en cierto modo, alguna particularidad de la religiosidad.
Ramón Bolívar llegó tarde a la poesía, como lo hicieron Ciprián Cabrera Jasso y Francisco Magaña. Sin embargo, aquellas potencialidades expresivas que se despertaron con lentitud no se han aquietado en ningún momento y la pasión por la escritura los hace ser los autores más prolíficos del Tabasco contemporáneo. Más aún, autores de libros significativos para las letras locales y nacionales que desafortunadamente los lectores de la entidad, por su escasa información y gusto por la poesía, no han valorado.
En la breve perspectiva histórica de tres décadas evocamos el trabajo cultural de Ramón Bolívar dentro de una generación que se ha preocupado por diferentes lectores.
Escribe para niños, jóvenes y adultos; promueve la edición de libros con cierto sentido estético y con un selecto grupo de autores que comparten con él las inquietudes sociales e ideológicas que muchos de nuestros autores jóvenes no tienen. De ese modo, sin ser intencionado, es un maestro.