09/06/2025
📣 De ejecutivo a taquero (con ayuda de mi esposa) 🌮❤️
Así empezó hace algunos años…
Yo era el director de una empresa.
Traje planchado, reuniones importantes, viáticos, buen sueldo, casa propia y carro nuevo. Todo lo que el paquete ejecutivo prometía.
🕰️ Pero no tenía tiempo.
Le había vendido mi alma y mis días al trabajo.
Mis hijos crecían sin verme, mi esposa cenaba sola y mi vida era un Excel.
Hasta que un día, de la nada, me despidieron.
Así, sin aviso. “Buscamos sangre nueva”, dijeron.
(Traducción: alguien más joven y más barato.)
Busqué y busqué trabajo.
Nada.
Me empezaron a desesperar los rechazos, la edad, los “te llamamos después”.
Un día, entre el café y la desesperanza, mi esposa dijo:
👉 “¿Y si ponemos unos tacos?”
Yo pensé que estaba loca.
¿Yo, el ex director, haciendo tacos?
Pero había cuentas que pagar y orgullo que tragar.
🔥 Así que lo hicimos.
Rentamos un local pequeño, improvisamos unas mesas, nos endeudamos un poco y abrimos.
Yo con el mandil y ella, mi esposa —la más fresa del grupo de mamás del colegio—, aprendiendo a hacer salsas y a atender mesas con una sonrisa.
🍽️ El primer día vendimos todo.
Claro… vinieron nuestros familiares y amigos.
Pensamos ingenuamente que todos los días serían así.
Qué risa.
📉 El primer mes no salió ni para la renta.
Dijimos: “Es normal, estamos empezando”.
Pero pasaron siete meses para apenas poder cubrir los gastos fijos.
🧠 Aprendimos de todo: • Qué días hay más ventas (benditos viernes de quincena).
• Qué hacer si juega el América (spoiler: no abrir, todos están en la tele).
• Cómo adaptarte si llueve.
• Qué salsas son las favoritas.
• Que no todos los clientes te sonríen, pero todos te enseñan.
Yo, el que una vez tenía junta con CEOs, ahora me alegraba cuando vendía dos órdenes de tacos más que ayer.
Y ¿sabes qué? Empecé a valorar cada peso, cada cliente y cada noche que mi esposa y yo regresábamos a casa con olor a cebolla y carne, pero con la sensación de estar haciendo algo nuestro.
💡 Esto aprendí:
• Emprender es jodido, pero muy humano.
• No importa de dónde vienes, sino lo que estás dispuesto a hacer.
• El orgullo no da de comer, los tacos sí.
• Tu pareja puede ser tu mejor socia.
• Los negocios no se levantan con sueños, se levantan con huevos.
• Si ya te lanzaste, no pares. Pero tampoco te creas invencible.
• Aprende cada día, cada error, cada cliente.
📌 Hoy aún no estamos donde queremos.
Pero ya no dependemos de una empresa que te cambia por “sangre nueva”.
Tenemos un negocio propio. Nuestro.
Sabemos que falta, que hay que seguir mejorando, que los retos siguen.
Pero también sabemos que podemos con eso y más.
🙏 Y si tú estás leyendo esto y sientes que no das una con tu negocio, que el mundo se te viene encima, que te equivocaste…
Aguanta. Aprende. Mejora. Ajusta. Pero no te rindas.
Porque si ya iniciaste, ya hiciste lo más difícil.
Y si tu pareja sigue a tu lado en las malas, créeme, merece estar en las buenas.
Texto de Ivan vargas (LinkedIn)
🔁 Comparte esta historia si te inspiró.
💬 ¿Tú también empezaste de cero? ¡Cuéntame en los comentarios!