02/01/2024
Con frecuencia escucho el reclamo masculino sobre la quejumbrosa costumbre femenina de quejarse de casi todo de lo que hacemos por ellas o contra ellas o intentando vivir en medio de ellas.
Quizás si en vez de enseñarnos a usar condones y recomendar anticonceptivos creyéndonos diametralmente opuestos a ellas, se nos enseñara a ambos nuestra realidad intrínseca las cosas serían muy diferentes porque, en primer lugar, dejaríamos de percibirnos desiguales y contrarios y en segundo, podríamos ambos extremos de un mismo universo, dejar de luchar tanto por mantener nuestras diferencias decidiendo afinar nuestras concordancias-
Uno, solo hay un s**o fundamental, en última instancia todos, como seres vivos, somos entes prolíficos, es decir, instintivamente deseosos de engendrar proles o crías o críos, lo que sea, porque en ellos engendramos VIDA: la relación de pareja no es para satisfacernos eróticamente sino para coincidir genéticamente, en nuestra misión engendradora de vida. Esto no es religioso sino realista: la mayor parte de los conceptos y la cultura en general sobre s**ología se ha concebido desde antes de saber realmente como somos y para que somos en lo genético y poco se ha cambiado porque el hacerlo sacude enormemente el concepto y la cultura en general sobre organización económica y socio-cultural.
No venimos a imponernos uno a otro s**o, en lo intelectual pero sí en lo convivencial porque ellas, las mujeres que no son "nuestras" sino en todo caso, somos de ellas porque ellas son el ser humano completo e íntegro en su objetivo de ser y estar aquí, la procreación y porque son mujeres porque fueron concebidas en condiciones óptimas para hacerlo y por lo mismo fueron conservadas como mujeres en su proceso de gestación y no fueron transformadas como varones por no tener tales condiciones óptimas para ser receptáculos de la VIDA que es cada uno de los críos que se albergan en sus úteros o vientres o matrices.
En tercer lugar, el matrimonio no es un boleto para ir a Cancún o Disneylandia sino un proceso de madurez en convivencia en el que a ella se le manifiestan en forma creciente, instintos de dominio que llamamos "económicos" porque esta palabra se refiere a la casa o cubil y lo que sucede dentro de ella, durante el tiempo de estación parto y formación de los hijos. Por lo que ellas intentarán siempre lanzarnos fuera de este cubil ancestral para que cumplamos nuestras misión esencial que no es tanto el embarazarlas, existe siempre la posibilidad de un embarazo partenogenético o autógeno de ellas mismas sin nuestra intervención: engendrarse y parirse a sí mismas, sino el ser los proveedores de alimento para ellas y los críos que engendraron entre ambos-ambas. Aquí lo más importante: los hombres o machos o varones, somos mujeres limitadas a funciones secundarias dentro del, mientras exista el universo, proceso de propagación de la VIDA, se nos transformaron ligeramente ciertos órganos, restándonos la función principal u original de los mismos: embarazarnos y procrear pero se nos conservaron instintos y funciones femeninas, lo primero, el instinto de crianza femenino: nos apareamos con ellas para satisfacer la necesidad de tomar a nuestros hijos en brazos y acunarlos y sentir eso que e nos dice es "amor paterno" cuando es materno y dos, conservamos no solo las areolas y el p***n de nuestras mamas sino también los conductos galactóforos por lo que se han dado casos de hombres que, habiéndose perdido la madre, pudieron producir leche para salvar a sus hijos. En contradicción, ninguna mujer puede producir semen por muy elevada que sea la presencia de testosterona en su organismo{
Volviendo a la quejumbrosa costumbre de quejarse, debemos recordar que esa costumbre es de toda hembra con críos o prole: todas obligan a su respectivo macho a traerles suficiente alimento y mantenerles protegidas durante el tiempo de maduración e independencia de sus hijos aunque eso si, son feroces camaradas de sus machos en la vida diaria cuando estos han logrado, para autonomía, para defender la supervivencia y progreso del grupo.
Si, hay mujeres que injusta y caprichosamente exageran sus exigencias, pero eso no es cuestión de género sino de concepto y cultura_ dime en que modelo económico-social vives y te diré quien terminarás siendo, un modelo como el que convivimos, el capitalismo, cuyo sustento es la producción y venta infinita de servicios y productos "satisfactores" de supuestas necesidades, reales o creadas, deforma la visión de la realidad y esta, por ser lo verdadero y ser lo que es, es Dios. Si ese Dios o modelo de vida corresponde a lo que nuestros sentidos esenciales o instintos nos señalan como válidos, seguramente serán justos y moderados pero si corresponden a deformaciones conceptuales y culturales, tendremos problemas de ubicación y proporción en lo que deseamos obtener de la pareja y esto vale tanto para uno como para el otro s**o.
Les deseo, a los maridos, buena caza y a sus esposas, buen sabor en las comidas saludables en que conviertan lo cazado por su cónyuge, logrando esto, el 2024 será seguramente un buen año.