12/06/2025
Artículo de Opinión
¿Por qué no ganaron ni la 4T, ni Morena, ni Enríquez?
Por Jorge Anima - 11 junio, 2025 4 0
Aunque el proceso electoral para la renovación de los gobiernos municipales aún no concluye formalmente, los resultados ya están prácticamente definidos. Y aunque Morena busca revertirlos por la vía legal, la diferencia es tan amplia que un cambio luce altamente improbable.
La alianza PRI–PAN se impuso con claridad en la capital, logrando una victoria contundente con más de 95 mil votos, frente a los 55 mil obtenidos por Movimiento Ciudadano y los 42 mil de la coalición de la 4T. Es decir, Morena perdió por más de 2 a 1. Pero, más allá de los números, la pregunta de fondo es: ¿por qué sucedió esto?
Desde una perspectiva neutral —y sin ánimos de favorecer a ninguna fuerza política— se pueden identificar varios factores clave, tanto de acierto como de error.
Por un lado quien hiciera la estrategia de unidad y grandeza si logró que existiera el voto en contra es decir llevaron a la realidad centrar la campaña por lo menos en la capital a decidir por el actor político en juego y no por el proyecto de gobierno y una vez hecho esto el siguiente paso fue el voto en contra es decir “El no votaré por Enríquez”.
Por diversas circunstancias se logró aislar al candidato, en donde su partido y los aliados no se volcaron a favor del doctor.
Además quién ganó se concentro en seguir el guión, lo que le dio la victoria
1. La campaña se centró en el “anti-voto”
La alianza PRI–PAN supo enfocar su estrategia en la figura del candidato opositor, no en sus propias propuestas. Su narrativa giró en torno a un solo mensaje: “no votar por Enríquez”. Y funcionó. Se trató de una campaña de contraste, efectiva para movilizar el voto útil y canalizar el descontento. En contrapartida, Enríquez fue aislado: ni su partido ni los aliados se volcaron en su apoyo. El candidato quedó solo en el campo de batalla político.
2. Desaprovechó su conocimiento público
Enríquez fue elegido como candidato por encuesta. Su reconocimiento en la capital era alto, pero también lo era su carga negativa. En lugar de centrar su campaña en el proyecto transformador de la 4T, optó por una estrategia excesivamente personalista. ¿Fue el ego? Tal vez. Pero lo cierto es que faltaron gestos de cercanía con la ciudadanía y acciones visibles que consolidaran una narrativa de gobierno progresista. Si ese no era su estilo, debió haberlo suplido con un equipo que sí lo impulsara. No ocurrió.
3. División interna en la 4T
Otra debilidad fue la incapacidad para aglutinar a las figuras clave del movimiento. Enríquez no logró cohesionar a las fuerzas cuatroteístas; incluso algunos morenistas se mantuvieron al margen. El resultado fue un proyecto desarticulado, sin respaldo pleno de su base ni conexión efectiva con la sociedad civil. Prueba de ello es que obtuvo menos votos que los afiliados a Morena en la capital.
4. Fallas en estrategia territorial
La operación de tierra también falló. Hubo zonas de la ciudad donde simplemente no se sintió la presencia del candidato. Llama la atención que el responsable nacional de estructura haya priorizado el interior del estado —como Santa Clara— dejando en segundo plano a la capital, que concentra el 30% del padrón estatal. El liderazgo nacional tampoco reaccionó: Andrés Manuel López Beltrán no dio un golpe de timón cuando las señales ya anticipaban un desastre.
5. Débil comunicación política
La comunicación fue otro talón de Aquiles. De 8 a 10 actividades diarias del candidato, solo se difundía una —y muchas veces sin pauta ni impacto real. La campaña no logró construir narrativa ni presencia en medios. La gota que derramó el vaso fue el enfrentamiento con el mayor ícono del periodismo duranguense, Heber García, donde el candidato salió severamente raspado. Una mala jugada en el tablero mediático.
En resumen, la derrota de Enríquez no fue resultado de un solo error, sino de la suma de omisiones estratégicas, desarticulación política, falta de narrativa y ausencia de operación territorial. En política, la percepción es realidad. Y la realidad es que, esta vez, el factor de movimiento ciudadano y Pancho Franco lograron lo que no pudo la 4T