16/04/2025
Sección Track a Track
Songs Of Lost World. El mundo puede estar pérdido pero la banda no. The Cure que vuelve y, en gran forma
The Cure
Songs Of Lost World
(2024) Fiction Records
Veredicto: 9.7 sobre 10
Créditos de fotografía (portada álbum): Cortesía Fiction Record
Por: Víctor Manuel García Molina
Imagen: Cortesía Fiction Record
Temía, temía, que The Cure a) Quisiera agradar a las nuevas audiencias y fallara o b) Que se hubiera convertido en un banda dinosaurio, como digamos, The Rolling Stones, sin embargo, por fortuna mis temores hacia la banda son infundados.
Para este su décimo cuarta producción en estudio, los liderados por Robert Smith presentan tan sólo ocho oscuros himnos, la obra abre con:
“Alone”, este es un track que se supone yo había oído ya en vivo, dado que los británicos la vienen tocando en sus más recientes recitales, acá se escucha una atmósfera creada por los acordes de un teclado que recuerdan a su más aplaudida producción sí, el aclamado Disintegration (Fiction/1989) para muchos la cúspide de su carrera, aunque también aparece un singular arreglo que nos trae a la mente alguna banda de shoegaze, que bien podría ser el Slowdive de su Souvlaki, el bajo y el piano parecen haber sido grabados de manera muy pulcra sin efectos, la mínima ganancia o distorsión, pero es una mera percepción subjetiva, llama la atención que esta primera rola es instrumental en sus primeros 03:27 minutos, (en este Songs of The Last World las prolongadas intros abundan), mismo lapso en que obi, la voz de el cantante, que por cierto se encuentra en perfectas condiciones no registra nota alguna, una apertura de cinco estrellas, digna de lo su longeva carrera.
“And Nothing Is Forever” para esta canción la número dos, los ingleses abren fuego nuevamente con el teclado, e insisto demasiado limpio sin efecto alguno,lo contrario de aquel “Carnage Visors” por citar un ejemplo, creando atmósferas pero también dejando escuchar un arreglo de unas cuantas notas, la ambientación acá remite más a una orquesta, a diferencia de la abridora “Alone” la voz del cantante hace su aparición al minuto 02:46 es decir la rola vuelve a tener una larga intro, Robert canta en un tono más lúdico pero bastante lejos del inocuo pop de “Friday I´am Love” o “Mint Car”, oscuridad sin concesión alguna.
“A Fragile Thing” con un arreglo minimalista el piano abre de nuevo, el bajo de Gallup está sonando como siempre pero a su tono natural, por cierto un instrumento que para este long Play parece voluntaria o no apocado, reducido, aminorado. Para este tercer track el vocalista aparece al segundo 0.55 con un estilo que remite a su afamada “Love Song”, me refiero sólo a la manera de manejar sus cuerdas y no a una similitud que vaya más allá, las partes instrumentales de evocan un tanto a un “Pictures Of You”.
“Warsong”, lo primero que se escucha es un sintetizador, un instrumento de viento, una gaita tal vez que le brinda un tono escocés, seguida por un arpegio de guitarra, una guitarra de Reeves Gabrels que suena más heavy, más procesada, estridente vaya,acompañada de una voz más cavernosa de Smith, que a momentos bien podría remitir a “Burn” (1994), este es una canción que amarán los fans darks de la banda.
Drone: Nodrone, aquí el asunto empieza a tornarse más interesante, un The Cure rejuvenecido, un inicio para zangolotear la cabellera que bien puede ser un “Screw” de su lejano Head On The Door (1985) ligeramente menos visceral, el buen Bob maneja la vocales a manera de “Never Enough”, una rola simplemente prendida, que más de un seguidor anhelará presenciarla en vivo, “Drone Nodrone” el segundo track de cinco estrellas en esta placa, imperdible, ampliamente recomendable..
“I Can Never Say Goodbye” , este es un himno melancólico al más puro estilo de los oriundos de Crawley, como sus ya básicos “Plainsong” o “The Same Deep Water As You” curiosamente ambos contenidos en su obra de 1989, Disintegration: En esta pieza los decibeles aminoran, pero, pese a ser una balada la guitarra de Gabrels suena iracunda, con pedalera, como si se tratara, esperemos y no de un réquiem, como los contenidos en aquel Blackstar de Bowie artista con quien el guitarro sino en este álbum, sí a lo largo de su trayectoria participó.
“All I Ever Am” Acá lo que luce es la batería, Jason Cooper no sólo se limita a cumplir con cuatro tiempos como la mayoría. De principio a fin matiza y acentúa, la rítmica remite a una marcha pero sin llegar a serlo, al menos no de manera tan obvia, la voz tiene un tono dramático y pop pero que no remite fácilmente a su obra anterior simplemente suena a Robert, la guitarra continúa estridente, sino llega a ser un track de cinco estrellas si está muy cercano a ello.
“Endsong” curioso que la canción que da fin a la obra se llame “canción final”, la bateria hace dobletes muy Disintegration, la atmósfera del teclado está en el mismo tenor, aunque la guitarra da un toque más melódico con arpegios, sigue estridente, lo que es una virtud, la voz de Robert hace su aparición hasta el minuto 7, no obstante parece algo natural, orgánico y nada forzado, una joya para cerrar.