07/10/2025
¡FUERA! ¡FUERA! ¡FUERA!
Doble o Nada.
Por: José Luis Ramírez.
Han transcurrido 454 años de la fundación de aquel mítico ayuntamiento, que dio origen a la "Villa de la Purísima Concepción de Zalaya", el 1 de enero de 1571, siendo electos como primeros alcaldes, Domingo Silva y Juan Freyre.
Celaya, la tierra llana, 310 años después de su fundación, ha tenido 30 jefes políticos, y 60 presidentes municipales, pero ninguno tuvo la descabellada idea de expresar públicamente que, “el 99% de las cosas, nosotros las hacemos bien…”. Al ciudadano alcalde de Celaya, solo le faltó decir que le falta un punto para competir con ciudades como Paris, Nueva York o Berlín.
El día que tomó posesión, el 10 de octubre del 2024, el ciudadano del reino perdido, tomó la única decisión que le aplaudieron los celayenses, despedir a los fedepales. Esa decisión se materializó gracias al trabajo administrativo de meses, que hizo Alianza Ciudadana. Sin ello, hubiera llegado con las manos vacías a recibir el gobierno que se ha empeñado en arruinar. En el momento oportuno, contaré en detalle esos pasajes de traición, oportunismo e ingratitud.
Por ahora, mis queridos tres lectores, los invito a revisar algunas cosas del 99% que “hizo muy bien” el alcalde, y desde luego, pido me disculpen sus antecesores en donde quiera que se encuentren.
Una de sus decisiones autoritarias que lo vistieron de cuerpo entero, fue si interés inexplicable, en ese momento, por controlar la Oficialía Mayor, y el despido inmediato de quien había sido seleccionada como parte de un acuerdo político, desde antes del triunfo, y ratificado en las primeras horas del 3 junio. Desde luego, era la única que había trabajado desde junio en radiografiar las 24 dependencias municipales, ubicando sus debilidades y fortalezas. Su despido, le rendiría al presidente municipal sus primeros dividendos.
Sus argumentos, como usted recordará, fueron: “No queremos una Superoficialía ni grupos; queremos un trabajo conjunto. Por eso también desapareceremos la Oficialía Mayor”. La destitución de la Oficialía Mayor, bajo ese argumento, solo era una maniobra para hacer a un lado, a quien le era una testigo incomoda de sus reales intereses. Y como muestra, solo señalo el cambio de Banco, al que benefició con la administración de cientos de millones de pesos del municipio.
Además, su aseveración de desaparecer la Oficialía Mayor, era producto de un desconocimiento de la administración pública. Desde esa área, se organiza la administración del personal que, a su vez, gestiona y opera toda la vida de la ciudad. Mas de 3 mil empleados, trabajando en diferentes áreas, con diferentes sueldos, y diferentes especialidades; con necesidades y problemáticas distintas; con vacaciones, con antigüedades, con jubilaciones, con descuentos, con pagos al IMSS, con pagos de seguros de vida, con pagos de seguros de automóviles; con el control de la nómina catorcenal, con el control de faltas y descuentos, con la generación de contrataciones y despidos, con liquidaciones. Desaparecerla, no solo era una muestra de ignorancia, sino darse un tiro en la frente como ha venido sucediendo.
Finalmente, lo que estuvo haciendo, fue fragmentar la Oficialía Mayor, no en sus responsabilidades con respecto a los trabajadores, sino en las atribuciones con respecto a la gestión de adquisiciones inherentes a su función. Si la tesorería, es el órgano poderoso de la administración, la convirtió en super poderoso, trasladándole atribuciones de la Oficialía Mayor. Desde luego, bajo un esquema de mutua conveniencia, al que, por cierto, fue el segundo director escogido después del mes de junio. Por otro lado, la selección y contratación del personal fue trasladada al afamado Jefe de Gabinete, quien a su vez, solo es intermediario de la segunda voz al mando de la administración municipal.
La Oficialía Mayor solo ha sido una fachada, o un instrumento de despidos humillantes, de tratos vejatorios, y lo peor, de triángulos amorosos que obligaron a la renuncia de funcionarios invitados por el alcalde a trabajar con él. Realmente cada uno de estos personajes, tiene un vínculo novelesco con el ciudadano alcalde. ¿Es de interés público lo que menciono? Mientras se use o se despilfarre dinero del pueblo, claro qué lo es.
¿Por qué les comento esto? Porque este es el origen de hechos posteriores que fueron minando la credibilidad del alcalde, hasta convertirlo en objeto de burlas, de reclamos, de escarnio público que nunca se había visto en 454 años de haberse fundado la ciudad de Celaya. El pueblo de Celaya, quizá en otro momento se hubiese callado esos tonos de violencia verbal, pero ha sido lastimado con el engaño, el doble discurso en favor del pueblo que, en los hechos, se ha convertido en mentiras, autoritarismo, ignorancia, incompetencia, despilfarro, favoritismo, desmentidos, revictimización y criminalización de ciudadanos. En fin, el 99% de todo lo que dice que hace bien, es lo que hace mal.
Las decenas de millones de pesos que se ha gastado en despidos para colocar gente que le adule, y le pague con su presencia y aplauso en sus disonancias históricas y cognitivas públicas, revela un uso inadecuado de los recursos públicos, porque ni siquiera a nivel de directores logra un nivel de aceptación mediano de su desempeño, mucho menos, en empleados contratados por interés electoral.
Hoy la Oficialía Mayor se ha convertido en el centro de los enredos y distorsiones del quehacer público. Además de los despidos que ya suman cientos, y las liquidaciones a modo, enfrenta en su cotidianidad, la inexperiencia, y el desorden.
Los problemas de nómina, no son recientes, a fines de enero, en sesión del Ayuntamiento, el regidor Carlos Ruiz León, explicó que, aunque se argumenta que la nómina municipal presenta errores por la falta de un software adecuado, el programa "menú-per" que utilizaban estaba activo y había pasado auditorías sin observaciones”.
En respuesta el alcalde del 99%, “negó que existiera un software funcional y destacó que 33 empleados gestionaban la nómina manualmente, cuestionando también la transparencia del director de personal, a quien acusó de corrupción”. Datos que desmentí en su momento. Ese día, “el alcalde defendió el despido de personal improductivo y aseguró que la implementación de un nuevo sistema reducirá costos y carga laboral, subrayando que los errores actuales serán temporales y corregidos para asegurar un manejo transparente de los recursos municipales”.
Hoy, a nueve meses de ese debate, las retenciones del ISR, los descuentos, los pagos sin control, los retrasos en la nómina, responde la Oficial Mayor, que son porque “tenemos un sistema que es muy arcaico, que es en plataforma de MS-DOS, la plataforma de MS-DOS es muy vieja”. Se está igual o peor en el supuesto de nueve meses atrás. Las mentiras como las naranjas se caen cuando están maduras.
Como ustedes recordarán, los pensionados y jubilados del gobierno municipal de Celaya, se manifestaron en las primeras semanas del mes de agosto tras haberles sido retirada la prestación del “Fondo de Ahorro”, que por mas de 30 años habían recibido. Era simplemente un derecho adquirido. La SCJN, señala que el derecho adquirido se puede definir como el acto realizado que introduce un bien, una facultad o un provecho al patrimonio de una persona, y ese hecho no puede afectarse, ni por la voluntad de quienes intervinieron en el acto, ni por disposición legal en contrario.
Sin embargo, la oficial mayor, Mireya Villagómez, “relató que se tomó esta decisión porque detectaron que esta prestación no está fundamentada en algún marco legal, por lo tanto, esto que hacían las anteriores administraciones era ilegal”. Desde luego, ella no es una profesional del Derecho, pero la Dirección de Asuntos Laborales que está bajo su mando, acéfala a la renuncia de la exalumna del alcalde, Gisela Tinajero, fue cubierta por otro de sus amigos del PRD, Arturo Bravo Guadarrama, quien señala haber estudiado arquitectura, pero en el Registro de Profesiones no existe ninguna licencia profesional.
Y aunque así fuera, el perfil del puesto, señala que debe tener licenciatura en Derecho, y posgrado en Fiscal, Laboral, o Amparo, y experiencia laboral en esos ámbitos. La contratación por amiguismo, sin cumplir con los perfiles laborales, explicaría como han llegado a tomar decisiones que ponen en riesgo el patrimonio municipal, y el bienestar, la salud, y la seguridad de los adultos mayores jubilados y pensionados.
Ese atropello, fue el distintivo social con el que cerró su primer año de gobierno el alcalde Ramírez. En la sesión solemne de la entrega del Primer Informe de Gobierno, dentro del edificio municipal, los adultos mayores, pensionados y jubilados se manifestaron, y lo acompañaron con pancartas y reclamos, hasta la Calzada Independencia. A un lado, sahumándole el camino, iba un chamán, tratando de limpiar la desgracia y el infortunio, en que está sentado este gobierno.
El enorme templete desde donde lanzaría el alcalde su perorata del 99% de eficacia de su gobierno, cubría por completo el monumento del padre de la patria, el Cura Miguel Hidalgo y Costilla. No fue un error con la historia, ni un descuido ocultarlo, fue la negación del pasado que nos dio derechos, principios y dignidad como pueblo.
Los pensionados y jubilados en su diario afán por defender sus derechos, y de los que llegarán en su momento a esa condición, han acudido diariamente a la Casa del Pueblo a manifestarse. El jueves pasado la Oficial Mayor, y el encargado de asuntos Laborales, Arturo Bravo Guadarrama, en respuesta al trato insensible y burlón que han hecho a los jubilados y pensionados, les comenzaron a gritar ¡Fuera, fuera, fuera! No era un simple grito de rechazo a malos servidores públicos, era una admonición de lo que pronto pueda escuchar en su contra Juan Miguel Ramírez Sánchez.
Un principio elemental de un gobierno sensible y sensato es el cuidado y protección de los niños y los adultos mayores. Esto que estamos viviendo no es solo un escándalo administrativo, es una crisis de responsabilidad pública.
¡Celaya Merece Un Buen Gobierno!
Revolcadero.
Analizar con cuidado el tabulador de la nómina, y la plantilla laboral de la administración municipal es urgente. La posibilidad de encontrar fantasmas contratados, no es desatinada. Es una costumbre, o herencia cultural asimilada para engordar los cochinitos o marranos electorales. ¡Mas vale!
Los invitamos a leer y compartir con sus familiares y amigos el artículo ¡FUERA! ¡FUERA! ¡FUERA! de la columna de JoséLuisRamírez, Consejero Fundador de que publica