28/11/2025
En análisis conductual, el suicidio no se interpreta como un “impulso irracional”,
sino como una conducta reguladora, aprendida en contextos donde el dolor emocional se volvió crónico y aparentemente incontrolable.
En la mayoría de los casos, la conducta suicida cumple funciones claras:
escape, reducción del malestar, o terminación de estímulos aversivos que la persona ya no encuentra cómo modular.
Como planteaba Hayes (2004), cuando la vida se llena de evitación, la persona no deja de sentir…
simplemente deja de ver alternativas.
La tarea clínica no es cuestionar el dolor, sino analizar su función, trazar su historia,
y enseñar nuevas respuestas que permitan disminuir el sufrimiento sin eliminar la vida como medio de alivio.
El suicidio no es la causa del dolor;
es la conducta que aparece cuando la persona ya no encuentra formas efectivas de regularlo. - Psic Eder García