09/09/2024
Un día a la vez.
A veces, el mundo gira demasiado rápido estamos tan acostumbrados a que con la rapidez de un solo click obtenemos la satisfacción de ver o escuchar cualquier cosa, y entre el caos y las expectativas, nos olvidamos de lo más importante: nosotros mismos. Quiero que sepas que está bien no tener todas las respuestas, que no necesitas estar en control de todo para sentirte en paz. El simple hecho de estar aquí, de existir, es suficiente.
A lo largo de los días, cargamos con tantas expectativas. Nos exigimos ser fuertes, ser productivos, ser felices, ser perfectos, ser personas funcionales y no personas felices que se sienten plenos y satisfechos con su vida, pero la verdad es que somos humanos. La vida no siempre es fácil, y eso está bien. Está bien sentirte cansado, está bien no estar seguro de qué vendrá después. Lo que importa es que sigues adelante, a tu ritmo, un paso tras otro.
Hoy no tienes que ser más que quien ya eres. No necesitas cumplir con todas las metas a la vez. Está bien que hoy sea un día más tranquilo, que te tomes el tiempo para escucharte, para cuidarte. El crecimiento no siempre se ve ni se mide de inmediato, pero está ocurriendo en cada respiro que tomas y recuerda que cada proceso es difícil y jamás será lineal.
Mírate con los mismos ojos amables con los que ves a quienes amas, trátate como te gusta tratar a los demás. Sé paciente contigo mismo/ a, así como lo eres con los demás. Perdónate si hoy no llegaste a donde esperabas. No estás solo/a en este camino. Todos estamos aprendiendo a ser más gentiles con nuestras propias almas, a vivir un día a la vez.
Cada mañana es una nueva oportunidad. No para ser perfecto, sino para seguir descubriendo, creciendo y amándote. En los días buenos y en los días malos, mereces ese amor, esa compasión. Te invito a que, sin importar lo que sientas hoy, te reconozcas. Que aprecies lo lejos que has llegado y lo que has superado, por que eso es tu poder, la resiliencia perpetua que jamás ha desistido dentro de ti.
No olvides que no necesitas demostrarle nada a nadie, ni siquiera a ti mismo/a. Ya eres suficiente tal como eres. Un día a la vez, en tu propio tiempo, con tu propio brillo.
