
22/08/2025
🇯🇵 Japón, tiempos de gu3.rra… Un niño caminaba con el cuerpo sin vida de su hermano en la espalda.
Su plan: enterrarlo cuando pudiera.
Un soldado lo vio y le dijo:
—Bájalo, así podrás correr mejor.
El niño, con firmeza, respondió:
—No pesa… es mi hermano.
El soldado rompió en llanto.
Con el tiempo, esta imagen se convirtió en un símbolo de unión y amor incondicional en Japón.
Que esta historia nos recuerde algo esencial:
Si tu hermano o tu hermana cae… levántalo.
Si está cansado… cárgalo.
Si se equivoca… perdónalo.
Y si el mundo le da la espalda… abrázalo, porque no pesa.
Somos hermanos, y los hermanos no se abandonan.
Créditos a su autor