29/12/2024
—Los brujos consideran el ensoñar como un arte extremadamente sofisticado —dijo—. Lo llaman también el arte de desplazar el punto de encaje de su posición habitual, a voluntad, a fin de expandir y acrecentar la gama de lo que se puede percibir. Dijo que los brujos antiguos construyeron el arte del ensueño basándolo en cinco condiciones que vieron en el flujo energético de los seres humanos. Uno, vieron que solo los filamentos energéticos que pasan directamente a través del punto de encaje pueden ser transformados en percepción coherente. Dos, vieron que si el punto de encaje se desplaza a cualquier otra posición, sin importar cuán grande o diminuto sea el desplazamiento, otros filamentos energéticos que no son habituales comienzan a pasar a través de este. Ello hace entrar en juego al fulgor de la conciencia, lo cual fuerza a estos filamentos energéticos a transformarse en percepción coherente y estable. Tres, vieron que en el transcurso de sueños normales, el punto de encaje se desplaza fácilmente y por si solo a otras posiciones en la superficie o en el interior del huevo luminoso. Cuatro, vieron que por medio de la disciplina es posible cultivar y ejecutar, en el transcurso de los sueños normales, un sistemático desplazamiento del punto de encaje.
Y cinco, vieron que se puede hacer que el punto de encaje se desplace a posiciones fuera del huevo luminoso y entre al reino de los filamentos energéticos del universo fuera de lo humano.
El Arte de Ensoñar
Carlos Castañeda