
28/02/2025
"Sibil, dedicaba su vida a sanar criaturas que pocos se atrevían a tocar. En su santuario oculto entre los bosques encantados, dragones heridos encontraban consuelo, unicornios enfermos recuperaban su brillo y fénix debilitados renacían bajo su cuidado. Con manos suaves y palabras llenas de magia, Sibil comprendía el lenguaje de cada criatura, sintiendo su dolor como propio. No había veneno ni maldición que su sabiduría no pudiera contrarrestar. Se decía que su alma estaba conectada con la naturaleza misma, y que mientras su corazón latiera, ningún ser mágico quedaría sin esperanza. Para Sibil, cada vida era un milagro, y su mayor recompensa era ver a sus pacientes alzar vuelo nuevamente.