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MONREALEl epílogo de un político que nunca fue villano ni héroePor: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶Ricardo Monreal ha decidido bajarse de...
14/07/2025

MONREAL
El epílogo de un político que nunca fue villano ni héroe
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶

Ricardo Monreal ha decidido bajarse del tren. Sin aspavientos, sin lágrimas ni mariachis, simplemente se despide del escenario político donde durante casi cinco décadas fue actor recurrente —a veces protagonista, otras tantas figura secundaria, pero siempre presente. Lo hace como lo hacen los viejos toreros: sin soltar la muleta, pero dejando claro que ya no volverá al ruedo.

“Estoy en el proceso final de mi vida pública”, dijo. Y con esa frase, Monreal, el camaleón de la política mexicana, el operador parlamentario más fino de Morena, el que un día fue priista, después perredista, más tarde obradorista, y por momentos hasta “monrealista”, anuncia el cierre de una etapa.

Pero no nos engañemos: este no es un retiro súbito ni forzado. Es la consecuencia lógica de una larga travesía en la que ya no hay más cumbres que escalar. Perdió la batalla por la Jefatura de Gobierno, se disciplinó con Sheinbaum, renunció a confrontar y apostó por la conciliación. Su voz, que en algún momento sonó disruptiva dentro de la 4T, se fue apagando a fuerza de pragmatismo y lealtad estratégica.

Monreal no se va porque quiera, sino porque sabe que no tiene ya un lugar real en el rediseño del poder que encabeza Claudia Sheinbaum. El “segundo piso” de la transformación no contempla a quienes simbolizan el primer andamiaje, menos aún si ese andamiaje tuvo, en algún momento, dudas o fisuras internas.

Lo que sí sorprende —y no tanto— es la dignidad del gesto. Pocos en la política mexicana pueden decir que, en 48 años, no tienen denuncias por corrupción, tráfico de influencias o violencia. Monreal lo dice con serenidad, como quien sabe que su archivo puede revisarse sin temor a sobresaltos. En un país donde muchos buscan fuero antes que retiro, su salida limpia es casi una rareza.

Con Monreal se va también una forma de hacer política: la del puente, la negociación, la aritmética parlamentaria y el cabildeo silencioso. En un contexto donde el discurso polarizante se impone y las decisiones se toman con más ideología que técnica, el zacatecano representaba una de las últimas bisagras entre el oficialismo y la disidencia institucional.

¿Lo extrañarán? En el corto plazo, probablemente no. Pero cuando Morena tenga que aprobar reformas complejas sin el operador de la sonrisa cordial y la cita precisa, tal vez noten su ausencia.

Monreal no fue ni héroe ni villano. Fue, más bien, un político completo, de esos que entendieron el juego y supieron jugarlo sin que el barro les llegara a la camisa. Hoy se va sin romper el tablero, sin patear la mesa, y eso, en los tiempos que corren, ya es bastante.

Habrá que ver si, como muchos otros, regresa en algún momento. En la política mexicana el retiro es más promesa que final. Pero si no lo hace, al menos podrá decir que se fue sin deberle nada a nadie… salvo quizá el aplauso que nunca le dieron del todo.

EL ROSTRO DEL BIENESTAR EN TAMAULIPAS Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶En política, hay operadores que se ven poco pero hacen mucho. Q...
09/07/2025

EL ROSTRO DEL BIENESTAR EN TAMAULIPAS
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶
En política, hay operadores que se ven poco pero hacen mucho. Que no buscan reflector, pero sin ellos no se entiende la maquinaria. En Tamaulipas, Luis Lauro Reyes Rodríguez, delegado de los Programas para el Bienestar, se ha convertido en una pieza clave para que la política social del gobierno federal aterrice con eficacia en uno de los estados más complejos del país, por su geografía.

La reciente visita de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a tierras tamaulipecas no sólo marcó el arranque del programa Salud Casa por Casa —una estrategia territorial con rostro humano—, sino también evidenció algo que en política vale oro: la coordinación real y eficaz entre Federación y Estado. Y ahí, en ese puente institucional, el delegado Luis Lauro Reyes juega un papel fundamental.

Porque hablar de bienestar no es solo hablar de transferencias económicas. Es asegurar que cada adulto mayor reciba su pensión sin retrasos; que una madre trabajadora pueda contar con apoyo mientras cuida a sus hijos; que una persona con discapacidad sea vista no con lástima, sino con justicia. Y todo eso requiere logística, presencia, voluntad... y política con P mayúscula.

Luis Lauro ha sido ese operador silencioso que, mientras otros hablan de transformación, la ejecuta. En un estado donde el rezago histórico y las brechas sociales se profundizaron por años, él ha consolidado la estructura de bienestar como un andamiaje sólido que sostiene a más de 356 mil adultos mayores, 25 mil mujeres, 27 mil personas con discapacidad y miles de niñas y niños.

Y lo hace sin escándalos, sin simulación. A ras de tierra.

Durante la visita presidencial, Reyes Rodríguez no fue un mero acompañante de la gira: fue el articulador del encuentro entre gobierno federal y estatal, una bisagra institucional que permitió que el programa Salud Casa por Casa no fuera sólo anuncio, sino acción inmediata. Desde su posición, ha sabido mantener la cohesión con el equipo del gobernador Américo Villarreal Anaya, demostrando que cuando hay objetivos compartidos —como lo son el bienestar, la equidad y la justicia social—, las jerarquías ceden ante las prioridades.

Lo suyo no es el discurso grandilocuente. Es la gestión diaria. El saber que cada programa debe tener rostro, nombre y destino. Que los apoyos deben llegar a tiempo, sin clientelismo ni corrupción. Que la Cuarta Transformación no se decreta: se construye desde las oficinas del Bienestar, sí, pero también desde las comunidades, con tierra en los zapatos y cuadernos llenos de registros.

La visita de Sheinbaum y el aplauso a Américo no tendrían el mismo peso sin esa línea de continuidad que representa Luis Lauro Reyes. Un funcionario que ha entendido que en política social, el éxito no está en la propaganda, sino en los resultados tangibles: un anciano que recibe sus seis mil pesos a tiempo; una madre que puede comprar útiles escolares; un joven que encuentra oportunidad en un beca y no en el crimen.

Tamaulipas, con todos sus desafíos, tiene una estructura operativa que hoy le permite ser referente nacional en la aplicación de los programas sociales. Y si se puede decir eso sin titubeos, es también gracias a ese engrane que no se oxida y no se detiene: Luis Lauro Reyes Rodríguez, el puente entre el escritorio federal y el corazón popular.

Donde la política se ejerce, no se presume.

TAMAULIPAS, LA HERIDA QUE NO CIERRA: 15 AÑOS SIN RODOLFO TORREPor: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶Hace 15 años, Tamaulipas dejó de ser el...
29/06/2025

TAMAULIPAS, LA HERIDA QUE NO CIERRA: 15 AÑOS SIN RODOLFO TORRE
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶
Hace 15 años, Tamaulipas dejó de ser el mismo. Aquel 28 de junio de 2010, entre el calor de campaña y el polvo de la carretera que lleva al aeropuerto de Ciudad Victoria, se escucharon los disparos que apagaron la vida de Rodolfo Torre Cantú, candidato del PRI a la gubernatura. Ese día no solo mataron a un hombre: asesinaron también una esperanza, una visión y quizás, el último aliento de un priismo que aún creía poder reinventarse.

La ejecución de Torre no fue un crimen más. Fue una emboscada política con aroma a pólvora y silencio oficial, con cadáveres en la escena y omisiones en los archivos. A 15 años, la historia sigue con páginas en blanco y muchas preguntas bajo la alfombra. ¿Quién ordenó el atentado? ¿A quién estorbaba Rodolfo? ¿Qué Tamaulipas se habría escrito si él hubiese llegado al poder?

Más de un tamaulipeco aún lo recuerda con ese aire entre luto y nostalgia. Y no es para menos: Rodolfo representaba un perfil raro en la política local, ese que no gritaba, no traicionaba y no robaba reflectores. Era médico, no cacique. Tenía proyecto, no solo ambición. Su lema, “Daré todo mi esfuerzo y más, para servir a Tamaulipas”, era más que una frase de campaña. Era una promesa de reconstrucción desde la raíz.

Su as*****to marcó el parteaguas. La política se tiñó de miedo, y muchos aprendieron que aquí la línea entre poder y tumba es demasiado delgada. En lo inmediato, su lugar lo tomó su hermano Egidio Torre, un hombre sin vocación, sin brillo, sin más mérito que su parentesco. Gobernó seis años, sí, pero gobernar no es lo mismo que liderar. Su sexenio fue gris, tibio y sin pulso, mientras el estado seguía cayendo en manos de la violencia, la corrupción y la simulación.

Rodolfo era distinto. Y eso fue lo peligroso.

Hoy, con un nuevo mapa político y un país que camina entre la polarización y el hartazgo, el recuerdo de Torre Cantú reaparece como un símbolo incómodo. Porque nos recuerda que hubo una alternativa y la perdimos. Porque nos dice que la transformación de Tamaulipas no necesita solo siglas nuevas, sino carácter, visión y convicción.

A 15 años, Rodolfo sigue presente, no en estatuas ni en homenajes oficiales, sino en esa pregunta que no deja de doler:
¿Qué habría sido de Tamaulipas si no lo hubieran matado?

📰LOS DETALLES QUE PESAN MÁS QUE EL DISCURSO📰Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶En un escenario político donde los actos suelen ser rutin...
19/06/2025

📰LOS DETALLES QUE PESAN MÁS QUE EL DISCURSO📰
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶
En un escenario político donde los actos suelen ser rutinarios y las presencias protocolarias, hay figuras que rompen el molde. El regidor Óscar Narváez Ramos no solo asiste a las ceremonias de graduación con entusiasmo genuino, sino que se adelanta a ellas con emoción visible y preparación cuidadosa.

Ya circulan en redes fotografías de los obsequios que el regidor planea sortear entre los graduados en las próximas semanas. No se trata de un acto improvisado, mucho menos de un gesto vacío. Es una muestra del empeño con el que Narváez se alista para compartir con quienes cierran un capítulo importante de su vida académica.

Y me atrevo a adelantarme: como ya es costumbre, no lo hará solo. Estos eventos los realiza siempre acompañado de su esposa e hijos, una presencia constante que lo conecta no solo con el protocolo, sino con el humanismo y el núcleo familiar que muchos políticos han olvidado —o nunca han entendido. Porque no se trata solo de estar, sino de estar con los suyos, para los demás.

No es común ver a un funcionario municipal preparando personalmente los detalles que va a regalar. Mucho menos ver que esos detalles generan conversación incluso antes de ser entregados. Pero en política, lo que se hace con el corazón —y no por cálculo— siempre encuentra eco.

Narváez no llega a las escuelas con discursos lejanos ni frases aprendidas. Llega con gestos que dicen más: desde entregar certificados en mano hasta rifar pequeños obsequios como símbolo de reconocimiento y cercanía.

En este país donde muchos buscan votos sin siquiera mirar a los ojos, hay un regidor que mira con respeto, actúa con calidez y se prepara con ímpetu para hacer de una ceremonia común, un momento inolvidable.

Lo que sigue no es casualidad. Es consecuencia de algo simple y poderoso: cuando se disfruta servir, la gente lo nota.

"Y así, entre pequeños detalles, se construyen las grandes diferencias."

UNA FOTO DICE MÁS QUE MIL SIMULACIONESPor: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶Ya están ahí. Circulan con nostalgia oportunista por las redes ...
14/06/2025

UNA FOTO DICE MÁS QUE MIL SIMULACIONES
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶
Ya están ahí. Circulan con nostalgia oportunista por las redes sociales. Imágenes del pasado que hoy regresan como sombras incómodas a recordar que antes de ser “del pueblo”, muchos de nuestros políticos jugaban a ser pueblo. No daré nombres, no hace falta. Las fotografías hablan con la elocuencia que la congruencia les niega.

Ahí los vemos: sonrientes, enfundados en camisetas del Che o con paliacates al cuello, posando junto al líder sindical, al campesino, al vendedor ambulante, al obrero. Hoy, transformados en candidatos, legisladores o gobernantes, insisten en decirnos que vienen “desde abajo”, que entienden el dolor del pueblo porque, según ellos, lo vivieron. Pero basta rascar un poco —una credencial, una trayectoria, un padrino político— para saber que lo suyo no es origen humilde, sino una gran capacidad para disfrazarlo.

No se trata de hacer politiquería, no. Se trata de exigir congruencia. Porque si alguien tiene el derecho de hablar desde el pueblo, es quien lo ha vivido sin reflectores ni campañas: el obrero que trabaja sin seguro, el luchador social que no cobra, el líder comunitario que organiza con y sin presupuesto. Ellos sí tienen autoridad moral, porque no necesitan pintar bardas para ser parte del movimiento: lo son desde siempre.

Pero hoy, en tiempos de definiciones, muchos se cuelgan del guinda como quien cambia de camiseta en un clásico. Se visten del color del momento, adoptan el lenguaje de la transformación y se dicen "pueblo" como quien adopta una moda. Se olvidan que este movimiento no se trata de parecer, sino de ser. Y que fingir humildad es otra forma de corrupción.

Dice el presidente López Obrador —y hoy lo tomo prestado—:
“El pueblo es sabio: la gente sabe muy bien lo que le conviene y aquello que no.”
Sabias palabras, que hoy se vuelven un espejo para los que creen que la memoria colectiva es corta y que el pasado no pesa. Pero pesa. Porque aunque no digamos nombres, hay fotos. Y una foto, cuando está fuera de contexto, puede ser una mentira, pero cuando es reveladora, es una sentencia.

Hoy más que nunca, la dignidad del pueblo no necesita impostores.
Y sí: una foto dice más que mil discursos.
Es cuanto.

CUANDO LA PÓLVORA ES DE CASAPor: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶🖋️Qué bonito espectáculo es ver cómo los cañones se giran hacia adentro e...
12/06/2025

CUANDO LA PÓLVORA ES DE CASA
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶🖋️
Qué bonito espectáculo es ver cómo los cañones se giran hacia adentro en plena danza de la autodestrucción política. No es la oposición, ni la prensa incómoda, ni los fantasmas del cabecismo: son los mismos morenos los que se clavan la daga… y la afilan antes de prestársela al adversario.

El diputado local Humberto Prieto Herrera decidió abandonar la mesura —si alguna vez la tuvo— y lanzó metralla contra el senador José Ramón Gómez Leal, mejor conocido como JR, acusándolo de hablar con las cifras de su cuñado, en referencia al exgobernador Cabeza de Vaca. Y no lo hizo entre cafés ni en pasillos: lo dijo como presidente del Congreso, con micrófono encendido y cámaras grabando. Bravo.

¿Y todo por qué? Porque el senador tuvo la osadía de señalar que los avances en seguridad en Tamaulipas no son tan evidentes como presume el gobierno actual. Una crítica que, con matices, podría provenir de cualquier ciudadano. Pero en este ajedrez tropical llamado política morenista, cualquier peón que se mueva sin permiso es traidor. Y cualquier crítica interna, aunque sea legítima, es vista como herejía.

El problema aquí no es el fondo, sino el fuego amigo. Si JR exagera o confunde cifras, bastaría con un deslinde técnico o una corrección política. Pero Prieto opta por el camino de la descalificación personal, el señalamiento genealógico y la insinuación de mala fe. Eso no es debate: es vendetta.

Y lo más curioso es que el diputado exige unidad mientras dinamita los puentes. ¿No se supone que Morena está en la recta final para consolidar su poder en Tamaulipas? ¿No es este el momento para cerrar filas y no abrir trincheras? ¿O será que los pleitos internos ya no son daño colateral, sino estrategia deliberada?

Porque si lo que busca Prieto es fortalecer al partido, mal hace en sembrar sospechas sobre los suyos. Y si lo que pretende JR es sacudir la silla de alguien, peor si lo hace desde la sombra, sin propuestas concretas ni tierra firme bajo los pies.

Lo cierto es que mientras se tiran con expedientes y parentescos, Tamaulipas sigue enfrentando problemas reales: inseguridad en regiones clave, rezagos económicos, y un sistema político que parece más preocupado por cobrar facturas internas que por dar resultados afuera.

¿Quién suma, quién resta y quién simplemente estorba? Esa es la pregunta que debería preocupar a quienes hoy se disputan el micrófono. Porque a veces el enemigo no está cruzando la calle, sino sentado a tu izquierda.

Y si el fuego amigo sigue así, no será necesario que la oposición gane: bastará con que Morena se siga disparando al pie.

LA 50+1 EN TAMAULIPASEl poder femenino ya no pide permisoPor: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶El pasado viernes, en Expo Tampico, no solo ...
10/06/2025

LA 50+1 EN TAMAULIPAS
El poder femenino ya no pide permiso
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶
El pasado viernes, en Expo Tampico, no solo se rindió protesta a una nueva directiva; se reafirmó, con toda formalidad, que las mujeres en Tamaulipas ya no están para pedir espacio, están para ocuparlo con inteligencia, convicción y oficio.

La toma de protesta de la Colectiva 50+1 capítulo Tamaulipas marca más que un simple acto protocolario: representa un punto de inflexión en la política local. Porque lo que vimos fue una alineación de talentos con influencia real, con trayectorias comprobadas y con una agenda clara: hacer que la igualdad sustantiva no sea una meta lejana, sino un piso común desde el cual avanzar.

Encabeza la directiva Andrea García, exsenadora panista que se ha ganado el respeto dentro y fuera de su partido por su congruencia. Como vicepresidenta, Mónica Villarreal, actual alcaldesa de Tampico, aporta no solo el peso de un cargo ejecutivo, sino también una visión de territorio y resultados. Y como secretaria técnica, Alejandra Cárdenas Castillejos, una política de cepa, empresaria, con olfato legislativo y compromiso social.

Pero lo que verdaderamente distingue a esta directiva es su pluralidad. Aquí hay panistas, priistas, académicas, periodistas, empresarias, jóvenes activistas. Aquí no se reparten cuotas partidistas, se tejen alianzas de propósito. Y eso, en estos tiempos, vale más que mil discursos del 8 de marzo.

No podemos dejar de mencionar nombres que también integran esta potente alineación: la periodista Daisy Herrera, que ha roto techos en medios y consultoría; la académica Josefina Guzmán, defensora de derechos con vocación formativa; la magistrada Blanca Eladia Hernández Rojas, que aporta perspectiva judicial; y figuras políticas como Maki Ortiz, Olga Sosa e Imelda Sanmiguel, mujeres curtidas en el barro electoral que no llegaron a improvisar.

Lo de 50+1 no es una moda. Es un recordatorio aritmético de una verdad que incomoda a más de uno: sin las mujeres, no hay democracia posible. Y mientras la paridad sea todavía una meta, necesitamos organizaciones que no solo acompañen la lucha, sino que la lideren desde la estrategia, el trabajo institucional y el músculo social.

Ahora bien, que nadie se confunda: no se trata de adornar espacios con flores y discursos. Se trata de gestionar poder con ética, con visión y con resultados. Se trata de sacar al feminismo de los likes y traducirlo en políticas públicas, en presupuestos etiquetados, en leyes que no se queden en el papel.

En ese sentido, la Colectiva 50+1 tiene un gran reto: no caer en el espejismo de la representatividad simbólica. Si logran pasar del evento a la acción sostenida, del foro al seguimiento, y del manifiesto a la incidencia real, estaremos ante un parteaguas para la participación femenina en Tamaulipas.

Porque hay que decirlo sin adornos: ya no se trata de abrir la puerta a las mujeres, se trata de reconfigurar la casa completa.

Bienvenidas las que llegan con hechos, con agenda y con coraje.
El momento no solo es significativo.
Es inevitable.

LA UPD Y EL PERIODISMO QUE VIENE𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶La transformación digital no es un asunto del futuro: es el presente inmed...
09/06/2025

LA UPD Y EL PERIODISMO QUE VIENE
𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶
La transformación digital no es un asunto del futuro: es el presente inmediato. El ejercicio periodístico atraviesa una etapa de redefinición, impulsada por tecnologías emergentes, nuevas formas de consumo informativo y una ciudadanía que exige más, pero que también se ve constantemente expuesta a la desinformación. En este escenario complejo, la Unión de Periodistas Democráticos de Tamaulipas, A.C. (UPD) ha iniciado un proceso de reestructuración que busca responder, con responsabilidad y visión, a los nuevos retos de la profesión.

Durante el fin de semana, en la capital del estado, se llevó a cabo una reunión encabezada por el presidente interino de la UPD, Benito García Badillo, en compañía del representante de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (FAPERMEX), Oscar Manuel Alvizo Olmeda. En este encuentro se abordaron los puntos prioritarios de la agenda gremial, marcando el inicio de una nueva etapa organizativa.

Se nombró al Lic. Harold Guillermo Meade Núñez como delegado en El Mante; al Lic.Miguel Ángel Bautista como delegado en Ciudad Victoria; y a Amador González como secretario de relaciones públicas en el estado. Estos nombramientos no son únicamente administrativos: representan una apuesta por el fortalecimiento de la estructura interna, con perfiles que puedan acompañar al gremio en los desafíos de una era marcada por lo digital.

La UPD reconoce que el trabajo del periodista moderno no puede limitarse a la cobertura tradicional. Hoy es imperativo formar y acompañar a comunicadores que sepan navegar el ecosistema digital, que comprendan la dinámica de las redes sociales, que cuenten con herramientas para identificar y combatir la desinformación, y que mantengan firme su compromiso con la veracidad y la ética profesional.

Este esfuerzo de reorganización debe también ser una invitación a la unidad y al diálogo entre colegas, sin distinciones de medio o formato. Defender los derechos laborales, garantizar la seguridad del ejercicio informativo y fomentar un periodismo de calidad son tareas que requieren cohesión interna y apertura hacia nuevas formas de trabajo colaborativo.

Frente a los retos del presente, es indispensable que la UPD esté activa, propositiva y en sintonía con los tiempos. La renovación de sus delegaciones es un primer paso. Lo que sigue es convertir esta estructura en un verdadero motor de cambio que sirva tanto a los periodistas como a la sociedad a la que se deben.

FRENTE AL AJEDREZ DEL DESGOBIERNONo son tiempos de elecciones, pero sí de política.Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶De esa política si...
05/06/2025

FRENTE AL AJEDREZ DEL DESGOBIERNO
No son tiempos de elecciones, pero sí de política.
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶
De esa política silenciosa que se cocina a fuego lento, sin estridencias, pero con las brasas encendidas de una lucha intestina que ya empieza a oler a humo viejo.

En Tamaulipas, el color guinda se ha convertido en una paleta de matices tribales. Cada grupo jalando por su lado, cada jefe de pequeña parcela defendiendo lo que cree que es suyo —aunque ese “suyo” ya se vea más como ceniza que como botín. El desgaste no es sólo interno; es público, es notorio, es ofensivo. A estas alturas, el ciudadano tamaulipeco no sólo está harto, está observando. Y lo que ve, no le gusta.

En la capital, el alcalde vive su propia película, un ejercicio de poder limitado pero decorado con ínfulas de virrey. En Palacio de Gobierno, el mandatario apenas y lleva la barca entre la marea, mientras su hijo —sí, el junior— juega a hacer carrera en Coahuila, no en Tamaulipas, como si el apellido alcanzara para sembrar raíces en tierra ajena.

¿Y los senadores? Bueno, ellos ya ni se toman la molestia de disimular: cada uno con su proyecto, cada quien con su barco, cada cual con su ambición. La dirigencia estatal guinda hace agua, y la nacional… mejor ni hablar: fragmentada, dividida, cruzada por intereses de ocasión y mezquindades institucionales.

En medio del vacío, una foto.
Una simple imagen, dirán algunos. Pero en política, una foto puede ser un trueno.

Ahí aparecen César Verástegui Ostos “El Truko”, ex candidato a la gubernatura y actual diputado federal, junto a Óscar Almaraz, ex alcalde de Victoria. Dos viejos jugadores del tablero tamaulipeco, que si bien no están hoy en la cúspide del poder, tampoco han sido borrados del mapa. Al contrario. Mientras los guindas se siguen mordiendo entre sí, estos dos operan desde la sombra. Se hablan, se miden, se saludan… y se dejan ver.

¿Casualidad? Nunca lo es.
La imagen circula justo cuando el “Cachorro” Cantú se alista para dejar la dirigencia estatal del PAN. En el horizonte se vislumbra una renovación, y lo que parecía un desierto político empieza a mostrar oasis, pactos, vasos comunicantes.

Lo que revela esta foto no es una alianza firme, pero sí una posibilidad. Y en la política tamaulipeca, las posibilidades importan más que las certezas.

Porque mientras en el partido en el poder las tribus siguen peleando por migajas, en la oposición alguien ha empezado a mover piezas.
Y eso —créame— siempre acaba teniendo consecuencias.

— 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶🖋️
"No hay vacío en la política: si tú no lo llenas, otro lo hará."

🖋️ REALIDADES QUE YA NO SE PUEDEN OCULTAR Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶Veracruz ya votó, y como en una función de magia mala, el t...
02/06/2025

🖋️ REALIDADES QUE YA NO SE PUEDEN OCULTAR
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶
Veracruz ya votó, y como en una función de magia mala, el truco quedó a la mitad: el conejo no salió del sombrero, y el público empieza a silbar. Lo que en Morena se vendió como una maquinaria invencible, terminó haciendo agua en plazas clave. La realidad —esa que se puede maquillar pero no desaparecer— es que el desgaste ya no se puede ocultar con verborrea ni con encuestas infladas. Hay una fórmula que ya no está funcionando, y su nombre es nepotismo.

Durante años se predicó que la nueva política vendría a barrer con el viejo régimen, con los apellidos enquistados, con el amiguismo que convierte los cargos públicos en herencias familiares. Pero basta ver el mapa político tras las elecciones municipales de este 2025 para saber que el discurso y la práctica están en divorcio permanente. Morena y sus socios del Verde, lejos de consolidarse, retrocedieron. Perdieron bastiones históricos como Orizaba, Poza Rica y, en una elección cerrada, Boca del Río.

Y aunque en el war room de la 4T se aceleren los festejos y se repartan cifras que no cuadran con el PREP, la ciudadanía tiene ojos. Veracruz habla, y lo hace claro: el proyecto de la 4T ya no convence igual cuando se vuelve un club privado de amigos, socios y familiares.

Morena ganó Xalapa, Coatzacoalcos, Veracruz puerto, sí, pero también cedió terreno en más de lo que sus voceros quieren admitir. Según los números fríos, apenas gobernará 60 municipios. En 2021, con el PT y el Verde, tenía 69. La matemática política no miente: perdieron nueve alcaldías, y ganaron varios cuestionamientos.

Y es que Veracruz hoy es el espejo en el que Tamaulipas debería mirarse. Porque las recetas de imponer candidatos sin arraigo, de cerrar las decisiones entre los mismos apellidos y de usar la estructura pública como patrimonio personal no son sostenibles. En Tamaulipas ya se ven esos brotes: funcionarios con apellidos reciclados, candidaturas que parecen reuniones familiares, y decisiones políticas que no pasan por las calles sino por los cafés de élite.

La nueva política, la verdadera, no pasa por las oficinas climatizadas ni por los apellidos de abolengo. Pasa por el barrio, por el mercado, por el transporte público y por las colonias olvidadas. Es ahí donde se forja el liderazgo real, el que no necesita padrinos ni campañas millonarias. Pero esa política no está siendo premiada por las cúpulas, sino ahogada por las imposiciones.

Lo de Veracruz no es un accidente, es una advertencia. Si Morena quiere sostener el rumbo, tiene que dejar de comportarse como lo que tanto criticó. Porque la gente ya no vota con el corazón lleno de esperanza, sino con la memoria fresca de lo que no se cumplió.

Y como en todo truco de magia mal ejecutado, ya no basta con mover la varita. La gente quiere resultados, no ilusionismo.

🖋️ EL IRÓNICO ACORDEÓNPor:  𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶Aún recuerdo aquellos acordeones que uno hacía para pasar la materia de civism...
31/05/2025

🖋️ EL IRÓNICO ACORDEÓN
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶

Aún recuerdo aquellos acordeones que uno hacía para pasar la materia de civismo. En papelitos escondidos, con letra microscópica y la esperanza de que el maestro no nos descubriera. Ironías de la vida: hoy, ese mismo sistema de trampa se legalizó para decidir algo tan serio como los puestos del Poder Judicial. El 1 de junio no sólo elegimos jueces y magistrados —elegimos qué tanto valor le damos a la ley que supuestamente nos rige.

No vengo a sermonear, pero sí a rayar unas líneas con tinta ácida: detrás de cada “movilidad ciudadana”, de cada folleto disfrazado de deber cívico, hay un músculo económico que opera donde no llegó el convencimiento. Esos paseos a la urna, coreografiados con transporte gratuito y lonche incluido, no son expresión democrática, son inversión con factura en mano.

Y luego está la otra ironía, la que se saborea en la lengua: “Ese juez es morenista”, dicen algunos, como si señalarlo fuera una muestra de análisis político y no parte del guion de adoctrinamiento. Qué casualidad que quienes más gritan por la imparcialidad sean los mismos que llenan sus listas con compadres, amantes, ahijados y cualquier otra especie de parentesco político útil.

¿Quién tiene la calidad moral para decirnos quién merece impartir justicia? ¿Quién avala a los irónicos acordeones? Porque hasta ahora, lo que hay es un festival de simulaciones. Funcionarios alentando el uso de plantillas para contestar la boleta, cual examen de opción múltiple donde la “respuesta correcta” ya viene marcada. La sorpresa será para los ingenuos: esos jueces votados a billetazo ni siquiera salieron al territorio. No los conocen ni en su cuadra.

Y si no me creen, pregúntenle a las diputadas locales de Victoria —sí, esas que no hicieron campaña, que no supieron ni redactar su primer exhorto, pero que hacen videos con verborrea de influencer. Las mismas que confunden legislar con subir historias al Instagram.

Los que se escandalicen con esta columna seguramente son los mismos que mandan decir por WhatsApp a quién hay que apoyar. Pero que no se les olvide: el proyecto original era que votáramos libres, sin presiones, sin arrastrar la sombra de quienes ya gobiernan un estado que, con cada semana, se aleja más de aquella “transformación” que alguna vez nos atrevimos a soñar.

Porque hoy, la transformación tiene acordeón... y no suena nada bien.

Una boleta con historia y dignidadPATRICIA MARTÍNEZ MELÉNDEZ Y LA ESPERANZA DESDE EL ALTIPLANOPor: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶En esta...
29/05/2025

Una boleta con historia y dignidad
PATRICIA MARTÍNEZ MELÉNDEZ Y LA ESPERANZA DESDE EL ALTIPLANO
Por: 𝒢𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒯𝒾𝓃𝓉𝒶
En esta inédita jornada electoral donde por primera vez los ciudadanos elegiremos directamente a jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación, no solo estamos marcando una boleta: estamos reescribiendo una página entera de nuestra democracia. Y en esa hoja aún fresca y porosa de la historia aparece un nombre con tinta firme: Patricia Martínez Meléndez, aspirante a magistrada del 19° Circuito, posición #06 en la boleta rosa.

Patricia no proviene del escándalo ni de la sombra del poder heredado. Su origen no está en los pasillos donde se negocian nombramientos, sino en el pueblo, donde la dignidad se trabaja con el lomo y se honra con la palabra. Madre, hija, amiga y jurista. Una mujer que se ha hecho paso a paso, con la terquedad de quien no se conforma con sobrevivir, sino que busca servir.

En tiempos donde el descrédito del Poder Judicial ha sido usado como bandera política y como excusa institucional, resulta urgente apostar por quienes llevan consigo no solo una carrera, sino un carácter. Patricia es de esas mujeres que no piden que se les regale nada; camina, propone, escucha y construye. No grita, no señala, no divide: tiende la mano.

Este 1 de junio, en un Proceso Electoral Extraordinario que marca un antes y un después, no basta con saber que votamos. Hay que saber por quién votamos y por qué lo hacemos. Y aquí es donde nombres como el de Patricia cobran sentido. No es solo una candidata; es la representación de una ciudadanía que quiere que el derecho regrese a la justicia y que la justicia vuelva a estar del lado de la gente.

Mucho se dirá de este proceso: que si fue suficiente, que si fue legítimo, que si fue técnico. Pero el verdadero legado será el que construyamos con el voto informado, con la elección razonada y con la capacidad de ver en nombres como el de Patricia Martínez Meléndez algo más que una casilla: una posibilidad.

Así que sí, votemos. Votemos sabiendo que esta vez la historia no nos pasa por encima, sino que pasa por nuestras manos. Porque hay nombres que no necesitan gritar para hacer ruido. Hay nombres que simplemente resuenan con dignidad.

Y la dignidad, esa sí, se elige.

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