15/08/2025
Tres enseñanzas para afrontar el sufrimiento de San Maximiliano María Kolbe, el santo que vivió en los campos de concentración
En medio del horror del campo de concentración de Auschwitz, San Maximiliano María Kolbe no solo soportó el sufrimiento, sino que lo transformó en un acto supremo de amor. Su vida y su muerte nos dejan tres enseñanzas valiosas para enfrentar nuestras propias pruebas.
1. El amor es más fuerte que el miedo
Cuando un prisionero fue condenado a morir de hambre, Kolbe dio un paso al frente y se ofreció para ocupar su lugar. El miedo a la muerte no lo paralizó, porque su mirada estaba puesta en el bien del otro. Esta decisión nos recuerda que el amor auténtico puede darnos la fuerza para enfrentar cualquier dolor.
2. El sufrimiento puede tener sentido
En la celda de castigo, Kolbe no se hundió en la desesperación. Rezaba, cantaba himnos y consolaba a sus compañeros. Comprendía que el sufrimiento, unido a Cristo, podía convertirse en ofrenda y no en derrota. Nos enseña que no siempre podemos evitar el dolor, pero sí podemos elegir qué hacemos con él.
3. La esperanza se cultiva incluso en la oscuridad
En un lugar pensado para destruir la dignidad humana, Kolbe mantuvo viva la luz de la esperanza. Creía firmemente que la muerte no tenía la última palabra. Su testimonio nos llama a no dejar que la adversidad apague nuestra fe ni nuestra confianza en el bien.
San Maximiliano Kolbe nos recuerda que, incluso en las circunstancias más extremas, el corazón humano está hecho para amar, creer y esperar. Si él pudo vivir así en Auschwitz, también nosotros podemos hacerlo en nuestras propias “prisiones” cotidianas.