
05/08/2025
NO, un católico no debe practicar la devoción a los 7 arcángeles no reconocidos por la Iglesia.
SÍ puede venerar con total libertad a los tres arcángeles aprobados por la Sagrada Escritura y el Magisterio: Miguel, Gabriel y Rafael.
La Sagrada Escritura menciona solo a tres arcángeles:
1. San Miguel – El gran defensor del Pueblo de Dios (Apocalipsis 12,7).
2. San Gabriel – El mensajero del misterio de la Encarnación (Lucas 1,26).
3. San Rafael – El sanador y compañero de camino (Tobit 12,15).
Los nombres de otros supuestos arcángeles (como Uriel, Barachiel, Jehudiel, Sealtiel, etc.) no aparecen en la Biblia y provienen de fuentes apócrifas o de revelaciones privadas no aprobadas.
¿Qué dice el Magisterio de la Iglesia?
El Concilio de Roma (745) y otros documentos de la Iglesia prohibieron nombrar o promover la veneración de ángeles que no estén explícitamente aprobados por la Sagrada Escritura, para evitar caer en errores doctrinales o influencias gnósticas.
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña:
“La veneración de los ángeles está enraizada en la Sagrada Escritura, pero debe mantenerse dentro de los límites de la fe cristiana.”
— CIC 2116–2117 (advertencia contra supersticiones y cultos desviados)
PELIGROS DE ESTA DEVOCION
Nombre de ángeles no revelados por Dios: Usar nombres inventados o tomados de fuentes no bíblicas puede abrir la puerta a engaños espirituales.
Confusión doctrinal: Se le atribuyen funciones, poderes o promesas que la Iglesia jamás ha aprobado.
Riesgo de sincretismo: A veces se mezcla con prácticas esotéricas, de la nueva era, o incluso ocultismo disfrazado de devoción cristiana.
¿QUE SI DEBE HACER UN CATOLICO?
Rezar con confianza a San Miguel, San Gabriel y San Rafael, invocando su protección y ayuda.
Practicar devociones aprobadas por la Iglesia, como la coronilla de San Miguel Arcángel, el uso del Escudo de San Miguel, o el rezo del Ángelus con Gabriel.
Pedir discernimiento al Espíritu Santo y obedecer a la Santa Madre Iglesia en temas de fe.
No necesitas invocar a siete arcángeles para ser protegido o bendecido. Tres bastan, porque el poder no está en la cantidad de nombres, sino en la obediencia a Dios.
El cielo se conquista con fe obediente, no con revelaciones dudosas.