𝕃𝕚𝕩𝕔𝕙𝕖𝕝𝕝 𝔹𝕠𝕦𝕥𝕚𝕢𝕦𝕖

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Si no esta a la vista lo que buscas, envíame un mensaje y con gusto te lo consigo. 💕🫰🌙

26/10/2025

Pi**he gente hipócrita 😤
Se cayó una señora…
¡y me dejaron riéndome solo a mí!

Pregunta por lo de tu agrado, no aparto.Precio viene en pie de cada foto Entrego en el conalep
26/10/2025

Pregunta por lo de tu agrado, no aparto.
Precio viene en pie de cada foto
Entrego en el conalep

13/10/2025

Comida más sobrevalorada que todo el mundo finge disfrutar

Los leo 👀🤔

Recompensa ☢️☢️☢️Si alguien conoce esta tipa favor de decirle q tengo su credencial, su recibo de luz y comprobante de a...
12/10/2025

Recompensa ☢️☢️☢️

Si alguien conoce esta tipa favor de decirle q tengo su credencial, su recibo de luz y comprobante de agua‼️

Y por supuesto,la cartera‼️
Le será entregada en mi casa, el único requisito q me explique q hacía su cartera en el carro de mi marido…
Los $500 miserables pesos que traía ya me lo gasté en gasolina x andarla buscando para entregársela personalmente
Pero tal parece se me anda escondiendo
mi marido no quiso darme explicaciones así que no descansaré hasta encontrarla.
Nomas quería ver hasta donde llegaban leyendo 🙏🏻 jajaja, ni conozco a la tipa,.. es de chill 🤙yo ni troca tengo y mi viejo con tal de que no esté chingando ya me hubiera dado dirección exacta y horarios donde la puedo encontrar y todo el p**o aqui nomas fomentando la lectura.
No se ataquen, Relájense, solo es broma...

07/10/2025

Película que no entiendes el porqué le gusta a la gente:

Sangre por sangre

29/09/2025

Mi mamá dejó de comer para que yo pudiera llevar almuerzo al colegio. Durante todo quinto y sexto grado, mi mamá me empacaba un tarro con arroz y lentejas todos los días. No siempre tenía carne, pero casi nunca faltaba la porción. Mis compañeras me decían que qué suerte la mía, que mi mamá me mandaba comida casera. Yo me sentía orgullosa, pero también un poco avergonzada porque olía fuerte. Siempre le agradecía cuando regresaba de clases, y ella solo sonreía o me cambiaba de tema. Nunca me detuve a pensar por qué jamás la veía sentarse a almorzar conmigo los fines de semana.

Una vez le pregunté por qué solo tomaba café al mediodía, y me dijo que no tenía hambre. Otra vez la vi llorando en la cocina mientras revolvía lentejas y cuando le pregunté, me dijo que había cortado cebolla. A mis doce años, yo no entendía de precios, de escasez, de cuánto podía dolerle a una madre ver que no alcanza para dos bocas. A veces escuchaba cómo le debía a la señora del granero, cómo mi tío le gritaba por no buscarse “un hombre que la mantuviera”. Yo no sabía que ella prefería deber, aguantar, sacrificar antes de dejar que alguien más tomara decisiones por nosotras.

Fue mi tía, muchos años después, la que me contó la verdad. Le pregunté por qué mi mamá no comía bien, si alguna vez había tenido problemas de salud. Y fue ahí cuando me dijo que, durante varios años, lo único que comía mi mamá al día eran los restos del almuerzo que yo dejaba. Que muchas veces, cuando yo me iba al colegio, se quedaba con agua de panela y pan viejo. Que incluso una vez le dio un d3smayo en la cocina, pero no quiso decirme porque no quería preocuparme.

Recordé entonces todas las veces que la vi agachada en el piso, lavando ropa ajena, barriendo casas ajenas, cocinando en cumpleaños que no eran nuestros. Recordé que una vez la acus@ron en un supermercado de haberse rob@d0 una bolsa de leche, y ella, sin llorar, sin alzar la voz, se dejó revisar la cartera entera. Nunca más volvió a ese lugar, ni siquiera cuando yo le decía que me gustaban las galletas de allá. Recordé también que cada vez que yo me enf3rmaba, ella era capaz de caminar 10 cuadras para buscarme el jarabe más barato. Pero si era ella la enf3rma, se aguantaba.

Cuando me gradué del colegio, mi mamá no pudo ir porque no tenía zapatos decentes. Me dijo que estaba cansada, que le dolía la cabeza. Me tomó una foto en la sala, con toga prestada, y la colgó en la pared como si hubiese estado presente. Hoy miro esa foto y entiendo muchas cosas. Entiendo por qué se le fueron cay3ndo los dientes, por qué su ropa siempre tenía los mismos dos parches, por qué cada cumpleaños mío tenía torta aunque no hubiera regalos. Yo no entendía nada… hasta que lo entendí todo.

Historia anónima de una seguidora
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26/09/2025

Cuando mi esposo se arrodilló frente a mí pensé que venía a pedirme perdón por tantas discusiones recientes, pero sus palabras me partieron en dos. No se arrodilló por mí, se arrodilló porque tenía miedo de lo que iba a soltar: me confesó que había 🤰🏻 a mi sobrina. Mi propia sobrina, la hija de mi hermana, esa misma que a veces se quedaba en casa a ayudarnos con los niños y a estudiar tranquila porque decía que en su casa no la dejaban en paz.

Me quedé mirándolo sin entender, porque no eran rumores, no era un chisme: lo estaba diciendo él con su propia boca. Me explicó llorando que había pasado una sola vez, que habían 🍺, que fue un error, pero ¿qué clase de error es meterse con la sobrina de tu esposa? Recordé las veces que yo misma lo vi dándole 💰 a escondidas y pensé que era para sus útiles de la universidad. Recordé cómo siempre la llevaba en el carro y yo no decía nada porque confiaba en él. Todo tenía sentido, pero era un sentido que me revolvía el estómago.

Llamé a mi hermana esa misma noche y no me lo negó. Mi sobrina estaba de casi tres meses y ya la familia empezaba a sospechar, pero lo que nadie imaginaba era que el padre de ese bebé era mi propio marido. Escuchar a mi hermana llorando, pidiéndome que no d3struyera a su hija, que entendiera que era “solo una equivocación”, me quemab@ por dentro. No podía creer que me estuviera pidiendo silencio.

Desde ese día mi casa se convirtió en un infi3rno. Él sigue aquí, durmiendo en la misma cama, pero yo ya no lo reconozco. No hay un día que no lo mire y sienta rabia, r3pulsión, impotencia. Él insiste en que me quiere, que fue un desliz, que no volverá a pasar. Pero el daño ya está hecho: la barriga de mi sobrina crece y todos en la familia murmuran, aunque nadie dice nada frente a mí.

No sé qué hacer. Mis hijos preguntan por qué ya no hablamos como antes, por qué lo miro de esa forma, y no sé cómo explicarles que su papá los traicionó de la manera más sŪcia y dolorosa. No sé si seguir aquí o salir corriendo. No sé si enfrentar públicamente a mi familia o callar. Lo único que sé es que mi vida ya no es la misma.

Anónimos Cuento tu historia

23/09/2025

🚨Confesión Anónima🚨

Las fiestas familiares y la tomadera son del diablo y aquí está la prueba jajaja
Mi mamá ya está divorciada desde hace un montón de años, y de que le ha dado vuelo a la hilacha ya sabemos que si.
Tiene tres hijos, yo incluida, mis hermanos y yo ya estamos rucos, la más chica tiene 25 años, ya cada quien hace su vida y tiene sus negocios.
Sabemos de mi mamá pero no es como que estamos ahí con ella, ahora nos tuvimos que juntar toda la familia de mi mamá para una comida familiar, iban las hermanas y hermanos de mi mamá y hasta primos de ella y todo, por dios yo creo que éramos unas 100 personas fácil (eso ya no era comida, si no fiesta jajaja).
La comida estuvo buena, el bailongo chingón y el ambiente al punto.
Pero cuando se hizo más de noche y al calor de las copas, todos vimos que una prima de mi mamá se estaba agarrando con el marido, la discusión era clara y todo se oía, peleaban porque el esposo de esa prima se estaba viendo con alguien más .
El chisme estaba bueno y la neta todos nos arrimamos a escuchar y otros a calmar todo. Yo tenía actitud de “Dale, con la silla” porque estaba sabroso el griterío.
La prima de mi mamá le reclamaba a su marido por otra mujer, de la nada el esposo le dice, (todos oyendo): “si, es con ella y nomás porque te embarazaste si no yo ahorita estuviera bien con ella” 😲
Estábamos todos impacatados, y no sabíamos de quien hablaba.
El esposo de la prima ve a mi jefecita y la abraza así como escena de película viejita , por la cintura y dice: “y es más, te lo digo claro, es mi mujer”.
😲😳
Queeee? Como que su mujer?
La prima se le fue a las greñas a mi jefecita, y se armó el zafarrancho (todos con todos), mi mamá le decía a su prima “tú me lo quitaste” y cosas así.
Se hizo un brete que hasta me rompieron mi tacón jajaja pero defendí a mi mami, nos tuvimos que salir de ahí y bueno la fiesta se acabó.
Por lo menos yo no sabía que pasaba, y el chisme completo es:
- mi mamá conoció al esposo de su prima antes que su prima, mi mamá fue novia de él, y por alguna razón, una vez que se pelearon mi mamá y este wey la prima se metió y se embarazó, según dijeron que la prima literal se metió a la mala. Y es así como la prima según le quitó el viejo a mi mamá, eso fue hace años.
Y ahora mi mamá andaba de amante de este wey, todo revuelto, pero el punto es que mi mamá ni se siente mal, porque dice que su prima empezó.
Después de la fiesta mi mamá ya pasó a ser la oficial y ni mis hermanos ni yo hemos agarrado la onda, p-inche escena todo rara, descubriendo cosas de tu mamá que no te imaginas.
Así termino el asunto, de la manera más retorcida y extraña jajajajaja

17/09/2025

✨️👑✨️
Reyna, No importa si me compras cada semana, cada mes ó cada año...Agradezco con todo mi ❤️ cada vez que regresas😘 🫶🏻

Tenía apenas 18 años cuando destruí por completo una familia sin medir las consecuencias.Yo estaba en la universidad est...
09/09/2025

Tenía apenas 18 años cuando destruí por completo una familia sin medir las consecuencias.

Yo estaba en la universidad estudiando comunicación social y en un evento conocí a un hombre de 38 años. Desde el primer momento supe que era casado, porque ahí estaba con su esposa, una mujer hermosísima, y con su hija pequeña. Pero algo en mí se activó. Quise saber más de él. A lo mejor él lo percibió, porque se me acercó y, disimuladamente, me pidió el número. Yo se lo anoté, y a la semana ya me estaba escribiendo.

Nos vimos y en la primera cita pasó lo que tenía que pasar. Pensé que se iba a quedar ahí, porque él era casado y yo no buscaba nada serio. Pero él quedó enganchado conmigo. No dejaba de escribirme, me llamaba cada vez que podía, me buscaba. Así empezamos a vernos más seguido, a escondidas, pero nunca en lugares públicos. Siempre en m0tel€s, nunca en restaurantes, ni en un parque, ni nada. Duramos así meses: encuentros cortos, de una o dos horas, a lo mucho tres, y siempre para lo mismo.

Lo raro es que con el tiempo él se empezó a enamorar. Yo no lo entendía, porque nunca convivimos en plan de conocernos, ni hablar de la vida del otro. Sus llamadas no eran para preguntar cómo estaba, eran llamadas subidas de tono. Para mí siempre fue una aventura, algo físico, nada más. Pero él empezó a exigirme más. Quería que saliéramos a cenar, a comer un helado, que yo le contara mi día a día. Y a mí no me nacía.

Hasta que un día me dijo lo que yo nunca imaginé escuchar: “Voy a dejar a mi esposa por ti. No puedo vivir sin ti. Tú me haces sentir lo que ninguna mujer me ha hecho sentir.” Yo me bloqueé. Le dije que no, que cómo se le ocurría, que yo no quería eso, que lo nuestro terminaba ahí. La conversación se puso tensa, pero como siempre, terminamos en un mot€l. Esa fue nuestra despedida. O eso creí yo.

Tres días después me llamó desesperado. Me dijo que había dejado a su esposa, que estaba enloqu€ciend0, que dónde estaba yo. Justo en ese momento yo estaba a punto de salir de vacaciones con mis papás, un viaje fuera del país que ya teníamos planeado. Dos días después me fui y decidí desconectarme: nada de celular ni redes sociales. Fueron veinte días lejos de todo.

Cuando regresé y revisé el celular, tenía decenas de llamadas y mensajes. No solo de él, también de su esposa. Ella me escribió que yo había destruido su hogar, que él estaba como loc0, que incluso pensaban que yo le había hecho bruj€ría para que la dejara. Los mensajes eran un drama total. Yo no respondí ninguno. Decidí ignorar todo y cortar de raíz. Nunca más le contesté.

Con el tiempo supe que la esposa no lo perdonó y que se divorciaron. No sé si él intentó volver con ella, pero la realidad es que su matrimonio se acabó. Yo seguí con mi vida como si nada. No me enorgullezco, pero tampoco me arrepiento. En ese entonces no dimensionaba lo que estaba haciendo.

Cinco años después lo volví a ver en un centro comercial. Estaba g"rd0, con barrig@, un poco calvo, y al verme hizo como si no me conociera. Yo lo reconocí de inmediato, pero entendí el mensaje: el hombre que un día me buscaba con desesperación ya no existía. Yo también hice como si no lo hubiera visto. Y hasta hoy, ahí quedó nuestra historia.

Historia anónima de una seguidora
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Yo tengo 62 años y me duele aceptar lo que estoy viviendo. Fui una madre estricta, demasiado quizá. A mis hijas las eduq...
08/09/2025

Yo tengo 62 años y me duele aceptar lo que estoy viviendo. Fui una madre estricta, demasiado quizá. A mis hijas las eduqué con disciplina, orden y muchas reglas. Yo siempre decía que la vida era dura y que había que formar carácter. No le toleraba un mal comportamiento, las notas en el colegio debían ser impecables, y en la casa había que ayudar y mantener todo perfecto. Hoy mi hija mayor es abogada, y cuando la veo entiendo que parte de ese éxito viene de la mano firme con la que la crié. Su casa parece un espejo, cada cosa en su lugar, y en su trabajo es igual: exigente, organizada, intachable.

Pero ahora que ella tiene dos hijos pequeños, yo me he dado cuenta de algo. Con mis nietos no me nace esa rigidez que tuve con ella. Al contrario, me vuelvo la abuela consentidora: les doy dulces, juego con ellos hasta tarde, no me gusta la manera tan seca en la que ella les habla cuando cometen un error. He intentado callarme, pero a veces me sale decirle “no seas tan dura”, y eso la enoja muchísimo. Ella insiste en replicar conmigo con sus hijos la misma educación estricta que yo le di a ella, mientras que yo ahora siento que quizás me equivoqué y que mis nietos merecen más ternura que órdenes.

El problema estalló cuando me dijo directamente que no quería que yo pasara más tiempo con los niños, porque “me meto en lo que no me importa” y porque según ella soy una mala influencia. Me dolió porque yo no lo hago para dañarla, sino porque no quiero que mis nietos crezcan con la misma frialdad con la que creció ella. Le recuerdo que yo la formé con lo mejor que pude, pero ella lo único que responde es: “Justamente por eso estoy donde estoy, mamá, y mis hijos deben aprender lo mismo”. Desde entonces ya no me deja verlos tanto.

Yo vivo a diez cuadras y sé que están ahí, creciendo, y que sus recuerdos de mí serán solo fotos en un álbum o algún regalo que les dejé en cumpleaños. Lo más doloroso es que me quedo pensando si en realidad me equivoqué en la crianza. Ella es una mujer ejemplar para la sociedad, pero tan exigente que no permite ni un abrazo. La verdad extrañoa mis nietos.

Historia anónima de una seguidora

Me acaban de pasar 2 cosas bien chingonas:Primero encontré un billete de $500 en un pantalón viejito que tenía guardado....
27/08/2025

Me acaban de pasar 2 cosas bien chingonas:
Primero encontré un billete de $500 en un pantalón viejito que tenía guardado.
Y luego pasó una niña humilde y se lo di sin ningún remordimiento, me sentí muy bien al ver la carita de alegría, sólo que le quedó un poco grande el pantalón, pero igual se lo amarra con un mecate y no hay p**o ...🤭

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