06/12/2024
La vida es solo un jodido instante. Un pestañeo en esta máquina oxidada que llamamos tiempo. Antes de nosotros, millones de años. Después de nosotros, quién sabe cuántos más. Aquí estamos, como fantasmas atrapados en un cuarto con las luces parpadeando. Pasamos, nos desgastamos, y lo peor es que apenas tenemos unos pocos años para hacer algo, lo que sea, antes de desaparecer. ¿Y qué hacemos con esos años? Vivimos como autómatas, haciendo lo que nos dijeron que era "lo mejor".
Te paras, respiras, y si tienes suerte, te preguntas: "¿Qué carajos estoy haciendo con mi vida?" Pero la mayoría no lo hace. Solo seguimos las creencias que otros nos encajaron: nuestros padres, amigos, libros, religión, televisión. Toda esa mi**da. Vivimos como actores en una obra que no escribimos, pero ¿qué hay de nuestras propias ideas? ¿Tenemos alguna? ¿Algo que no sea prestado, manipulado, reciclado?
Tal vez, solo tal vez, las pocas creencias que realmente nos pertenecen —esas que nacen en el estómago, en el caos de las tripas— sean lo único real. Y tal vez ahí está la respuesta, si es que hay una: vivir por esas verdades desnudas, crudas, tuyas. No las que aprendiste, no las que te regalaron.
¿Y qué hacemos? Nada. Seguimos. Respiramos. Morimos. Algunos lo entienden tarde. Otros nunca.
Esto es lo que pienso, pero ustedes, ¿Qué piensan?