01/08/2025
Te enamoraste de un hombre roto…
y, como no podía ser de otra manera, él también te rompió a ti.
No fue porque fueras mala.
No fue porque no supieras amar.
Fue porque llegaste con las manos limpias a un corazón lleno de polvo y escombros…
y él no soportó verse a sí mismo a través de tu mirada.
Tu ternura le incomodó, porque le recordó todo lo que nunca tuvo.
Tu paciencia le desesperó, porque le mostró lo poco que él mismo se aguantaba.
Tu estabilidad fue un espejo donde sólo vio su propio caos.
Él no supo qué hacer con un amor sano…
porque creció creyendo que el amor dolía, que se rogaba, que se arrastraba.
Y como no supiste ser su he***na, te convirtió en su villana.
Así que te machacó.
Te acusó de controlar, de pedir demasiado, de no entenderlo.
Te hizo creer que la que estaba fallando eras tú.
Y tú, en vez de irte, te quedaste.
Te prometiste que con más amor taparías sus heridas, que con más entrega sanarías sus grietas.
Pero el amor no cura a quien no quiere curarse.
El amor no salva a quien ha hecho del dolor su refugio y de la tristeza su bandera.
Y lo peor:
Cuando pusiste un límite, dijo que lo atacabas.
Cuando fuiste honesta, te llamó cruel.
Cuando lo cuidaste, te acusó de invadirlo.
Cuando intentaste irte, te dijo que eras fría y egoísta.
Te enamoraste de un hombre roto…
y él te castigó por amarlo.
Porque tú eras hogar… y él sólo sabía vivir en trincheras.
Porque tú traías luz… y él sólo conocía la penumbra.
Pero tranquila, amor:
Tú no eras demasiado.
Nunca lo fuiste.
Eras demasiado buena para alguien que no sabe recibir nada bueno.
Eras demasiado luz para alguien que aprendió a amar la oscuridad.
Y un día —aunque nunca lo diga, aunque jamás lo confiese en voz alta—
va a mirar atrás y le va a doler.
Porque aprendiste que quien no quiere salvarse, arrastra consigo a quien intente rescatarlo.
Y tú no naciste para quedarte en las ruinas de nadie.
Así que sí, te enamoraste de un hombre roto…
y él te rompió a ti.
Pero tú supiste reconstruirte , aprender de esta maestría de vida , ser fuerte y compartir con amor al mundo tu luz.
"El tamaño de la felicidad de una persona depende de la profundidad de su gratitud por lo aprendido,por lo vivido."
Y él… seguirá huyendo de sí mismo, con las manos vacías, preguntándose por qué ninguna otra volvió a mirarlo como tú.
Bendiciones infinitas Amor y luz a todos los involucrados