Jacob Lenihan

Jacob Lenihan

— ¿Otra vez arroz con huevo, mamá? ¡No aguanto más esta miseria! — gritó con rabia.La madre se sobresaltó con el grito. ...
26/04/2025

— ¿Otra vez arroz con huevo, mamá? ¡No aguanto más esta miseria! — gritó con rabia.

La madre se sobresaltó con el grito. La cuchara se le cayó de las manos temblorosas, bajó la cabeza, intentando esconder la vergüenza.

— Es lo único que tenemos, hijo… — susurró casi sin voz.

El muchacho lanzó el plato con fuerza sobre la mesa. El arroz se esparció por el suelo.
Algunos granos se pegaron al rostro de la madre.

— ¡Pues cómetelo tú sola, esta porquería! — gritó él, dándole la espalda.

Ella no dijo nada. Solo se agachó, temblorosa, y comenzó a recoger los granos del suelo con los dedos. Como quien intenta salvar lo poco que queda… de comida y de dignidad.

Luego fue a su habitación.
Se arrodilló, como hacía todas las noches, al lado de la cama.
Y oró. Por él.

Pero el hijo ya no sentía amor. Ya no veía valor en ella.

Días después, se levantó y anunció:

— Me voy. Estoy harto de esta vida miserable. Me voy a la gran ciudad. Quiero algo mejor.

Ella no le suplicó que se quedara. No lloró.
Pero, con el corazón roto, le tomó la mano con fuerza y dijo:

— Prométeme que contestarás mis llamadas. Por favor, hijo... por favor.

Ella suplicaba.

Él puso los ojos en blanco.

Entonces ella añadió, con voz débil:

— Ya estoy cansada… siento que mi tiempo se acaba. El día que deje de llamarte… es porque ya me fui.

Él soltó su mano y se fue.
Ni siquiera se despidió bien.

La gran ciudad no era como él imaginaba.
Trabajó donde pudo: cargando cajas, vigilando una discoteca, mezclando cemento en obras.
La comida era escasa. El dinero, aún menos. Pero todos los días, el celular sonaba.

Era su madre.

— Hola, hijo… ¿Estás bien?

— Estoy ocupado, mamá. Chao.

Y colgaba, molesto, con prisa.

Hasta que un día, el teléfono no sonó.

Y el silencio... gritó.

Miró el aparato todo el día.
Llegó la noche. Y pensó para sí:

"Se murió."

No lloró.
No intentó devolver la llamada.
Ni siquiera hizo el esfuerzo de ir al entierro. Ni dinero tenía. Y aunque lo tuviera… no habría ido.

Pasaron los días. Y él lo sabía: su madre ya no estaba viva.

Meses después, agotado de tanta miseria, aceptó una propuesta:

— Es dinero fácil. Solo tienes que manejar — dijo un conocido.

Era un coche lleno de droga. Lo sabía.
Pero aceptó. Quería subir en la vida… rápido.

Aquella noche, se subió al coche, acomodó el asiento, puso las manos en el volante…

Y el celular vibró.

Número desconocido.

Atendió.

— Hijo… por favor, no vayas. No hagas ese viaje.
Regresa. Abandona esa idea. Ahora.

La voz… era de ella.

El corazón le dio un vuelco.

— ¿¡Mamá!? ¿Estás viva?

— Por favor, hijo. Escúchame. Vuelve a casa.
Y… cuídate.

Y colgó.

En su cara.

Trató de devolver la llamada.
Pero la grabación fue fría:

"Número inexistente."

Salió del coche, sudando. El pecho apretado.
Vendió lo poco que tenía. Algunas ropas. Un par de zapatillas.
Hizo una venta en la calle y juntó lo suficiente para volver.

Cuando llegó, la calle estaba más silenciosa de lo habitual.
Los vecinos lo miraban con pena.

— Tu madre falleció hace un mes…

Se dejó caer en la acera, sin fuerzas.

— No puede ser… ¡Ella me llamó ayer! ¡Ella habló conmigo!

— Imposible. Ella partió hace tiempo, hijo.

Entró en la casa.
En la sala, el aroma seguía siendo de ella.
En el cuarto, el silencio dolía.

Al lado de la cama, marcas de rodillas en el suelo.
Ella se arrodillaba ahí todos los días… para orar por él.

En un rincón, una lista de oración.
Su nombre estaba en la cima, marcado día tras día.
Desde que se fue… hasta el último día antes de su muerte.

Él se arrodilló ahí.
Las manos temblaban.
Las lágrimas caían sin control.

Corrió a la cocina, se lavó el rostro en el fregadero… y lo vio.

Sobre la mesa, una hoja doblada.
No era una carta. Era una oración.

Escrita con su letra:

“Señor, siento que estoy al borde de la muerte.
Y si muero, ya no podré orar por mi hijo.
Entonces… te lo entrego en tus manos.
Si algún día está en peligro, por favor, avísale.
Llámalo a este número.”
Y ahí estaba. Su número.

En ese instante, el celular vibró.

Notificación de noticia:

"Coche acribillado a balazos. Conductor mu**to. Carga desaparecida."

La imagen… era del coche que él debía conducir esa noche.

Cayó de rodillas.
Y comprendió.

La llamada… vino del cielo.

Dios usó la última oración de una madre para salvar a un hijo ingrato.

✨ Moraleja
Hay amores que llaman todos los días…
Y nosotros… ignoramos.

Pero cuando ese amor se silencia,
el mundo se vuelve más frío. Más duro. Más solo.

Si aún recibes esa llamada, contéstala.
Antes de que nunca más suene.

Credit@s al aut@r

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CONTRATARON A UN JOVEN DESPUES DE SER DESP3DIDO DE RESTAURANTE DE COMIDA RÁPIDA POR NO DARLE UNA GASEOSA A UNA CLIENTA "PORQUE NO HABÍA"

La cadena de restaurantes Wendy's fueron quienes contrataron al joven Alex Rodríguez tras ser despedido de McDonald's debido a un incidente relacionado con una Coca-Cola.

El joven Alex Rodríguez fue despedido de McDonald’s luego que el esposo de una cliente a quien ahora le llaman "Lady Coca Cola", publicara un video en TikTok quejándose de una situación ocurrida en el autoservicio. Según el cliente, su esposa había solicitado una Coca-Cola, pero Alex les entregó otra bebida.

Rodríguez explicó que en ese momento la máquina dispensadora de Coca-Cola no estaba funcionando, razón por la cual no pudo cumplir con la solicitud.

Sin embargo, esta explicación no fue suficiente para el cliente, quien bajó del auto y protagonizó una discusión por la situación. Incluso llegó a llamar al gerente, quien confirmó que efectivamente no había Coca-Cola disponible en ese momento. Posteriormente, Alex publicó un video en sus redes sociales lamentando que había perdido su empleo debido a este incidente.

En pocas horas, Wendy's anunció que lo contrataba y sale en un anuncio donde dice que aquí si hay coca cola. O sea Wendy's esta haciendo una buena obra dándole empleo y aprovechándose del mercadeo para que la gente sepa que allí si encuentra el refresco qué quiera. El incidente ya es famoso en redes sociales y la mayoría de personas están apoyando al chico que afortunadamente ya encontró un nuevo empleo. 🤝🙏

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Mi nombre es María Elisa y hoy cumplo 100 años gracias a Dios. No tengo familiares cerca, así que gracias a todos los qu...
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Mi nombre es María Elisa y hoy cumplo 100 años gracias a Dios. No tengo familiares cerca, así que gracias a todos los que me desearon un feliz cumpleaños. Que Dios esté contigo.

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