
14/07/2025
🎻 Lo que nadie debe de saber 🎻
🍒Parte 3🍒 final✨
El café del almuerzo se enfriaba entre sus dedos.
Katsuki miraba la taza sin verla. El murmullo del comedor era apenas un zumbido lejano. Su mirada seguía clavada en Izuku, sentado unas mesas más allá, riendo con Todoroki. Una risa sincera. Una que no le había mostrado a él en semanas.
Y esa sonrisa dolía más que cualquier golpe.
—Ya no es solo un secreto —murmuró para sí—. Ahora es una herida.
Kirishima lo miró desde su asiento con el ceño fruncido.
—¿Vas a seguir mirándolo o vas a hacer algo al respecto?
Katsuki no respondió.
Porque no sabía qué hacer.
Porque por primera vez en mucho tiempo, se sentía perdido.
Esa noche.
El entrenamiento lo había dejado exhausto, pero no podía dormir.
El colchón le resultaba ajeno. Frío. Como si algo faltara. Como si alguien faltara.
Izuku.
La última vez que lo tuvo entre sus brazos fue semanas atrás. Todavía podía sentir su calor en las palmas, su respiración agitada contra su cuello, su voz temblando cuando le dijo “Necesito más de ti”.
Pero Katsuki no supo cómo responder a eso.
Porque su forma de amar siempre fue defensiva.Porque todo lo que ama… lo protege. Y todo lo que lo asusta… lo aleja.
A Izuku… lo amaba tanto que lo asustaba.
Y por eso lo alejaba.
Se sentó en la cama. Abrió su celular. Vio el nombre en la lista de contactos. “Deku 💥”. No había mensajes nuevos. Ni de él… ni para él.
Le temblaron los dedos.
Abrió el chat.
Escribió:
“¿Podemos hablar?”
Lo borró.
Volvió a escribir:
“Lo siento por todo.”
Lo volvió a borrar.
Lo dejó en blanco. Como si no supiera por dónde empezar a reconstruir algo que él mismo se encargó de romper.
Y entonces, como si el universo le respondiera, llegó un mensaje.
No de Izuku.
De Aizawa-sensei.
“Mañana: simulacro de rescate en parejas. Se asignarán por sorteo. Hora: 08:00. No llegues tarde.”
Katsuki suspiró. Cerró el celular.Pensó que, quizás… al menos ese día, tendría una excusa para estar cerca de Izuku.
No sabía que el destino tenía otros planes.
Al día siguiente.
—Midoriya e Iida.—Bakugou y Yaoyorozu.—Todoroki y Uraraka.
Katsuki se quedó quieto cuando escuchó la asignación.
Izuku ni siquiera volteó a mirarlo. Solo caminó junto a Iida con esa neutralidad que solo se tiene cuando uno ya se acostumbró al dolor.
Durante el ejercicio, Katsuki no falló ni una sola vez. Pero tampoco se sintió bien.
Cada explosión, cada estrategia, cada movimiento, era solo una forma de no pensar De no mirar cómo Iida y Deku trabajaban tan bien como equipo De no notar cómo Todoroki ayudaba a Izuku a ponerse de pie cuando tropezaba de no ver la forma en que Izuku sonreía… y él no era parte de eso.
Después del entrenamiento.
Momo se acercó a Katsuki mientras recogían el equipo.
—Oye… —dijo, con cierta timidez—. ¿Todo bien contigo?
Katsuki no respondió al principio.
—Sí —mintió.
Momo lo miró, luego miró en dirección a Izuku, que se alejaba con Iida.
—No parece.
Katsuki apretó los dientes.
—No te metas.
—No me meto —respondió ella con calma—. Solo digo que… a veces, uno se da cuenta demasiado tarde de que ya no lo están esperando.
Y se fue.
Esa noche, Katsuki no durmió.
Pensó.Recordó.Lloró.
Sí LloróNo con gritos, ni puñetazos a la almohada. Solo con el cuerpo encorvado en la cama, con la cara enterrada en la sábana, con la garganta seca de tanto aguantar.
Porque por fin entendía lo que Izuku había querido decir.
Porque no era que lo obligara a hacer pública su relación.
Era que no quería sentirse invisible.
Que después de tantos años de amarlo en secreto, de luchar con su corazón al límite… no podía seguir siendo solo un momento robado en la noche.
Dos días después.
Izuku estaba en la biblioteca, hojeando un libro sobre estrategias de combate. Se veía cansado. Los ojos algo hinchados. La mente lejos.
Entonces, alguien se sentó frente a él.
—Kacchan…
—No me interrumpas —dijo Bakugou, suave, por primera vez.
Izuku cerró el libro, alerta.
—No voy a gritar —continuó Katsuki—. No voy a reclamarte. Ni a celarte. Ni a esconderme.
Izuku lo miró en silencio.
—He sido un cobarde. Y no en batalla, ni en la escuela. Contigo.
Respiró hondo. Le temblaba la voz.
—Siempre pensé que el amor se protegería callando. Que si lo escondía, no se me iba a romper. Pero tú no necesitas protección. Solo verdad.
Izuku bajó la mirada. Sus labios temblaban.
—¿Por qué ahora, Kacchan?
—Porque te estoy perdiendo. Y darme cuenta de eso… me dolió más que admitir lo que siento. Y es que te amo. Como nunca amé a nadie. Como nunca quise amar a nadie.
Silencio.
Izuku tragó saliva.
—Tú me rompiste —susurró.
—Y me voy a quedar hasta reconstruirte. Si tú me dejas.
Katsuki estiró la mano. Izuku dudó. Pero al final, la tomó.
Y fue como respirar después de semanas ahogándose.
Un par de semanas después.
No fue una declaración pública.No hubo besos frente a todos.No se tomaron de la mano en clases.
Pero ya no se escondían.Ya no evitaban mirarse.Ya no se encontraban solo en las escaleras oscuras.
Compartían libros. Se reían. Se empujaban el uno al otro con sarcasmo.Y a veces, en el jardín trasero cuando nadie veía, se tomaban la mano por unos segundos.
Izuku no pedía más.
Katsuki, ahora, lo daba todo por el y la relación de ambos sin importarle lo que dijieron los demás en sus ojos solo estaba su pecoso.
Y ese equilibrio imperfecto pero honesto, volvieron a encontrarse nuevamente lo que nunca debio separarse por el miedo 🎻
❤️🩹Porque a veces, lo que no se dice… es solo miedo.❤️🩹
🧡Y a veces, lo que se dice después…es amor de verdad.💚
.............................................................................................................
Aquí está mis cerezas espero que les guste 🍒
No olviden seguirnos en nuestras redes 🍒
Canal de WhatsApp 🍒
https://whatsapp.com/channel/0029VadmCY0ICVflyi0ujW1g
Canal de tiktok 🍒
tiktok.com/