19/09/2025
La sobrecogedora intervención de la embajadora de Israel ante la ONU, Miriam Novak, en la sesión de emergencia de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, convocada a solicitud de la Unión Europea y de la nueva Liga Árabe:
Damas y caballeros:
Como saben, hemos vivido entre ustedes durante dos mil años.
Les hemos traído nuestro conocimiento, nuestros descubrimientos, nuestras invenciones.
Hace ochenta años, Europa —liderada por Alemania— llevó a cabo una limpieza étnica: casi todos los judíos de Europa fueron exterminados. Los franceses, los belgas, los holandeses, los noruegos, los húngaros, los eslovacos, los polacos, los lituanos, los ucranianos —todos ayudaron a los fascistas.
Ustedes asesinaron al menos a seis millones de judíos, incluidos bebés.
Cada uno de ellos podría haber tenido hijos, nietos, bisnietos. Luego multipliquen ese número por cuatro o cinco.
Y hoy —cuando los judíos vuelven a ser robados, golpeados y asesinados en sus países, y sus tribunales absuelven a los atacantes— ¿nos dicen que no tenemos derecho a defendernos?
¿Que no tenemos derecho a advertir a nuestros enemigos que responderemos con mayor fuerza a cualquier intento adicional de limpieza étnica?
Dénme el nombre de otro pueblo cuya destrucción sea tan anticipada y deseada por la comunidad internacional —liderada por Irán. ¿Por qué?
Vivimos entre ustedes, y les dimos el alfabeto, la Biblia, a María, a Jesús, a los apóstoles, a Spinoza, a Disraeli, a Colón, a Newton, a Nostradamus, a Heine, a Mendelssohn, a Einstein, a Freud, a Kafka, a Chagall, a Mahler, a Menuhin, a Bernstein, a Spielberg, a Zuckerberg, a Page, a Lloyd Webber —y miles más.
Imaginen cuántos genios más habrían nacido de los millones de judíos que ustedes asesinaron —de sus hijos, de sus nietos, de sus bisnietos.
Los genios que nunca nacieron —desaparecieron para siempre— en los hornos, en las sinagogas quemadas, en las fosas comunes.
¿De verdad creen que con sus decisiones, sus boicots y sus sanciones nos devolverán a las cámaras de gas?
¡No, damas y caballeros!
Tuvimos que entenderlos para sobrevivir:
En Persia —sin traición.
En España —sin crueldad.
En Alemania —sin obediencia ciega.
En Francia —sin avaricia.
En Polonia —sin arrogancia.
En Rusia —sin humillación por parte del establishment. (Risas en la audiencia)
Sí, no somos ángeles. También hemos tenido sinvergüenzas, delincuentes, incluso pedófilos entre nosotros.
Pero nunca hemos tenido un Hi**er, un Stalin, un Mengele o un Eichmann judío.
Nunca hemos hecho jabón con grasa humana, convertido piel humana en lámparas, comido carne humana, o asesinado niños en cámaras de gas.
En cambio: hemos inventado el riego por goteo, la desalinización de agua de mar, la memoria USB (disk-on-key), pequeños ordenadores basados en ADN, exoesqueletos, Google Glass para invidentes, radares capaces de penetrar paredes, las maravillas de la inteligencia artificial.
Representamos el 0,2 % de la población mundial —pero hemos ganado el 32 % de los premios Nobel.
Y no —nunca hemos usado sangre cristiana para hacer matzá.
Esto se demostró falso en el juicio Bayliss en 1913.
El papa Benedicto XVI dijo: “Un cristiano no puede ser antisemita.”
El papa Francisco dijo: “Sin el judaísmo —no hay un verdadero cristianismo.”
En 2020, el reverendo John Hagee dijo:
“Si un cristiano dice que odia a los judíos —su fe es falsa.”
“Dios bendice a los que bendicen a Israel —y maldice a los que lo maldicen.”
Así que les pregunto, representantes de Europa:
¿Quiénes son ustedes? ¿Cristianos —o no?
Cuando rezan a Jesús —rezan a un judío.
Cuando dicen que él vive en su corazón —un judío vive en su alma.
Incluso si son ateos —sus antepasados fueron cristianos.
El judaísmo corre por sus venas, les guste o no.
Así que si quieren un boicot internacional a Israel porque nos odian y quieren destruirnos —empiecen por ustedes mismos.
Realicen un boicot —sería una limpieza étnica consistente.
Y ahora, como se dice en Estados Unidos —les tengo noticias:
Ahora es el turno de los musulmanes de liberarse del antisemitismo.
Será difícil, pero con la ayuda de Dios —como con las plagas, el cólera o el coronavirus— sucederá.
¿Por qué Dios nos trajo de vuelta a nuestra tierra, obligándoles a renunciar a sus planes de destrucción?
Porque cada nación tiene una misión:
Los franceses —el arte de la cocina.
Los británicos y los rusos —la literatura.
Los italianos —el arte y la música.
Los alemanes —soldados y filósofos.
Los judíos —genio, cultura, humanismo y progreso.
Esa es nuestra misión. Durante 2000 años.
Ya tengamos bombas atómicas, armas cósmicas o cualquier otra cosa —no es asunto suyo.
Zeev Jabotinsky dijo:
“Les gustemos o no —no nos importa.
Estábamos aquí antes que ustedes.
Y estaremos aquí después de ustedes.”
