
07/07/2025
Sostenido con orgullo en las manos de un nómada del desierto —probablemente un tuareg del Sahara central—, este impactante objeto no es un artefacto mecánico ni un mito, sino un fósil de origen natural: un enorme amonites. Estos moluscos marinos extintos vivieron hace entre 400 y 66 millones de años, y sus conchas enrolladas se conservan ahora en piedra y se encuentran esparcidas por antiguos fondos marinos que hoy son áridas dunas.
La forma espiral, a la vez matemática y orgánica, evoca un tiempo remoto. Hallados en regiones como Marruecos, Níger o Argelia, estos fósiles emergen de estratos erosionados como ecos de océanos desaparecidos bajo cielos desérticos. Su tamaño, simetría y belleza mineral los han convertido en objetos sagrados y científicos, combinando geología y reverencia cultural.
Una criatura marina en la arena: una paradoja envuelta en piedra. En sus manos, el pasado no es una reliquia, sino una rueda de la memoria, forjada a lo largo de épocas, girada por la erosión y descubierta no en museos, sino en el vasto silencio de la Tierra misma.