03/07/2025
⭐Cuenta la leyenda que el vestuarista tenía poco trabajo con Don Ramón. La playera desteñida por tantos lavados, los jeans gastados y los tenis viejos ya los traía el actor desde su casa. Todo puesto, claro.
⭐Era su ropa habitual, pero había una prenda que el vestuarista debía tener ahí preparada junto a los zapatos de El Chavo, el delantal de Doña Florinda y el traje de marinero de Quico: el clásico gorrito añejo.
⭐Y eso que al terminar cada jornada de grabación el actor se lo llevaba a su casa, también puesto. Casi era suyo. Pero cada mañana, camino al estudio, Valdés solía acercarse a los chicos que encontraba en la calle.
⭐"Nací niño y sigo siendo chavito, tengo el carácter de niño y los chavitos me entienden bien", declaró el actor en diferentes ocasiones.
⭐Es por ello, que siempre se detenía a conversar con ellos, les firmaba autógrafos, les hacía bromas y uno solía llevarse de regalo el gran premio: el gorrito de “Ron Damón”.
⭐El éxito de El Chavo del 8 y también de El Chapulín Colorado, donde tuvo la posibilidad de interpretar otros personajes le permitió a Ramón Valdés olvidarse de las preocupaciones monetarias por casi una década, hasta que en 1979 decidió presentarle su renuncia a Gómez Bolaños.
⭐No fue personal, a diferencia de otros actores, Valdés no tenía ningún inconveniente con Chespirito. Al igual que sucedía en la ficción, el problema era con Florinda Meza, la mamá de Quico.
⭐En 1987, Valdés volvió a la televisión Azteca con el programa ¡Ah, qué Kiko! Junto a Villagrán, quien no contaba con los derechos de Quico. A Valdés, en cambio, Chespirito nunca le impidió ser Don Ramón. No tenía por qué, sabía que ese personaje no le pertenecía. Pero esta nueva apuesta televisiva no resultó: ¡Ah, qué Kiko! permaneció al aire apenas unos meses.
⭐Para entonces su salud ya estaba muy deteriorada, todo se debía al ci******lo. En los pasillos de los estudios de Televisa en donde se grababan los ciclos de Chespirito nadie fumaba, la prohibición era estricta.
⭐Menos para Monchito, claro, quien incluso solía despertarse a la madrugada con la única intención de encender un ci******lo. La primera consecuencia fue un cáncer de estómago. Lo operaron y los médicos le aconsejaron, le pidieron, le rogaron que abandonara ese mal hábito. ¿La respuesta? Ramón también fumaba en su habitación del hospital.
⭐Pese a la cirugía, el tumor se terminó expandiendo afectando su columna vertebral. El pronóstico fue cru3l: le quedaban seis meses de vida. Ramón muri0 el 8 de agosto de 1988 a los 64 años en la misma ciudad que lo vio nacer y también consagrarse, la Ciudad de México. Pero, lo hizo casi cuatro años después de que los médicos le hubieran dado aquel pronóstico.
⭐Su entierro congregó a una multitud, asistió su gran amigo Carlos Villagrán, también el Señor Barriga y el Profesor Jirafales: Édgar Vivar y Rubén Aguirre respectivamente. Frente al cajón una mujer lloró sin consuelo durante dos horas, se llamaba Angelines Fernández y la conocían como La Bruja del 71.
⭐María Antonieta de las Nieves no pudo asistir, se encontraba trabajando en teatro en Perú. Durante años lamentaría no haber acompañado a Ramón Valdés en sus últimos días y en su adiós, porque en la ficción, la Chilindrina hubiera despedido a su padre y en la vida real María Antonieta era lo mismo.
⭐Incluso, Ramón la entregaría en el altar. Cuando ella se enteró de su fall3cimient0, le bajó la presión, la llevaron al hospital y no pudo terminar su show en Perú. Así de fuerte fue ese lazo.
⭐A nadie le extrañó que Florinda Meza no se acercara a dar el pésame. El hermano de Chespirito: Horacio Gómez Bolaños (Godinez) sí lo hizo, y Roberto Gómez Bolaños también podría haber asistido.
⭐Tiempo después, el propio Chespirito reconoció como un gran error no haber ofrecido sus respetos a quien hizo por él lo máximo que uno puede hacer por el otro:
¡Provocarle una sonrisa!✨