20/07/2025
“El funeral invisible de Don Sentido Común: crónica de una muerte anunciada que nadie quiso evitar”
Una elegía reflexiva sobre el valor perdido que sostenía la coherencia de la vida diaria
Investigación y redacción de Andrés Julio Rivera Bazil –
No hubo música solemne. Ni columnas de luto. Ni transmisiones especiales. La muerte de Don Sentido Común fue tan silenciosa… como su vida había sido imprescindible.
Era un viejo sabio, sin títulos, sin redes sociales, pero con una claridad que encendía lucidez donde reinaba la confusión. Su nombre no figuraba en diplomas, pero todos sabíamos cuándo estaba presente. Y lo más triste: todos sabemos que ya no está.
¿Qué es, o era, el sentido común?
No es ciencia. No es ideología. No es moda.
Es el arte olvidado de pensar con equilibrio, actuar con coherencia y decidir con honestidad.
Era esa voz interna que decía:
“Lávate las manos antes de comer.”
“No grites si puedes conversar.”
“Agradece antes de exigir.”
“No gastes lo que no tienes.”
“Haz tu parte sin culpar a todos.”
Crónica de una desaparición
Don Sentido Común empezó a desvanecerse cuando los valores dejaron de transmitirse en casa y pasaron a ser memes en internet.
Murió lentamente cuando:
Los padres se rindieron ante hijos malcriados por pantallas.
La autoridad fue desmantelada por la confusión entre libertad y libertinaje.
La verdad se volvió negociable, y la conciencia… incómoda.
La cultura del “yo merezco todo” reemplazó el esfuerzo, la gratitud y la paciencia.
Las redes premiaron lo viral, no lo veraz.
Familia rota, herencia olvidada
Don Sentido Común fue hijo de Verdad y Conciencia, esposo de Prudencia, padre de Responsabilidad y Raciocinio.
Pero todos ellos fueron desapareciendo uno a uno.
Hoy, su legado yace en los rincones polvorientos de los libros, en los abuelos que aún enseñan con ejemplos, en algunos maestros que resisten con dignidad.
Le sobreviven tristemente:
“Tengo derecho a todo.”
“No es mi culpa, es la sociedad.”
“Yo soy víctima, siempre.”
Don Sentido Común no debería haber mu**to. Pero si murió, aún estamos a tiempo de revivirlo.
¿Cómo?
Con actos sencillos:
Escuchando antes de gritar.
Pensando antes de opinar.
Enseñando con el ejemplo.
Amando con límites.
Trabajando con propósito.
Porque los seres humanos se dividen, sí:
En los que aman y construyen… y en los que odian y destruyen.
Y Don Sentido Común, aunque enterrado por muchos, vive en los primeros.
Fuentes y referencias escritas:
Aristóteles, Ética a Nicómaco, sobre la phronesis (prudencia práctica)
Thomas Paine, Common Sense (1776)
George Orwell, Reflexiones sobre el sentido común
Bertrand Russell, El sentido común y la ciencia
José Ingenieros, El hombre mediocre
Hannah Arendt, La condición humana
Simone Weil, La gravedad y la gracia
De La Red… ✍🏻
No cuento con derechos de autor de la música.