01/07/2025
Este jueves llega a cines Jurassic World Renace, cinta dirigida por Gareth Edwards (Rogue One, Resistencia) y protagonizada por Scarlett Johansson, Mahershala Ali, Jonathan Bailey, Rupert Friend, Manuel Garcia-Rulfo, Luna Blaise, David Iacono, Audrina Miranda, Philippine Velge, Bechir Sylvain y Ed Skrein, séptima entrega de la saga creada por Steven Spielberg.
Han pasado 32 años desde que los dinosaurios volvieron a caminar en la Tierra y cinco desde los acontecimientos de Dominio. El clima del planeta y las nuevas condiciones atmosféricas resultaron ser mortales para los dinosaurios y estos se acercan a una nueva extinción. Los pocos que quedan migraron a la franja ecuatorial, cuyas condiciones son más similares a las de su época. El mundo ha perdido el interés en estas criaturas.
Y aquí entra Zora, una agente de operaciones especiales contratada por una farmacéutica multimillonaria para extraer muestras de sangre de los tres dinosaurios más grandes que quedan, el Mosasaurio, el Titanosaurio y el Quetzacoatlus, esto con el fin de desarrollar un medicamento para enfermedades cardíacas. Al lado de Henry Loomis, encargado de un museo sobre dinosaurios a punto de ser cerrado para siempre y Duncan, un antiguo socio, Zora se embarca a una isla llena de peligros, y lo que ya parecía una misión complicada empeora cuando en su camino se cruza una familia de civiles…
No tienen que repetirlo, todos lo sabemos: Jurassic Park/World es una saga en decadencia. El Reino Caído ya era bastante mala y Dominio un insulto al buen gusto. Con el objetivo de recordarnos lo que hizo especial a Jurassic Park en 1993, el guionista David Koepp se unió a un gran cineasta como es Gareth Edwards, todo pintaba para una gran película que nos recordara que los dinosaurios solían causar miedo. Y otra vez, el intento se quedó en eso, en un intento.
Comencemos con la historia. Alguien en Universal se dio cuenta de que el final de El Reino Caído se quedó en una promesa con potencial, los dinosaurios conviviendo con los humanos en la época actual. Dominio desperdició la idea y sin más ideas para continuar, está nueva cinta devuelve la saga a las islas pretendiendo que sus dos predecesoras nunca ocurrieron. A lo largo de la película nunca se explora este cambio, cuando mucho se menciona una vez (En los primeros 20 minutos) que la percepción de la gente cambió y los dinosaurios ya no les producen interés. Una película surgida para enmendar los errores de dos no parece estar destinada a algo bueno.
Luego nos topamos con una película que parece olvidar que debe tener dinosaurios, y al más puro estilo de Tiburón decide simplemente sugerirlos buena parte del tiempo, unas espinas por aquí, un chip rastreador por allá. Recién en la segunda mitad de la historia recuerda el punto y nos da lo que buscamos, o algo así pero en versión descafeinada.
Porque en este espíritu de mantener la Clasificación B, la película no tiene una gota de sangre y si un dinosaurio devora a alguien, no lo vamos a ver. Siempre habrá niebla o algo que evite que veamos, algo que no va con la franquicia de la que procede. Y con eso en mente, guardo el peor problema de la película para unos párrafos adelante, ya que hay que hablar del elenco.
Scarlett Johansson es una actriz increíble, eso nos consta a todos. El problema es que el papel que interpreta no le ayuda en nada. Zora es una contradicción viviente toda la película, una mujer que se describe como únicamente dedicada a cumplir su trabajo por dinero, pero que en cuanto puede se desvía e ignora todo lo que su trabajo dicta. Que a veces parezca que ni siquiera sabe que está haciendo una película de acción/aventura/terror es el menor de sus problemas. Una pena porque Scarlett es muy talentosa y es el principal reclamo de esta nueva historia.
Su contraparte, Jonathan Bailey es brillante como Loomis. Probablemente la representación de todos quienes nos maravillamos frente a los dinosaurios, es el corazón de la película. Es el único personaje con el que realmente se puede empatizar y siendo el único del equipo qué no es un mercenario, es quien aporta el sentido común y lo cómico cuando aparece.
Por su parte el gran Mahershala Ali brilla como Duncan, un hombre duro que carga con el dolor de saber hacia donde lo han llevado sus decisiones. No hace realmente mucho, pero aporta mucha humanidad y corazón a una película que carece de todo eso. En determinado punto sufres viéndo sus acciones, te conmueve sin decir mucho y sus momentos cómicos son brillantes.
En el medio hay una familia qué trata de conectar y se ven envueltos en la locura de la isla. Liberada por Manuel Garcia-Rulfo, estos personajes no aportan mucho más que la dinámica cliché de la familia disfuncional, una gran escena que involucra una lancha y la oportunidad de presentar otro dinosaurio bebé para pegar en toda la mercancía de Beta que Dominion no logró vender. Eso y su presencia, que sirve para que recuerdes que es una secuela de Jurassic Park.
Y ese es el principal problema de la película: El miedo al riesgo y la falta de identidad.
La película nunca va a empujar sus límites para experimentar algo nuevo como si lo hicieron (Para mal) El Reino Caído y (Para bien) Jurassic World. Navegando por la orilla de lo que siempre ha sido la saga, la película nunca va a arriesgar, ni siquiera va a intentar desprenderse del molde, y a eso me refiero con la falta de identidad. La película va a copiar demasiado de Jurassic Park para que el público lo vea y apunte a la pantalla como Leonardo DiCaprio, algo que no es malo si no provocara que el último acto de la película prácticamente calque escenas de la cinta de 1993 pero con menos estilo. La película quiere que sepas que es una nueva cinta de Jurassic Park, pero se enfoca tanto en ello que olvida proponer algo, salvo un pequeño mensaje sobre las compañías farmacéuticas y como estas restringen el acceso a la salud para que solo puedan asegurarla quienes puedan pagar por ella (Sugerido en un dialogo de Loomis, nuevamente, el corazón de la película).
¿Saben por qué esperé hasta este punto para hablar de los dinosaurios? Porque eso mismo hace la película. Por cerca de una hora y media estos hacen apariciones muy contadas hasta que el guión recuerda que eso es lo que queremos ver y no solo personas caminando, y solo ahí es cuando la película mejora (Gracias a copiar Jurassic Park). Cual película de Transformers de Michael Bay o del Monsterverse, enfocarse en los humanos (Cuando sus historias no son tan interesantes como para justificarlo) puede ser bastante aburrido. Sin mencionar que la gran novedad en cuanto a dinosaurios es una de las vendidas de humo más grandes del cine en esta década. Hay escenas buenas, claro que sí, la mencionada de la lancha y la del Quetzacoatlus que debe lucir espectacular en 3D, pero fuera de eso no hay mucho que rescatar. Al menos hay una explicación al porqué todos los dinosaurios son más feos que en películas anteriores (Aunque no se explica porqué mágicamente ahora todos tienen rayas).
De cualquier forma no hay nada que reprocharle en lo técnico. La fotografía es muy buena (Probablemente la mejor de la saga World en términos visuales) y el soundtrack sabe como traer nostalgia al espectador, cosa que el resto de la película no logra. Es prácticamente lo que El Despertar de la Fuerza hizo con Una Nueva Esperanza, pero con menos gracia.
Al final ni Gareth Edwards, ni David Koepp, ni Jonathan Bailey logran sacar este barco a flote, que se ve lastrado por una historia que hace mucho dejó de ser efectiva y cualquier pizca de intentar serlo se pierde por el miedo de la propia película a proponer algo nuevo. No es la peor de la saga (No mientras existan Jurassic Park 3 y las dos secuelas de World), pero no lo es porque la vara está increíblemente baja.
Pero por favor, ya extingan a estos dinosaurios.
Agradecemos a nuestros amigos de Universal Pictures por la invitación a la función de prensa, y los invitamos a ustedes a no perderse esta historia, a partir del 2 de Julio solo en cines. 🦖