30/05/2025
📌"EL ENEMIGO SILENCIOSO: OVERTHINKING"
A veces, mi cabeza parece una sala de juntas a las 3 de la mañana. Todos los pensamientos hablando al mismo tiempo, analizando cada escenario posible, cada palabra que dije, cada gesto que alguien hizo. Es agotador. Y no es que me guste complicarme la vida, simplemente sucede. Pensar de más (overthinking) se ha convertido en un hábito silencioso, casi invisible, pero muy presente.
He aprendido que pensar mucho no es lo mismo que pensar bien. El overthinking no es reflexión profunda; es una especie de rumiación disfrazada de productividad mental. Me hace sentir que estoy resolviendo algo, pero en realidad, solo estoy girando en círculos. Me detiene. Me frena. Me hace dudar de las decisiones que ya tomé, de caminos que ya elegí.
He pasado noches en vela por conversaciones que ya ocurrieron o que tal vez nunca ocurrirán. Me he paralizado ante oportunidades por miedo a elegir "mal". Me he analizado hasta desgastarme. Y lo peor es que muchas veces nadie se da cuenta. Desde fuera, todo parece estar en orden. Pero adentro, el ruido mental no para.
Lidiar con el overthinking ha sido un proceso. No tengo una fórmula mágica, pero he encontrado pequeñas herramientas que me ayudan: escribir lo que pienso, hablarlo con alguien de confianza, preguntarme si ese pensamiento me está ayudando o solo me está drenando. A veces, simplemente recordarme que no todo necesita una explicación, una vuelta más, un análisis extra. A veces solo necesito dejarlo ir.
Pensar no está mal. Lo valioso es pensar con dirección, no desde el miedo. Porque vivir en la cabeza no es vivir. La mente puede ser una gran aliada, pero también una cárcel si no aprendemos a usarla a nuestro favor.
Hoy, si estás leyendo esto y te identificas, te quiero decir que no estás sola, no estás solo. Pensar de más no te hace débil ni raro. Solo eres humano, como yo, aprendiendo a vivir un día a la vez, con más paz y menos ruido mental.
✨ Consejos para romper el hábito del overthinking.
1. Escribe para vaciar la mente
Anotar lo que piensas puede ser como hacerle limpieza a tu cabeza. No se trata de escribir bonito, solo de sacar todo lo que da vueltas. A veces, verlo en papel te ayuda a darte cuenta de que no es tan grave como parecía.
2. Hazte una pregunta clave: ¿Esto me ayuda o me desgasta?
Cuando te sorprendas repitiendo el mismo pensamiento, pregúntate: “¿Esto me está acercando a una solución o solo me está estancando?” Si es lo segundo, es momento de redirigir tu energía.
3. Ponle un límite de tiempo al pensamiento
Date permiso de pensar en eso pero solo durante 10 o 15 minutos. Luego, cambia de actividad. Suena simple, pero con práctica se vuelve una forma efectiva de tomar el control.
4. Actúa aunque no tengas todas las respuestas
Una gran trampa del overthinking es la necesidad de certezas. Pero la mayoría de las veces, solo se gana claridad al actuar, no al pensarlo todo mil veces. Da el paso, aunque no esté todo “perfecto”.
5. Ocupa tu cuerpo para calmar la mente
Salir a caminar, hacer ejercicio, bailar, ordenar tu espacio… Lo físico ayuda a aterrizarte cuando la mente quiere volar sin control. A veces el mejor consejo es: sal de tu cabeza y entra en tu cuerpo.
6. No todo pensamiento merece tu atención
Aprender a soltar no es fácil, pero es liberador. No tienes que responder a cada pensamiento. Puedes verlo pasar, reconocerlo, y dejarlo ir. Como si fueran nubes: no todas tienen que convertirse en tormenta.
7. Háblalo con alguien de confianza
A veces, decirlo en voz alta ya es suficiente para que pierda peso. Busca a esa persona que no juzga, que escucha sin querer arreglarlo todo. A veces solo necesitamos que nos digan: “Te entiendo, a mí también me pasa.”
8. Sé amable contigo misma(o)
No vas a dejar de sobrepensar de un día para otro. No se trata de luchar contra ti, sino de acompañarte en el proceso. Date crédito cada vez que logras salir del bucle mental.
Romper el hábito del overthinking no significa dejar de pensar, sino aprender a pensar mejor, con más intención y menos ansiedad. Porque mereces una mente que sea tu aliada, no tu campo de batalla.
___
FRM
Servicios Integrales Consultoría