
14/05/2025
Las misteriosas momias caucásicas del desierto chino
En pleno desierto de Xinjiang, China, un hallazgo arqueológico desconcertó al mundo: momias milenarias de piel clara, ojos grandes y rasgos caucásicos perfectamente conservadas por la arena y el tiempo.
Una de las más impactantes fue descubierta en 2006 en las tumbas de Yanghai, cerca de la ciudad de Turpan. Se trataba de un hombre de unos 45 años, enterrado hace unos 2.700 años, con un ajuar funerario que revelaba mucho más que su origen:
Un cuenco con cannabis aún en estado reconocible.
Una arpa tipo konghou, prueba del uso de instrumentos musicales.
Bridas, herramientas de caza y un conjunto de objetos rituales.
Todo sugiere que no era un guerrero cualquiera, sino un chamán o curandero de una cultura antigua y compleja.
Este hombre habría pertenecido al pueblo gushi, nómadas indoeuropeos que hablaban una lengua hoy extinta: el tocario. Se cree que emigraron desde las estepas del oeste (hoy parte de Rusia y Kazajistán) hacia el corazón de Asia, siglos antes de la Ruta de la Seda.
Sus cuerpos, preservados por el clima seco y salino, cuestionan lo que creíamos saber sobre la antigua China:
En esos territorios convivieron culturas diversas, desde pueblos mongoles hasta tribus caucásicas, mucho antes del mestizaje cultural provocado por el comercio entre Oriente y Occidente.
Las momias de Yanghai, hoy exhibidas en museos chinos, nos recuerdan que la historia no siempre es lineal, y que en medio del desierto pueden florecer civilizaciones complejas… y olvidadas.