ROCÍO

ROCÍO �MI RINCONCITO DE PAZ�
(2)

Alma Rosa tenía una habilidad especial para estar en todos lados al mismo tiempo. Parecía que el día le rendía más que a...
25/06/2025

Alma Rosa tenía una habilidad especial para estar en todos lados al mismo tiempo. Parecía que el día le rendía más que a cualquiera. Si la buscabas por la mañana, estaba en la cocina preparando el desayuno, mientras ordenaba la sala y planchaba las camisas. A media tarde, la encontrabas en el mercado, cargando bolsas llenas de frutas y verduras, regateando con una sonrisa. Y por la noche, después de un largo día, seguía despierta revisando las tareas de sus hijos o planificando el siguiente día.

Sus hijos, crecieron acostumbrados a verla en movimiento. Para ellos, era normal que la ropa apareciera limpia en el armario, que los platos estuvieran siempre en su lugar, que el almuerzo estuviera listo justo a la hora, Alma Rosa nunca se quejaba, nunca pedía ayuda. Parecía incansable.

Pero había días en los que, después de terminar todo, Alma Rosa se sentaba un momento en la mesa de la cocina. En silencio. Se quedaba mirando por la ventana, con una taza de café que no siempre llegaba a terminar. Sus manos descansaban en su regazo, y aunque su cuerpo estaba quieto, su mente seguía trabajando. Nadie lo notaba. Sus hijos estaban en sus cosas, la daban por hecho. Siempre pensaron que su mamá podía con todo.

Una tarde, mientras organizaba los armarios, Alma Rosa sintió un peso extraño en su pecho. Era como si todas las veces que había dicho "no pasa nada" o "estoy bien" se hubieran acumulado. Se miró al espejo y vio algo que no había notado antes: estaba agotada, no solo físicamente, sino también emocionalmente. Pero no podía detenerse. Había mucho por hacer.

Esa misma noche, durante la cena, mientras Alma Rosa recogía los platos, Pedro, su hijo mayor dejó caer un comentario sin malicia:
—Mamá, ¿por qué no has arreglado mi camisa favorita?
Alma Rosa se quedó en silencio por un momento. Luego respondió con una sonrisa cansada:
—Mañana lo hago, hijo.
Rocío, que estaba en la mesa, levantó la mirada. Por primera vez notó algo diferente en su madre. Sus ojos no brillaban como antes. Sus pasos eran más lentos. Y esa sonrisa… no era la misma de siempre. Era una sonrisa que escondía un cansancio profundo.

Esa noche, Rocío habló con sus herman@s..
—¿Se han dado cuenta de lo cansada que está mamá? —les preguntó.
Pedro se encogió de hombros.
—Mamá siempre está bien, siempre puede con todo.

Pero al día siguiente, mientras Alma Rosa intentaba alcanzar una olla en la alacena, Rocío se acercó y le dijo:
—Déjame ayudarte, mamá.

Alma Rosa se quedó sorprendida.
—No te preocupes, yo puedo…
Rocío insistió.
—No, mamá. Siempre dices que puedes con todo, pero no significa que tengas que hacerlo sola.

Esa tarde, tod@s los hij@s empezaron a levantar sus propios platos, a limpiar la mesa, a organizar sus cosas. No fue perfecto al principio, pero poco a poco aprendieron. Alma Rosa, al verlos, sintió una mezcla de alivio y emoción. No porque dejaran de depender de ella, sino porque por fin entendían que no era una máquina. Era una persona que también merecía descanso, cuidado y gratitud.

Años después, Pedro recordaría ese momento mientras preparaba la cena para su propia familia. Cada vez que miraba el plato limpio en la mesa, pensaba en su madre y en todo lo que había hecho por ellos. Y en cómo, a veces, el amor se demuestra en cosas tan simples como recoger un plato o decir "gracias".

Del muro: acción poética Canada

🌟 “Cuando aprendas a decir ‘Me parece perfecto’, todo cambiará.”Se cuenta que en una elegante fiesta, María Félix —“La D...
10/06/2025

🌟 “Cuando aprendas a decir ‘Me parece perfecto’, todo cambiará.”
Se cuenta que en una elegante fiesta, María Félix —“La Doña”— fue abordada por una actriz de escasa trayectoria que empezó a presumir:

—Señora, soy actriz… he hecho grandes telenovelas.

—Me parece perfecto —contestó ella, con toda indiferencia.

—También soy viajada. En Indonesia me coronaron emperatriz de la belleza.

—Me parece perfecto.

Intrigada, la actriz le preguntó entonces:

—Dígame, señora… ¿y usted qué ha hecho?

Y la Doña respondió con orgullo:

—Yo soy La Doña, María Félix. Me eduqué, me cultivé.
Antes decía tenedor, hoy digo cubierto.
Antes decía pasto, hoy digo césped.
Antes pedía que me arreglaran el pelo; hoy digo cabello.
Y antes decía "¡me vale madre!",
pero hoy… digo: “Me parece perfecto.”

No lo llames!!Se que te estás muriendo de ganas por escucharloPero por lo que más quierasNo lo llames!A él no le importa...
16/05/2025

No lo llames!!
Se que te estás muriendo de ganas por escucharlo
Pero por lo que más quieras
No lo llames!
A él no le importa lo que te pasa
le da igual si por su culpa no comes
si tienes mil horas llorando
si te has encerrado en tu cuarto esperando
un mensaje suyo
No va a pasar
Y sabes por qué?
Porque te conoce bien
Porque aunque el haya fallado
sabe que será perdonado
Que cuando el lo desee
te tendrá a sus pies
Que sólo basta un par de palabras escritas
Y en un par de segundos habrá borrón y cuenta nueva.
No esperes más
Llora lo que tengas que llorar
Te va a doler unos días
o tal vez mas
Pero te prefiero así
a que tengas una p**a vida
de mi**da añorando un cambio
una vida
un mañana
" QUE NUNCA LLEGARÁ "
Armate de valor
ponte de pie
y mandalo a la mi**da
lee un libro
ponte bonita
sal a la calle aunque te esté llevando la chingada
Total! Desmadrada ya estás
Asi que no perderás nada
Pero por favor
No mendigues amor
porque quién de verdad ama
*NO LASTIMA

Amate mujer para que ningún pendejo te tome la medida.

Desconozco su autor

Asi es..
18/03/2025

Asi es..

Gracias 🙏
18/03/2025

Gracias 🙏

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