
05/09/2025
15:28
EL NIÑO DE LA CAJA.
La tarde del 25 de febrero de 1.957 un cazador que comprobaba las trampas para animales que había dejado instaladas días atrás, descubrió junto a la estrecha carretera de Susquehanna en Filadelfia (Pensilvania), una caja de cartón en cuyo interior encontró el cadáver de un niño.
En la actualidad su identidad sigue siendo un misterio.
El cadáver correspondía a un varón de raza blanca, de entre 4 a 6 años aproximadamente, cuyo cuerpo desnudo estaba envuelto en una manta de franela. El cadáver estaba seco y limpio y las uñas y el pelo habían sido cortados recientemente pero de forma apresurada. Se encontraron restos de cabello por encima de su cuerpo lo que parecía probar que se lo habían cortado en el mismo momento de su muerte.
Tenía los ojos azules, la piel blanca y parecía desnutrido.
Se apreciaban muchas contusiones en todo su cuerpo, especialmente en la cabeza y el rostro que parecían haberse producido todas a la vez.
Se encontraron también siete cicatrices en su cuerpo.
Los investigadores concluyeron que al menos tres de ellas podian haber sido realizadas en operaciones quirúrgicas.
Dos de estas cicatrices se localizaban en el pecho y la ingle de la víctima. Otras se encontraron en el codo, el tobillo y la barbilla del niño.
Tenía tres pequeños lunares en el lado izquierdo de la