04/11/2025
𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐩𝐞́𝐧𝐝𝐮𝐥𝐨 𝐩𝐨𝐥𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐨 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐞 𝐚𝐥 𝐞𝐪𝐮𝐢𝐥𝐢𝐛𝐫𝐢𝐨
Por: Juan Sosa
En Quintana Roo se ha instalado la narrativa de qué, rumbo a 2027, 𝐬𝐞𝐫𝐚́ 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫 quien, encabece la candidatura a la gubernatura. Los mentideros políticos repiten esa posibilidad con entusiasmo, y no falta quien la celebre como una muestra más del avance de la paridad. Sin embargo, mientras esa conversación se sostiene en el plano estatal, en Playa del Carmen comienza a tomar fuerza una idea distinta: que quizá sea momento de que un hombre encabece la candidatura por Morena y sus aliados.
Ahora bien, no se trata de retroceder en materia de equidad, sino más bien de equilibrar una balanza que, en lo local, ha mostrado síntomas de agotamiento. Porque, en realidad, la paridad no consiste en llenar espacios con nombres femeninos o masculinos, sino en poner al frente a quienes realmente entienden el momento social y político que vive el hoy municipio de Playa del Carmen.
En efecto, Playa del Carmen atraviesa una etapa compleja: una ciudad en expansión, con rezagos de infraestructura, un servicio público colapsado y una ciudadanía cansada del discurso vacío. Por ello, los problemas urbanos, de movilidad, de seguridad y de confianza ciudadana exigen perfiles con carácter, experiencia y visión práctica, más allá del género.
Desde esta perspectiva, la posibilidad de que un hombre encabece la candidatura no debe interpretarse como una derrota para la causa feminista, sino como una oportunidad para refrescar la gestión política desde otra mirada. El municipio necesita una conducción firme, con oficio, con capacidad de diálogo y, sobre todo, sin miedo de enfrentar los intereses que han frenado su desarrollo.
Por lo tanto, la narrativa de que “ya toca hombre” no debería entenderse como revancha, sino como el reflejo natural de un ciclo político que busca equilibrio. Si bien en el ámbito estatal el liderazgo femenino cobra fuerza, en cambio, en lo local podría ser el momento de un perfil masculino que asuma con responsabilidad el reto de reconstruir la confianza en la política.
En consecuencia, Playa del Carmen no necesita improvisación ni simulacros de paridad. Más bien, requiere liderazgo real, cercanía con la gente y decisiones con visión social. Así, si ese liderazgo hoy se encuentra en un hombre comprometido con el municipio, no habría por qué temer al cambio.
De hecho, todo apunta a que 𝐞𝐬𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐢𝐥 𝐲𝐚 𝐞𝐱𝐢𝐬𝐭𝐞: en el propio Cabildo de Playa del Carmen hay un hombre con experiencia en la administración pública, arraigo en la comunidad y un estilo de trabajo que privilegia el diálogo sobre el protagonismo. Es alguien que ha sabido mantenerse cercano a la gente, que conoce el pulso social del municipio y que ha demostrado que gobernar también significa escuchar.
En definitiva, quizá no haga falta buscar fuera ni improvisar candidaturas de ocasión. Por el contrario, el relevo que Playa del Carmen necesita podría estar ya dentro del propio gobierno municipal, listo para dar el siguiente paso con madurez política y compromiso social.
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